Robbie Dolan: el jockey que cautivó como cantante en un reality, volvió a las pistas y dio el batacazo en la Melbourne Cup
Robbie Dolan se imaginaba trabajando en una oficina cuando concluyera sus estudios, en su adolescencia. Hasta que un profesor le sugirió que otra escuela, la de jockeys aprendices, podría ser una opción para alguien bajito y delgado. Había algo más: su vinculación con los caballos estaba en la sangre, que entraba en estado de ebullición cuando observaba las carreras. Un abuelo, Peader Matthews, fue un jinete que ganó clásicos en Curragh, el célebre hipódromo irlandés cercano al lugar donde creció Robbie. Un tío, Anthony Powell, triunfó en un Grand National de ese país. Su padre, Bobby, comenzó como jockey y luego trabajó en Irlanda para el entrenador Dermot Weld, dos veces ganador de la Melbourne Cup.
La solicitud presentada por Dolan fue aceptada y el entrenador Adrian Paul Keatley resultó una gran influencia para que su sueño subiera un escalón al integrarlo a su equipo. Autorizado a competir en 2015, apenas logró montar dos veces frente al público esa temporada. Al año siguiente, consiguió el primero de sus dos éxitos en su tierra, con Lady Ranger en Roscommon, una pista con mucho mejor paisaje que proyección. Entonces, como tantos otros jóvenes irlandeses talentosos que luchan por crecer en un ámbito muy competitivo, pensó que las mejores oportunidades estarían en alguna hípica con mayor actividad permanente. Y se fue a Australia, donde hoy, a ocho años de aquella decisión, vive una segunda ráfaga de popularidad por haber ganado el clásico más importante del turf oceánico, con Knight’s Choice, que dio el batacazo al cruzar delante de sus 22 rivales al cabo de los 3200 metros de Flemington, el primer martes de este mes.
El éxito de Robbie Dolan en la Melbourne Cup 2024
“Vine aquí con una mochila en la espalda, sólo intentando montar a unos cuantos ganadores”, había confesado en 2021, cuando venció con Profondo en el Spring Champion Stakes, su primera victoria premium, en Randwick, Sídney. El entusiasmo ya estaba en baja y un año más tarde, cuando llegó un segundo éxito en la máxima categoría internacional, con Shelby Sixtysix en Rosehill, el retiro daba vueltas por su cabeza mientras crecía otra idea, al compás de otro talento: el del canto, que solamente conocían sus familiares y amigos cercanos. Una noche apareció en La Voz, la versión australiana del reality que nació en Países Bajos en 2000, y se expandió por el planeta. Y cautivó a todos. Fue su primer gran impacto. Avanzó hasta las semanas decisivas del certamen televisivo.
“Sólo sé que me encanta cantar, definitivamente lo hago desde el corazón. Podría haber dejado fácilmente de montar para dedicarme a la música, pero siento que me encantan las dos cosas. En un momento, me costaba conseguir triunfos y pensé en la música como actividad secundaria. Las carreras se apoderaron de mi vida, pero comencé a aprender a tocar la guitarra y a intentar hacer algunos conciertos. Son mundos muy diferentes, pero una vez que tuve la oportunidad de actuar en La Voz pensé: ‘¿Por qué no? ¿Qué tengo que perder?’”, describe Dolan, de 28 años.
Robbie Dolan en La Voz
La música fue la que lo conectó con un gran triunfo, el más inolvidable. Por esa repercusión en el programa, hace dos años cantó en un crucero que se utiliza para promocionar y vivir desde otro lugar la Melbourne Cup, con un paseo de tres horas que incluye un almuerzo, fotos, sorteos y la visita al puerto de Sídney, además de ver el gran premio en una pantalla gigante. Allí conoció a Sheila Laxon, la entrenadora de Knight’s Choice, que también dejó su tierra, Gales, aunque para emigrar a Nueva Zelanda en los 80. “Aquel día la conocí y me saqué una foto con ella y con la Melbourne Cup. Y ahora la hemos ganado juntos”, contextualizó el jinete las ideas y vueltas de la vida.
Knight’s Choice, nacido en Irlanda como Dolan, era uno de los menos apostados, con una probabilidad de 90 a 1, y apareció en la recta final con una atropellada tan exacta como la entonación de Robbie, para cruzar el disco con un hocico de ventaja sobre Ward Speed, una esperanza japonesa de conquistar Australia. Pero encontró una barrera impensada para la mayoría.
“No lo puedo creer. Ni siquiera sé qué decir. Pellízquenme. Creo que estoy soñando. Vi las Melbourne Cup de los últimos 14 años, pero nunca había podido correr esta carrera, así que no sabía qué esperar. Ahora siento como si la hubiera corrido diez veces, porque eso fue lo que sucedió en mi cabeza antes de largar”, confesó el jockey, sorprendido por otro suceso. Su padre estaba en las tribunas.
“No solamente trabajé con un entrenador que ganó este clásico dos veces, sino que ya puedo decir que yo he criado a un ganador”, comentó, entre risas, Bobby. Fue una visita ideada por la pareja de Dolan, Christine, quien en aquel 2022 fulgurante dio a luz a Maisie con 15 semanas de anticipación. La niña, hoy de 2 años, pasó 110 días en cuidados intensivos en el sanatorio antes de llegar a casa. “También es una pequeña luchadora, es muy valiente, nació prematuramente, pero ahora está haciendo goles”, graficó el jockey, que logra atraparla con sus canciones, especialmente la de la película animada “Río”.
“El hecho de que no tengas ni idea de lo bueno que eres cantando es probablemente la razón por la que todos los que te ven se enamoran de ti cada vez que estás al micrófono”, le había hecho notar Rita Ora, una de las artistas que fue jurado de ese reality y lo tuvo en su equipo. “Es difícil tener dos vidas, y las carreras lo son todo en este momento”, entona hoy el nuevo rey de Melbourne. Entre sus dos grandes pasiones, la adrenalina del turf lleva la voz cantante por estos días.