Parte del mundo advierte de una doble moral en las acciones de Occidente en Gaza y Ucrania: una hipocresía

Tiendas de campaña para desplazados por los bombardeos en Khan Younis en la Franja de Gaza, el 19 de octubre de 2023. (Samar Abu Elouf/The New York Times)
Tiendas de campaña para desplazados por los bombardeos en Khan Younis en la Franja de Gaza, el 19 de octubre de 2023. (Samar Abu Elouf/The New York Times)

Durante 20 meses, el gobierno de Biden ha buscado situarse en un plano de superioridad moral frente a Rusia, al condenar su guerra brutal contra Ucrania por matar civiles sin hacer distinciones.

El argumento hizo eco en gran parte de Occidente, pero no tanto en otras partes del mundo, para el cual esta guerra es más bien un conflicto entre grandes potencias, por lo que se negó a participar en sanciones o aislar a Rusia de alguna otra manera.

Ahora que Israel bombardea la Franja de Gaza, lo que ha causado la muerte de más de 4300 personas desde el 7 de octubre, el apoyo inquebrantable del gobierno de Biden corre el riesgo de crear nuevos vientos en contra en sus esfuerzos por ganarse a la opinión pública mundial.

En un discurso desde el Despacho Oval el jueves pasado, el presidente Joe Biden puso en el mismo plano el apoyo de Estados Unidos a Ucrania e Israel y describió a ambas naciones como democracias que combaten a enemigos decididos a “aniquilarlas por completo”. Rusia invadió y pretende anexionarse Ucrania, mientras que Hamás, el grupo que controla Gaza y niega el derecho de Israel a existir, organizó un ataque terrorista que ha matado hasta el momento a 1400 personas en el sur de Israel.

Pero el contraataque de Israel en Gaza, sus amenazas de organizar una invasión terrestre y la cercanía de Estados Unidos con su aliado más importante en el Medio Oriente, a pesar de todo, han provocado denuncias de hipocresía.

Este tipo de acusaciones no son precisamente nuevas en el conflicto del Medio Oriente. Pero la dinámica de la doble crisis ha superado el deseo de Washington de obtener el apoyo mundial para aislar y castigar a Rusia por invadir a su vecino.

Rescatistas cavan entre los escombros en el lugar de un ataque con misiles rusos en la aldea de Hroza, cerca de Járkov, Ucrania, el viernes 6 de octubre de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)
Rescatistas cavan entre los escombros en el lugar de un ataque con misiles rusos en la aldea de Hroza, cerca de Járkov, Ucrania, el viernes 6 de octubre de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)

Cada vez más, la región de Medio Oriente se perfila como un frente renovado en la lucha por la influencia en el sur global (el nombre colectivo de las naciones en desarrollo de África, Asia y América Latina) que enfrenta a Occidente con Rusia y China.

Brecha con países como Brasil e Indonesia

“La guerra en Medio Oriente abrirá una brecha cada vez mayor entre Occidente y países como Brasil o Indonesia, naciones clave del sur global”, afirmó Clifford Kupchan, presidente del Eurasia Group, una organización de evaluación de riesgos con sede en Nueva York. “Eso dificultará aún más la cooperación internacional para Ucrania, que exige la aplicación de sanciones a Rusia”, agregó.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, la nación musulmana más poblada del mundo, que no reconoce a Israel, condenó las “continuas injusticias contra el pueblo palestino”. En su opinión, la guerra de Gaza no hará sino empeorar la situación mundial, pues amenaza con provocar el aumento de los precios del petróleo, cuando la guerra de Ucrania ya frenó las exportaciones de trigo.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó el suministro estadounidense de armas a Ucrania por “alentar” la guerra, pero culpó a ambas partes del conflicto y se ofreció a fungir como mediador. Brasil, como la nación que preside el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas este mes, redactó una resolución de cese al fuego humanitario en Gaza, que también condenaba de manera explícita ”los atroces ataques terroristas de Hamás”.

