River - Talleres: el gol de Miguel Borja tras un grosero error en una salida de la T

Todo en favor. La ventaja obtenida en Córdoba, la localía, el reloj y hasta una ayuda inesperada de su rival. River tiene a mano el pase a la rueda de cuartos de final por la Copa Libertadores, ya que después del 1-0 conseguido en el Mario Alberto Kempes está gozando de otro en su Monumental, en el desquite de la serie que se define este miércoles. En el primer tiempo Talleres fue un adversario poco productivo en ataque, pero duro en defensa, hasta que... entregó la pelota donde menos conviene cederla.

A los 34 minutos, la presión riverplatense ya venía complicando las salidas de la T. Y el cuadro visitante permaneció en su tesitura de jugar por abajo, aun apremiado en su territorio. Lo hizo con fuego hasta que se quemó. El arquero Guido Herrera recibió la pelota presionado por Matías Kranevitter. La entregó a la izquierda a Franco Moyano, que también fue atorado por el tucumano. Nuevamente el balón llegó a Herrera, y nuevamente corrió Kranevitter hacia él. El arquero tocó para Juan Portilla, que recibió de espalda, con Rodrigo Aliendro haciéndose sentir detrás, aunque a cierta distancia. El colombiano hizo otro pase, a Moyano, pero impreciso: el balón fue a Santiago Simón, que también apuraba arriba. El volante lo envió al medio para Aliendro y el ex futbolista de Colón, con un taco, lo entregó a Miguel Ángel Borja. Y el centrodelantero riverplatense no se equivoca en el área.

Al cabo de la etapa inicial, River estaba 1-0 arriba en el encuentro –y 2-0 en la serie–, ciertamente sin haber sido mejor en ese lapso. Talleres intentó 5 veces al arco, contra 2 del local, cuyo único tiro efectivo fue el del tanto de Borja; la T también tuvo un solo disparo dirigido entre los tres palos. La posesión fue más del visitante, con 55%, mientras que el anfitrión cometió más infracciones, 10 contra 7.

Pero la diferencia que más cuenta es la establecida por las pelotas que superan la línea de gol. Y en la acción más determinante de la primera mitad del partido, River tuvo el mérito de presionar a fondo (Kranevitter hasta perdió el equilibrio por esmerarse tanto en las corridas de marca) y Talleres cometió dos errores: el técnico, de Portilla al entregar mal el balón bajo apuro no extremo, y el conceptual, de salir jugando en el fondo incluso en circunstancias de gran apremio, cuando esa estrategia no venía funcionando.

Temprano en el segundo período, el local aumentó la diferencia. A los 5 minutos Ezequiel Meza se movió entre varios oponentes, sorprendió con buena visión en un pase al área –no centro– para una incursión de Simón y el número 31 resolvió con un toque exigido y corto, pero suficiente, contra la salida de Herrera. Tres goles de brecha en el acumulado suenan a demasiados como para pensar que el cruce no está definido. Que River no será cuartofinalista.

No parece cambiar demasiado el panorama por el tanto que Federico Girotti anotó a los 23 minutos. Un estupendo pase del ingresado Matías Esquivel, por lectura de juego y precisión, se coló entre Fabricio Bustos y Paulo Díaz para Blas Riveros y el paraguayo habilitó al número 9, que había ingresado a los 7 minutos del segundo tiempo. El centrodelantero no tuvo problemas para definir frente al arco, ante un desguarnecido Franco Armani, y con gestos pidió disculpas por haberle hecho un gol al club que lo formó. A falta de 20 minutos más el agregado, River goza de un colchón tranquilizador en el marcador global.

Y en efecto, nada más cambió. Talleres apremió, pero sin hacer ponerse demasiado nervioso a River. El conjunto millonario, en el 99º partido de Marcelo Gallardo como entrenador por Copa Libertadores (es el director técnico argentino récord en ese apartado), terminó triunfando por 2-1 en su cancha y por 3-1 en lo global, para eliminar al otro club nacional que quedaba en el certamen y avanzar a un cuarto de final, en el que se cruzará con Colo Colo, primeramente en Chile y más tarde en Buenos Aires.

Compacto de River 2 vs. Talleres 1