Son un orgullo para su familia y para el país

CIUDAD DE MÉXICO, julio 26 (EL UNIVERSAL).- Padres y madres de seis atletas de México nos comparten cómo fue que sus hijos iniciaron en el deporte, lo que esperan de su participación en París 2024 y les envían un mensaje de aliento en este día que inician los Juegos Olímpicos

Glenda Inzunza, disciplinada desde muy pequeña

A los cuatro años ya tomaba sus primeras clases de natación y a los 10 los profesores reconocían que ya los había rebasado.

Su madre, Carmelina Cabrera, la recuerda como una niña muy disciplinada en la alberca: "Los demás niños se distraían y ella no. Me llamaba mucho la atención que desde muy chiquita era muy disciplinada".

Estos son sus primeros Juegos Olímpicos.

Alejandra Valencia, una carrera que ha dado frutos

Ale Valencia llega a París con la experiencia de decenas de competencias internacionales y su cuarta participación en Juegos Olímpicos, y con el objetivo de conseguir una medalla. Su madre, Elizabeth Trujillo, dice que su hija va contenta a París, pero nerviosa por la competencia.

Recuerda que Ale inició en el tiro con arco a los ocho años "por accidente", y sus esfuerzos han dado grandes frutos.

Juan Manuel Celaya va en busca de una medalla

Juan Manuel Celaya compite en sus segundos Juegos Olímpicos, con la preparación y la mentalidad para ganar.

Desde Nuevo León, su familia lo apoya, como siempre ha hecho. "Sentimos un gran orgullo por tanto esfuerzo que ha hecho él, por todo lo que se ha preparado día a día y estamos toda la familia muy orgullosos", asegura su padre, Juan Manuel Celaya Villarreal.

Kimberly Salazar, diez años de trabajo para este momento

Cuando Kimberly tenía 10 años dejó Tamaulipas y se fue a vivir a la Ciudad de México para unirse al Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR) y formar parte de la Selección Mexicana de Gimnasia. Su madre, Lizbeth López, recuerda que desde entonces su hija siempre ha buscado el triunfo y luchó por llegar a unos Jugos Olímpicos, " y ese sueño se volvió sueño de todos y ahora es una realidad".

Miguel Ángel Martínez, un ejemplo de que se puede salir adelante

La familia de Miguel Ángel Piolín Martínez sabe que es un gran boxeador, deporte en el que lo inició su abuelo desde que tenía ocho años. Su madre, Rosa Idalia Ramírez, asegura que es muy buen muchacho, "es un gran ejemplo de que sí se puede lograr lo que uno se proponga, que sí se pueden cumplir los sueños y que él es un gran ejemplo", un digno representante de Durango y de México.

Miguel de Lara cumple el sueño de su vida

Desde los ocho meses de edad, Miguel entró a una alberca por prescripción médica y ya no salió, hizo de la natación su vida. Su padre lo describe como un joven muy inquieto, muy amoroso, inteligente y apasionado que desde los 10 años tenía en claro que quería competir en los Juegos Olímpicos. Reconoce que el que Miguel esté en París es resultado de muchas desveladas, mucho trabajo y muchas ilusiones.