Racing mostró su poder de fuego, dio otro paso en la Sudamericana y espera confiado a Independiente
Con un apabullante 8 a 1 global, Racing se sacó de encima a Huachipato y ya está en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, la frontera internacional que no logra romper desde 1997, cuando llegó a las semifinales de la Libertadores. La Academia se fue al entretiempo con una ventaja de 4 a 0, un resultado que le permitió cuidar piernas y empezar a vivir el partido del próximo domingo, ante Independiente.
Cuando iban apenas 25 minutos, el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Sudamericana se volvió una suerte de banderazo en la previa del clásico de Avellaneda. “Que el domingo cueste lo que cueste tenemos que ganar”, se escuchó en el Cilindro, aún a martes y con dos tercios de partido por delante. El segundo gol académico, esa mediavuelta de Maravilla Martínez, el goleador de la Sudamericana con ocho gritos, transformó lo que quedaba en un trámite por cumplir. A partir de ahí, los cantos de los hinchas empezaron a palpitar lo que será el partido del domingo ante el Rojo. También la cabeza de Costas, que en el entretiempo mandó a calentar a los suplentes. Pero no para los futbolistas.
Cuando Racing está en ventaja parece volverse un equipo voraz. Van 22 gritos en ocho partidos en este torneo internacional. El que abrió el partido fue un golazo. De área chica a área chica. Nació en un saque de arco de Gabriel Arias y terminó con Baltasar Rodríguez definiendo del otro lado de la cancha. Son las variantes que tiene este equipo, que con la confianza y el resultado a favor expone su plantel de jerarquía.
En el octavo partido de esta Sudamericana, Juan Fernando Quintero tuvo su primera vez como titular. Hasta aquí acumulaba solo 58 minutos, con cuatro ingresos en el segundo tiempo en resultados que ya parecían liquidados. El colombiano desperdició un penal, pero aportó dos asistencias con su sello para la goleada. Y levantó aplausos entre los hinchas cuando se acercaba a ejecutar los tiros de esquina. El otro nombre propio destacado de una noche redonda fue el de Juan Ignacio Nardoni, que volvió a sumar minutos después de perderse tres partidos por un esguince de tobillo.
Dentro de la fiesta también estuvo la emoción. Apenas una hora antes de que el equipo saliera a la cancha se conoció la noticia de la muerte de Humberto “Bocha” Maschio, uno de los máximos ídolos de la historia del club, el cerebro del Equipo de José. De habitual presencia en el Cilindro hasta hace unos meses, Maschio fue protagonista en dos de los tres títulos internacionales (Libertadores e Intercontinental 1967) que tiene la Academia en esas vitrinas que busca agrandar con esta Sudamericana. Además, la primera experiencia de Costas como DT, en 1999, con un club en quiebra, fue en dupla con el Bocha.
Los cuatro goles de ventaja al terminar el primer tiempo hacían pensar en un partido al que le sobrarían 45 minutos. Una presunción errada. Acaso se deba a que este equipo no sabe jugar de otra manera que al ritmo de sus delanteros. Como sea, cuando el reloj marcaba apenas 55 minutos ya se habían gritado siete goles. Un partido de locos. Y un resultado a pedir de Racing, que guardó nervios y piernas para el clásico ante el Rojo. El 6 a 1 incluso pudo haber sido más abultado. La Academia no marcaba media docena de goles desde el 27 de diciembre de 2020, con un 6 a 1 ante Godoy Cruz como local, por la Copa Diego Maradona, en plena pandemia.
Después de haber sido el mejor equipo de la fase de grupos, los de Costas avanzaron con comodidad a los cuartos de final después de esta goleada ante Huachipato, que anda por el fondo de la tabla de la liga chilena (13° sobre 16 equipos). Casi sin exigirse, la Academia ya llegó a orillas de su propio Rubicón en copas. Desde 1997 que no logra meterse en semifinales de un torneo internacional. La última vez que gritó campeón fuera de Argentina fue en 1988, por la Supercopa. Gustavo Costas era el zaguero de aquel cuadro de Alfio Basile. Ahora, desde el banco, quiere pagar esa deuda internacional.