River: así prepara Marcelo Gallardo al equipo para la seguidilla de cuatro partidos claves en la Liga y la Libertadores

“Vale un gol esa presión, vale un gol esa presión”. Marcelo Gallardo hace sonar su silbato, da por finalizado momentáneamente el trabajo de fútbol reducido y felicita enérgicamente con su grito a Santiago Simón, quien recuperó una pelota que Milton Casco jugó hacia atrás con Franco Armani y le terminó sirviendo la definición a Manuel Lanzini en uno de los mini arcos del ejercicio. Esa secuencia es un pequeño reflejo de cómo vive los entrenamientos el Muñeco, que abrió por primera vez a la prensa un entrenamiento tras su regreso al banco de suplentes millonario, y sigue siendo el mismo de siempre: intenso y exigente.

Camperón para combatir el viento, jogging y botines, Gallardo estuvo siempre al ras del campo y con la pelota cerca suyo, mostrando que sostiene el ritmo de trabajo que marcó a fuego su primer ciclo durante ocho años y medio: durante la hora y media de la práctica abierta de este lunes, se lo vio muy activo, con indicaciones constantes, charlas grupales y marcaciones individuales. Tan es así que aprovechó cada descanso de la práctica para puntualizar conceptos con diversos jugadores: se lo vio indicando detalles a Matías Kranevitter, Miguel Borja, Franco Mastantuono y Santiago Simón, entre otros.

Presión alta, ejecuciones directas, toques rápidos y cortos, marca férrea y precisión en velocidad fueron algunos de los focos de trabajo de la mañana en Ezeiza, en la que los futbolistas realizaron tareas físico-técnicas. Dentro de ese tiempo, lo más destacado fue un reducido entre dos equipos de ocho jugadores. En un rectángulo delimitado con cintas, el dueño de la pelota debía superar la línea divisoria trasera de cada defensa para poder definir en alguno de los cuatro mini arcos que estaban detrás de cada arquero. Tanto Franco Armani como Jeremías Ledesma podían ingresar al rectángulo para recibir, buscar y jugar la pelota, pero los defensores ya no podían marcar una vez que la pelota cruzaba hacia ese sector. ¿Los equipos? Ledesma, Bustos, González Pirez, Funes Mori, Simón, Meza, Villagra, Lanzini y Borja, de violeta; Armani, Gattoni, Zabala, Casco, Kranevitter, Mastantuono, Colidio y Solari, de verde; y Pity Martínez, como comodín, de rosa.

Entre medio de esos bloques los jugadores realizaron pasadas de velocidad y previamente tuvieron la activación de cada jornada en el gimnasio, donde se quedaron trabajando Ignacio Fernández (regulación de cargas tras jugar los 90′ el sábado en el amistoso con Platense) junto con Enzo Díaz y Rodrigo Aliendro, quienes se recuperan de sendas lesiones. De martes a sábado, el plantel de River estuvo concentrado en el Hotel Hilton de Pilar realizando una pequeña preparación que culminó con la victoria 4-2 sobre el Calamar en un encuentro informal. En ese tiempo, el DT se focalizó exclusivamente en potenciar al plantel físicamente: sin descuidar la pelota, el trabajo apuntó a la velocidad, la potencia, la fuerza y la resistencia. Casi sin ejercicios tácticos, también se buscó afianzar el conocimiento sobre un grupo que todavía continúa conociendo: de los 32 jugadores actuales de la plantilla, Gallardo solo conocía a 14 de ellos.

La única mala noticia que recibió durante ese tiempo fue la distensión muscular en el aductor izquierdo de Enzo Díaz, quien hoy ya mostró respuestas positivas y podría recibir el alta médica antes del fin de semana. En tanto, para definir los equipos que jugarán ante Atlético Tucumán el viernes por la noche en Núñez y el martes por la noche en Santiago frente a Colo-Colo por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, el entrenador millonario aguardará a los seleccionados que están citados en la Fecha FIFA: Germán Pezzella y Marcos Acuña en la Argentina y Paulo Díaz en Chile son tres pilares de la defensa; mientras que tanto Nicolás Fonseca y Agustín Sant’Anna en Uruguay y Adam Bareiro en Paraguay, son piezas de recambio.

Por otro lado, otro foco positivo de la jornada fue la imagen que dejó un activo Pity Martínez, quien afronta las últimas tres semanas de los plazos establecidos para su recuperación. En enero sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda (en febrero de 2023 en Arabia Saudita tuvo rotura de cruzados en esa misma rodilla) y para octubre tendría el alta médica definitiva, pero ya se lo ve en buen ritmo y trabajando a la par de sus compañeros.

Con la exigencia de Gallardo como bandera y el regreso al trabajo con pelota como prioridad después de una exigente semana física, River se prepara para jugar cuatro duelos que pueden marcar el año: el viernes recibirá al escolta Atlético Tucumán para recuperar terreno en la Liga y en la tabla anual, pero luego jugará martes 17 con Colo-Colo en Santiago, sábado 21 con Boca en la Bombonera y martes 21 con Colo-Colo en el Monumental para definir su suerte en la Copa Libertadores. Se acercan días decisivos. No hay tiempo para perder ni más margen para dar. Y el Muñeco lo sabe.