Inglaterra sufría, decidió afrontar el miedo al fracaso y sorprendió a Países Bajos, eliminándolo de la Eurocopa

Ollie Watkins ingresó a los 35 minutos del segundo tiempo, y a los 45 consiguió el gol del 2-1 que puso a Inglaterra en la primera final de su historia en suelo foráneo; Stefan De Vrij y Bart Verbruggen sienten el mazazo tan cercano al cierre de la segunda semifinal de la Eurocopa.
Ollie Watkins ingresó a los 35 minutos del segundo tiempo, y a los 45 consiguió el gol del 2-1 que puso a Inglaterra en la primera final de su historia en suelo foráneo; Stefan De Vrij y Bart Verbruggen sienten el mazazo tan cercano al cierre de la segunda semifinal de la Eurocopa. - Créditos: @ADRIAN DENNIS

“Una de las cosas más positivas que logramos en estos ocho años de trabajo fue disminuir el miedo al fracaso, pero esa preocupación había vuelto en la primera parte de la Copa. Jugamos con temor a que las cosas salieran mal, a no cumplir las expectativas, y cuando esa sensación aparece no queda más remedio que afrontarla. No sirve para nada evitarla y esperar que desaparezca”. Gareth Southgate, el entrenador inglés, sabe de pánico escénico. Su fallo en el sexto penal de la tanda en una semifinal contra Alemania en la Eurocopa de 1996 privó a su selección de protagonizar el partido decisivo en Wembley. El error lo marcó de por vida, pero le enseñó que hay sólo una manera de impedir que se repita: mirar al miedo a la cara y hacerle frente.

Las revelaciones del director técnico de Inglaterra previas al choque con Países Bajos para definir el segundo finalista de la Eurocopa Alemania 2024 fueron, sin dudas, otro ejercicio de sanidad mental para expiar los temores y aliviar las presiones. También lo fueron algunas acciones en los días previos al partido de cuartos de final ante Suiza: “Tuvimos muchas reuniones de grupo, vino Ed Sheeran a cantar en la concentración, tomamos unas cervezas, y los jugadores se sintieron más libres y contra Suiza mejoró su relación con la pelota”.

Harry Kane ejecuta el penal que establece el empate para Inglaterra 11 minutos después del gol de Países Bajos; Bart Verbruggen va hacia el mismo lugar que la pelota, pero no la alcanzará.
Harry Kane ejecuta el penal que establece el empate para Inglaterra 11 minutos después del gol de Países Bajos; Bart Verbruggen va hacia el mismo lugar que la pelota, pero no la alcanzará. - Créditos: @Martin Meissner

Pero en el fútbol las recetas no siempre curan a los enfermos. En la segunda parte de la semifinal de este miércoles y con un 1 a 1 en las chapas, las dudas y la falta de confianza parecían bloquear nuevamente las neuronas de los futbolistas británicos. Los mismos que en la mitad inicial habían ofrecido 35 minutos de juego prodigioso mostraban otra vez su peor versión. La pelota y las (escasas) situaciones de peligro pertenecían a Países Bajos, y sus hinchas cantaban en las gradas, paladeando una victoria que veían cercana. Fue entonces cuando, a nueve minutos del cierre y acorde con su discurso, Southgate decidió combatir los fantasmas: quitó a dos de sus estrellas, Phil Foden y Harry Kane, para incorporar a Cole Palmer y Ollie Watkins. La jugada no pudo salirle mejor.

A los 43 minutos, Luke Shaw se soltó por la izquierda, llegó al fondo y tiró el centro atrás. A Watkins le faltaron cinco centímetros para empujarlo; Palmer lo capturó en el segundo palo y su remate se fue muy alto. Tres minutos más tarde, Palmer recibió en posición de enganche, Watkins le señaló el desmarque del centro hacia la derecha, el pase llegó con precisión y el compañero del Dibu Martínez en Aston Villa hizo magia en un segundo: controló, giró y sacó un latigazo cruzado, violento e imparable que se clavó contra el segundo palo del arco de Bart Verbruggen. Golazo. 2-1. Locura y clasificación para que Inglaterra estrenara experiencia el próximo domingo: por primera vez en su historia jugará en el extranjero la final de un gran torneo.

Nathan Aké no encuentra forma de detener a Phil Foden en un lugar tan peligroso, pero zafará; un alivio para sus compañeros Verbruggen y Virgil Van Dijk, que de todos modos terminarán padeciendo la elminación de Países Bajos.
Nathan Aké no encuentra forma de detener a Phil Foden en un lugar tan peligroso, pero zafará; un alivio para sus compañeros Verbruggen y Virgil Van Dijk, que de todos modos terminarán padeciendo la elminación de Países Bajos. - Créditos: @Friso Gentsch

Antes de ese cierre, imposible de prever según el desarrollo del juego, Inglaterra y el partido habían enseñado dos rostros muy distintos. Como si no le importase que Países Bajos se pusiera en ventaja en el inicio con un zapatazo de Xavi Simmons a los 6 minutos, el conjunto de las islas tomó la batuta y organizó un pequeño festival de fútbol basado en movilidad, rotaciones y sociedades que resultaban indescifrables para los hombres de camiseta naranja. Kobbie Mainoo ponía en marcha la orquesta y se sumaban todos, con Foden como solista principal. Durante media hora se acumularon un gol de penal de Kane, un tiro a un palo de Foden y una salvada de Denzel Dumfries en la raya por un disparo del propio Foden.

Una combinación de casualidad y estrategia detuvo en seco el vendaval. Se lesionó Memphis Depay y el director técnico Ronald Koeman lo reemplazó por Joey Veerman, un volante de marca. Su ingreso cerró puertas y ventanas, amansó de golpe a The Three Lions y torció el rumbo del encuentro. Inglaterra se perdió en la maraña asomándose lentamente al precipicio de una nueva frustración. No cayó, entre otras cosas, porque en ese lapso Países Bajos careció de potencia y continuidad ofensiva, pero pintaba oranje el alargue en el horizonte.

Compacto de Inglaterra 2 vs. Países Bajos 1

Hasta que Southgate se puso de pie, decidió plantarles batalla a los fantasmas, tuvo valentía en los cambios y se quedó con el premio mayor. Ahora lo espera España (el domingo en Berlín, a las 16 de Buenos Aires), el mejor adversario posible para medir la eficacia de su tratamiento contra los miedos.