Después de que Estados Unidos vetó la resolución por no mencionar el derecho de Israel a la autodefensa, el embajador de Brasil en las Naciones Unidas, Sérgio França Danese, manifestó su frustración. “Cientos de miles de civiles de Gaza no pueden esperar más. De hecho, han esperado demasiado”, afirmó.

Los líderes árabes —entre ellos, el presidente de Egipto, Abdulfatah al-Sisi; el rey de Jordania, Abdalá II, y el ministro de Relaciones Exteriores saudita, el príncipe Faisal bin Farhan— arremetieron contra lo que calificaron de doble moral en los discursos pronunciados el sábado en la cumbre de paz de El Cairo.

“En cualquier otro lugar, se condenaría el ataque a la infraestructura civil y el hecho de privar deliberadamente a toda una población de alimentos, agua y artículos de primera necesidad y se exigiría rendir cuentas”, declaró el rey Abdalá.

“El derecho internacional pierde todo su valor si se aplica de forma selectiva”, sentenció.

Los palestinos han criticado a las capitales occidentales por no expresar su indignación por el bombardeo de Gaza de forma similar a como calificaron los ataques con misiles rusos contra ciudades y la infraestructura ucraniana de “barbarie” y “crímenes contra la humanidad”.

En cierto modo, el conflicto de Gaza ha sido una bendición para el Kremlin, ya que ha desviado la atención de la guerra de Ucrania y ha mejorado la imagen de Rusia en el Medio Oriente y el sur global. En los últimos años, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha intentado recuperar parte de la influencia perdida por la Unión Soviética en esta región, al enviar fuerzas militares a las guerras civiles de Siria y Libia. Además, ha estrechado bastante los lazos con Irán, país que Israel considera una amenaza para su seguridad nacional.

El apoyo de Rusia a Hamás se ha visto como una prolongación de esos esfuerzos y Putin ha comparado el asedio de Gaza con el asedio de la Segunda Guerra Mundial a Leningrado, un símbolo sagrado ruso.

China también ha buscado expandir su influencia en el Medio Oriente, ya que hace poco medió en un acuerdo entre Irán y Arabia Saudita para restablecer relaciones. Rusia y China se han negado a condenar a Hamás. En cambio, han criticado el trato que da Israel a los palestinos; sobre todo, su decisión de cortar el suministro de agua y electricidad a Gaza, así como el número de civiles muertos allí. Han pedido intermediación internacional y un cese al fuego antes de que Israel considere que su guerra se ha desatado por completo.

La causa palestina siempre ha tenido un fuerte apoyo en el sur global, así que la guerra de Gaza no ha hecho sino acrecentar el resentimiento en África, Asia y América Latina ante el hecho de que Occidente trate a Ucrania como un caso especial por tratarse de una guerra europea. Estas naciones critican el dinero gastado en Ucrania, mientras se ignoran las metas de desarrollo internacional.

Existe la percepción de que Occidente “se preocupa más por los refugiados ucranianos, por los civiles ucranianos que sufren, que nosotros cuando se padece en Yemen, en Gaza, en Sudán, en Siria”, afirmó Hanna Notte, una analista de Eurasia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Berlín.

Esto ayuda a ilustrar por qué Occidente no ha logrado convencer a países como India y Turquía para que apoyen las sanciones contra Rusia. Dada la situación en Gaza, es poco probable que ese esfuerzo tenga éxito a corto plazo.

“Se trata de un gran dolor de cabeza para los diplomáticos occidentales, que han pasado mucho tiempo este año tratando de seducir al sur global”, comentó Richard Gowan, director de Naciones Unidas para el International Crisis Group. “Hemos visto cómo el apoyo y el interés por Ucrania se han ido desvaneciendo entre los miembros de la ONU a lo largo de este año”, advirtió.

c.2023 The New York Times Company

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

La situación en los hospitales de Gaza es caótica y desesperante, advierte Médicos sin fronteras