La haka de los All Blacks que casi provoca un choque diplomático en el Mundial de fútbol femenino

Los All Blacks interpretando la haka antes del partido que les enfrentaba contra los Pumas argentinos en septiembre de 2018. (Anthony Au-Yeung/Pool Photo via AP)
Los All Blacks interpretando la haka antes del partido que les enfrentaba contra los Pumas argentinos en septiembre de 2018. (Anthony Au-Yeung/Pool Photo via AP)

La haka es uno de los símbolos más representativos de la selección neozelandesa de rugby, los All Blacks. Más allá de la espectacularidad que supone ver a uno de los equipos más temidos de este deporte de caballeros interpretando esta danza sobre el césped, se trata de un rito milenario de la cultura maorí.

Recientemente, la haka volvió a estar en boca de todos muy a su pesar. O muy al pesar de la selección femenina de fútbol de España. Una polémica más del combinado nacional que parece que las colecciona. Esta es solo la última después de la renuncia de 15 futbolistas inconformes con la continuidad del entrenador Jorge Vilda. El Mundial de Futbol Femenino en Australia y Nueva Zelanda que se disputa actualmente en estos dos países ha dado un respiro a esta controversia que se perpetuó durante meses, haciendo peligrar la participación de ‘La Roja’ en la cita mundialista al cien por cien de su genialidad.

Para entender la nueva controversia, hay que remitirse a uno de los entrenamientos del combinado español en la ciudad neozelandesa de Auckland. Lo que parecía una emulación sin maldad de la haka por parte de cuatro jugadoras de la selección española (Misa Rodríguez, Jenni Hermoso, Salma Paralluelo y Laia Codino) fue entendido por la comunidad maorí como una burla hacia sus tradiciones milenarias. Una falta considerable que, aunque no pasó a mayores gracias a la mediación de la FIFA, casi provoca un auténtico choque diplomático entre los representantes de este pueblo indígena y el país huésped.

El hecho podría haberse quedado en una anécdota interna si no fuera por esa necesidad imperiosa de colgarlo todo en las redes sociales. Sin pararse a valorar las repercusiones que podría acarrear esta versión adulterada de la haka por parte de las deportistas, la Real Federación Española de Fútbol difundió el vídeo que se viralizó en cuestión de segundos. El aluvión de críticas no se hizo esperar. Tras la intervención de la FIFA, que trasladó a la federación el malestar propiciado, el organismo español tomó la decisión de eliminar el vídeo. Pero el daño ya estaba hecho.

‘La Roja’ ya se ha disculpado públicamente con el pueblo maorí de Nueva Zelanda. Además de emitir un comunicado, se reunieron con los ancianos y miembros de una tribu local para disculparse en persona y trasladarles su máximo respecto hacia su cultura.

Las españolas no han sido las únicas en incurrir en una falta de respeto de este calibre aun sin pretenderlo. Las jugadoras de Países Bajos, concentradas en el país oceánico, protagonizaron una situación idéntica tras imitar la haka. También tuvieron que retractarse después de que el vídeo se hiciera viral y fueran señaladas de burlarse de las tradiciones del país anfitrión. “El acto es irrespetuoso y no agrada”, apuntó el canal neozelandés 1News tras difundir las imágenes de las neerlandesas.

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Aunque los ‘All Blacks’ son los grandes exportadores de la haka al mundo, interpretándola en el campo de juego antes de cada partido internacional, son varios los equipos del país que la realizan como distintivo de fuerza y tributo a sus raíces originarias. También se emplea para expresar respeto, honrar a invitados de excepción o para celebrar ocasiones especiales como cumpleaños, bodas y funerales.

El origen de la haka se relaciona con un baile de celebración de la vida, aunque, con el paso de los siglos, los guerreros maoríes la emplearon para intimidar al oponente. De ahí que muchos historiadores la definan en la actualidad como una danza de guerra. Combina movimientos muy amplios, voces y gestos vigorosos, siempre sincronizados y siempre muy sentidos.

Gracias a la selección de rugby neozelandesa, que la adoptó como tradición deportiva, es un símbolo nacional de unidad y orgullo. Imitarla se considera un insulto grave no solo contra de los pueblos originarios, sino contra todo el país. Lo que inicialmente era un elemento fundamental de los indígenas, se ha convertido hoy en día en un rito solemne en el que se ve reflejado el conjunto de población de Nueva Zelanda, sean o no maoríes.

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