Lionel Scaloni, el “adelantado” que alcanza una gran marca, se sienta en la mesa de Menotti y Bilardo y busca de más gloria
Cada vez que un argentino gana, suceden dos cosas: primero, recibe elogios; y segundo: empiezan las comparaciones. Es una sociedad que alimenta el debate y los contrapuntos, que se permite la discusión. Pueden cambiar los contextos, un asado, un bar, una ronda de mates en una tarde de campo, un caldeado día de oficina, un programa de TV, una redacción, cualquier estadio. Lionel Scaloni parece no tener contra. Está en el umbral de mayor imagen positiva, producto de los resultados, los títulos, pero –sobre todo- sumado a la identificación que logró desde el juego y la personalidad de la selección con los hinchas, los que elogian, discuten, comparan.
“Ya está en la mesa chica, se puede sentar con Menotti y Bilardo”. La frase se escuchó entre la gente luego de que la Argentina ganara la Copa del Mundo en Qatar 2022 por una cuestión obvia. Era el tercer entrenador en lograr lo máximo para el fútbol argentino luego de los títulos en la Argentina 78 y México 86. Y muy probablemente, el actual DT del seleccionado, entre café y café, escucharía a sus antecesores para luego preguntar. El fútbol no suele ser una regla de tres simple, aunque las matemáticas pueden ayudar a comprender contextos. En el partido de este martes ante Colombia, en Barranquilla, por las Eliminatorias, Lionel Scaloni igualará al Doctor con 79 partidos en la selección, mientras que a Menotti lo había equiparado en 78 ante Chile. Pero lo grandioso –lo distintivo de este ciclo- es que Scaloni llega a esta cifra en la que sólo le quedará Guillermo Stábile por delante (con 124) en la cresta del proceso: cuando ya parece haberlo ganado todo, mejor parado está para seguir ganando.
“¿El récord de 79 partidos? No soy de prestarles atención a las estadísticas, pero estoy contento de llegar a un número interesante. Pero son números, sólo quedarán ahí”, dijo Scaloni este domingo, en la conferencia de prensa anterior al partido con Colombia. De todas formas, sabe que continúa dando pasos hacia adelante en una película que todavía (por el bien del fútbol argentino) no tiene escrito el capítulo final.
Menotti, por entonces Director de Selecciones Nacionales, fue importante en el respaldo a Scaloni tras el tercer puesto en la Copa América 2019: charló con Claudio Tapia y fomentó la confirmación de un contrato hasta después del Mundial 2022. Cuando en mayo de este año El Flaco falleció, el entrenador de Pujato sostuvo: “A nosotros nos ayudó en un momento clave, que no era fácil para la selección pero especialmente para este cuerpo técnico. Le dio tranquilidad a todo el mundo del fútbol y, con su palabra, hizo que todos esperaran el momento. Estamos eternamente agradecidos, porque –sinceramente- nos daba paz cada vez que hablábamos. Era sólo escucharlo. Pero fue de gran valor en esos momentos puntuales en los que la situación estaba un poco revuelta. Con su palabra, hizo que todos fueran para adelante”.
“Empecemos con que Menotti, Bilardo y Scaloni no fuimos tan importantes. Somos una pieza necesaria, pero no indispensable. No lo asocio a nada”, había dicho El Flaco en declaraciones a Radio Mitre en junio de 2023.
Cuando este domingo le preguntaron sobre sus tres referentes como entrenador, Scaloni primero apostó a las típicas frases como “tuve un montón de técnicos y uno siempre aprende de lo bueno y lo malo de todos. Pero incluso podemos aprender de los que no tuvimos”, sostuvo. Y sorprendió: “Me siento identificado con Ancelotti. Lo escucho y aprendo, coincido con muchas de sus formas de pensar el juego. Me parece un tipo que hizo historia. Después hay muchos que me transmitieron cosas importantes. José Pekerman y Daniel Córdoba, a quien tuve en Estudiantes”.
Quizás la última convocatoria de Dybala para los partidos con Chile y Colombia y haberle dado a él la camiseta 10 del lesionado Messi fue un gesto que visualizó de Ancelotti. La sonrisa que se le dibujó en el rostro tras el gol de la Joya para el 3-0 confirmó la debilidad que siempre tuvo con el delantero de Roma. Así como no fue a la Copa América por “cuestiones técnicas” (estaban Messi y Di María y los tres podían llegar a ser multitud en referencia a las características de juego y el promedio de edad), ahora el DT encontró el resquicio para volver a darle una caricia con la selección. Al fin y al cabo, fue al que más esperó por una lesión, incluso en pleno Mundial de Qatar.
