Yahoo Noticias Mia Hamm, la primera gran estrella que redefinió el futbol femenino para siempre y que casi nadie recuerda
El problema de la historia es que se diluye en la memoria y nombres propios como el de Mia Hamm quedan relegados a vagos recuerdos. De ahí la importancia de volver la mirada atrás y reconocer a los pioneros (en este caso, pionera) de las diferentes disciplinas que, con sus logros, han allanado el camino para las siguientes generaciones.
El fútbol femenino no sería lo que es hoy sin Mia Hamm. A ella hay que reconocerle haber sido la gran estrella del deporte rey mucho antes de que se pudiera soñar con vender 1,5 millones de entradas en un Mundial de fútbol jugado por mujeres. Como sucedió recientemente en el campeonato celebrado en Australia y Nueva Zelanda, en el que España se llevó la preciada copa y también batió récords de audiencia televisiva. A Mia hay que atribuirle el haber inaugurado el inicio de la época dorada del fútbol femenino y de que, poco a poco y con paso firme, acapare una mayor relevancia y repercusión. Ojalá al mismo nivel que el masculino. Algún día. Será entonces cuando su nombre vuelva a resonar con fuerza. Pero es de justicia recordarla ahora por sus logros.
A sus 51 años, Mia Hamm puede presumir de haber ganado todo. Tiene, además, el mérito de haber sido la primera mujer en la historia de cualquier deporte en firmar un contrato de patrocinio con una marca internacional, la todopoderosa Nike, mucho antes de que mujeres como Serena Williams o Ada Hegerberg pudieran tan solo soñar con que una firma multinacional apostara por ellas. Fue tal el éxito que amasó durante sus años en activo que Nintendo creó su propio videojuego, el ‘Mia Hamm Soccer 64’ para deleite de todas aquellas niños y niñas que algún día quisieron parecerse a ella. No en vano, fue bautizada con el apodo de la ‘Jordan del fútbol’, en alusión al gran jugador de baloncesto Michael Jordan, por su destreza a la hora de tocar el balón y meter goles sin nadie que le pudiera hacer frente.
La estadounidense nació el 17 de marzo de 1972 en Selma, Alabama. Debutó con tan solo 15 años en la selección de Estados Unidos, con la que jugó entre 1987 y 2004. Durante su meteórica carrera, ganó dos veces el Mundial de fútbol y se alzó con dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos. Primero el de Atlanta, en 1996, y, posteriormente, en Atenas 2004, coincidiendo con el año de su retiro de las canchas. Hasta 2013, retuvo el récord de máxima goleadora en torneos internacionales. Una década después, todavía se mantiene en el tercer puesto, por detrás de su excompañera de equipo Abby Wambach y la delantera canadiense Chtistine Sinclair
Fue nombrada durante dos años consecutivos (2001 y 2002) como la mejor jugadora del torneo internacional de la FIFA y, aunque entre sus logros, probablemente este se el menor, fue aclamada por Pelé como una de los 125 mejores futbolistas vivos en 2004. En este listado, figuran 123 hombres y solo dos mujeres: ella y Michelle Akers. “Cuando Mia tiene el balón en los pies, tienes la sensación de que algo grande va a ocurrir”, dijo de ella el ya fallecido astro del fútbol.
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En su vitrina de galardones, también conserva el que la reconoce como atleta femenina del año de US Soccer, un trofeo con el que se alzó durante cinco años consecutivos. A estos hay que sumar los tres premios ESPY, incluyendo el de jugadora de fútbol de año y atleta femenina del año. Fuera del terreno de juego y ya retirada, la exfutbolista está al frente de su propia fundación que apoya a familias que esperan trasplantes de médula ósea. Una asociación que constituyó en honor a su hermano, fallecido en 1996 tras padecer una larga enfermedad de médula ósea. Es copropietaria de Los Ángeles FC y forma parte de la junta directiva del club AS Roma, de la serie A.
La vida de esta deportista está ya ligada inevitablemente al futbol femenino. Al fútbol, en general. Y da igual el tiempo que pase y cuántas veces haya que recordar con un artículo que Mia Hamm existe y que vino a este mundo para hacer más grande, si cabe, la historia del deporte rey. Sin etiquetas. Solo fútbol a secas.
