Después del escándalo que suscitó el abandono de Magnus Carlsen del Mundial de Partidas Rápidas de Ajedrez en Nueva York, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) hizo una movida diplomática: envió a Vishy Anand a contemporizar con el noruego. El excampeón mundial indio, que perdió el cetro contra el propio Carlsen, es la contracara de los campeones egocéntricos, y mucho ha dado el ajedrez. Anand es un modelo de tacto y diplomacia, y consiguió lo que parecía imposible: firmar una “entente cordiale” con Magnus, y que éste accediera a jugar el mundial Blitz.

Se flexibilizaron las normas en cuanto a la vestimenta y Carlsen se presentó a jugar. El formato del torneo cambió con respecto a años anteriores. Alrededor de 180 jugadores disputaron trece rondas, y los ocho primeros jugaron una llave con cuartos, semis, y final. Para Carlsen era importante ganar el torneo, y si bien lo consiguió, fue a medias y con sobresaltos.

Por ejemplo, en cuartos de final enfrentó a Hans Niemann, a quien hace pocos años acusó públicamente de hacer trampa luego de perder una partida con él. El match se jugó al mejor de cuatro partidas blitz, y luego de las dos primeras Carlsen había perdido una y empatado la otra, quedando al borde de la eliminación justo con el rival al que había señalado. Pero se recuperó, y ganó las dos partidas restantes.

En la final, contra Ian Nepomniachtchi (Nepo) ganó las dos primeras y ya todo parecía resuelto, pero el ruso no se rindió, y sorpresivamente igualó el encuentro. El reglamento decía que debían seguir jugando hasta definir un ganador, pero Carlsen se saltó las reglas y ofreció a su adversario compartir el primer puesto. Nepo aceptó, y FIDE no puso objeciones.

Los jugadores argentinos cumplieron discretos papeles. Ya desde la primeras rondas quedaron relegados en la tabla de posiciones. Al final Pablo Zarnicki quedó 132º; Faustino Oro. 144º, e Ilan Schnaider, 175º, sobre un total de 180.

Para hacer un balance del desempeño de los jugadores argentinos, hay que tomar ambos torneos, el rápido y el blitz, en conjunto. Para Schnaider, de trece años, es una experiencia valiosa, que le sirve para entender qué cosas debe mejorar, y para afirmar lo que ya hace bien.

Faustino Oro hizo una notable muestra de talento en el rápido, avisando al resto del mundo de lo que viene. En el Blitz no estuvo a la altura de lo que él mismo suele jugar, pero esto es poco importante, porque la esencia misma del blitz es azarosa, y obviamente Faustino aún tiene mucho por aprender.

Merece elogio Pablo Zarnicki, que mostró su jerarquía en ambos torneos, pero sendas derrotas en las últimas rondas lo privaron de una mejor colocación final que merecía por el nivel de juego exhibido.

El escándalo

¿Qué había sucedido con Magnus Carlsen? El hecho insólito ocurrió el viernes pasado, en la segunda jornada del Mundial de Rápidas de Ajedrez en Nueva York. En la novena ronda el número 1 del ranking internacional (2831 puntos de Elo), se presentó a jugar vestido con un jean, y entonces los árbitros le advirtieron que eso estaba prohibido por el reglamento. Al parecer, el noruego podría haber pagado una multa y seguir compitiendo en el torneo, pero no quiso hacerlo. Abandonó el certamen, que es organizado por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE).

En una entrevista posterior, Carlsen dijo: “FIDE está persiguiendo activamente a los jugadores. Mi paciencia para con ella se ha acabado. OK, ella pueden poner en vigor sus reglas, y mi respuesta es f... you”. Por su parte, la institución emitió un comunicado en el que recalca que Carlsen infringió el código de vestimenta reglamentario. Se puede afirmar que ya había un grado de tensión entre el noruego y la entidad ecuménica. Es de creer que, de haber una buena sintonía entre ellos, esto no habría ocurrido.

La queja de Magnus Carlsen