Pekerman ya había dado precisiones del Scaloni-técnico: “Scaloni fue un adelantado en el grupo. Él se hacía sentir en la posición que estuviera, él animaba a un equipo y era un ganador. Y yo creo que hay que tener jugadores ganadores. Muy inteligente y con un espíritu enorme. Entendía, siempre preguntaba ‘¿por qué hacemos esto? ¿Por qué lo otro?’”. Y es el mismo José quien hoy le destaca el hambre de gloria, que ni él ni su cuerpo técnico se conforman con los cuatro títulos conseguidos hasta el momento: “El fuego sagrado sigue encendido”.
¿De qué se sentirían orgullosos Menotti y Bilardo del Scaloni DT? Que se ganó a los jugadores desde el plan de juego y las indicaciones que prepara para cada partido. Lo que proyecta y dice que puede pasar, es lo que suele pasar. Al mismo tiempo, cada jugador tiene un rol y el equipo está por encima de todos. Ni tira el achique ni hace persecuciones individuales, pero quiere un equipo corto y acepta la línea de 3 como variante táctica. Así como ellos tuvieron sus idas y venidas con un líder futbolístico como Diego Maradona, algo parecido le sucedió a Scaloni con Messi, aunque en los balances siempre terminaron recibiendo más aceptaciones que diferencias de los 10. Y, como lo observó Menotti en pleno predio de la AFA en Ezeiza, Scaloni cuenta con un grupo de colaboradores que no lo dejan solo.
¿Cuál será el legado de Scaloni? Es difícil saberlo porque todavía no tiene fecha de vencimiento y, el mayor combustible que ostenta esta selección es que tras ganar el Mundial de Qatar 2022, las Copas América 2021 y 2024, y la Finalissima 2022, mantienen el fuego sagrado de la competencia. No se conforman y se impulsan para ir por más. Sin embargo, se puede hacer un corte ahora que –al menos en la mesa chica de los números- también se sentó con Menotti y Bilardo. Lo que logró Scaloni, sin entrar en detalle de los contextos generacionales, es la continuidad de un juego, un esquema y un grupo de futbolistas que lograron una identidad marcada. Compiten sabiendo a qué juegan. Esto mismo sucedió con Menotti y Bilardo desde cada una de las búsquedas y estilos, la diferencia en la actualidad es la cantidad de partidos seguidos que pasaron con buen juego y triunfos. No es normal que una selección haya mostrado (durante tanto tiempo) una superioridad tan marcada con Brasil y el resto de Sudamérica; y también frente a rivales como Francia, Italia, Países Bajos, Croacia.
De los 78 partidos que suma Scaloni en la selección, ganó 56, empató 16 y perdió 6, con 152 goles a favor y 40 goles en contra: logró 4 títulos (Mundial 2022, Copas América 2021 y 2014, Finalissima 2022)
En ese legado, también habrá que esperar qué jugadores que ahora son dirigidos por Scaloni se transformarán en entrenadores y seguirán su escuela, como sucedió durante años con Menotti y Bilardo.
El 18 de diciembre en el Lusail Stadium, le habían preguntado a Scaloni en medio de los festejos sobre esa figura de Menotti, Bilardo y la mesa. “Ojalá lo hayan disfrutado. En la misma mesa no creo. Ellos tienen una carrera, marcaron una época”.
Hace una semana, Pekerman, le había renovado el crédito en TyC Sports: “Hay que apoyarlo para que amplíe todo lo que él quiere y debe hacer. Porque es muy importante aprovechar este momento para consolidarse. Si nosotros nos ponemos a pensar, Argentina fue campeón en el ‘78 y en el ‘82 nos fue mal. Fuimos campeón en el ‘86, pero en el ‘90 nos fue mal, por más de que llegamos a la final. Yo lo que estoy seguro, conociéndolo a él y al cuerpo técnico, es que eso de sentarse en la mesa no es así, no es lo más importante. Él no se atrevería a pensar hoy que se puede sentar en la mesa. Lo dice y lo piensa”.
Este sábado Scaloni cumplió seis años como DT de la selección: “Recuerdo la semana previa, que empezamos con los entrenamientos en Los Ángeles. Para nosotros era todo nuevo y con algunos desajustes y sacando los entrenamientos como podíamos, con los jugadores que iban llegando pero… siempre con una sonrisa”. Aquella sonrisa de inicio de ciclo con la que fue recibiendo a los primeros jugadores, como la que puso hace unos días cuando Dybala le hizo el tercer gol a Chile. Quizás el día que se vaya de la selección, cuando ya no tenga las energías para buscar seguir ganando o crea que cumplió su ciclo, se siente definitivamente en esa mesa con Menotti y Bilardo. Ahora, en medio de la inmediatez y la vorágine del día a día, hizo una escala, descansó un rato, pagó el café y prometió volver.