Iker Muniain a San Lorenzo: el arribo del volante que fue dirigido por Marcelo Bielsa y que soñaba con jugar en River
Tres meses atrás, una explosión de sentimientos. Cerca de 30.000 hinchas de Athletic de Bilbao participan en el San Mamés en el acto de despedida a Iker Muniain, que abandona el club. Emblema de la entidad, recuerda justo en ese momento su admiración hacia Marcelo Bielsa.
El Loco vivió en el fogoso club una de sus experiencias más largas y satisfactorias como entrenador. Llegó en el verano europeo de 2011 de la mano del nuevo presidente bilbaíno Josu Urrutia y estuvo hasta 2013. Cambió la mentalidad del club y dejó una huella en sus futbolistas. Antes de que el cantante urbano Baby G interpretase una canción dedicada a su clase (”Iker Muniain, jugador del Athletic y ahora también campeón, se mueve rápido siempre en el campo como un Lamborghini”), el volante ofensivo que también puede desempeñarse como extremo pidió un aplauso para otro de los grandes entrenadores de su carrera.
“Pido un aplauso para Bielsa. Él introdujo un fútbol diferente. Tenía su método, que era un poco particular. Defendíamos persiguiendo a los jugadores, al hombre, por todo el campo. Obtuvimos buenísimos resultados, sobre todo en Europa, lo que hizo que todo el mundo se enamorase”, rememoró.
Te echaremos de menos, capi.#EskerrikAskoIkerMuniain #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/YXpIR9hoI9
— Athletic Club (@AthleticClub) May 13, 2024
Y fue más allá. “Llegamos a las finales y no pudimos obtener el premio que todos queríamos, que era conseguir algún título. Pero aprendí que muchas veces, de lo que hay que disfrutar, no solo es del premio final, sino el camino. Con Marcelo Bielsa lo disfrutamos todos, a pesar de que la pérdida fue dolorosa”, añadió. Rápidamente, su deseo empezó a florecer: jugar en el fútbol argentino. Jugar más precisamente en River. Y, desde ya, en el Monumental.
Luego de confirmarse su salida del equipo donde disputó toda su carrera, Muniain había expresado su cariño por River e incluso había expresado su ilusión de jugar con la banda roja sobre su pecho. “Aparecer en el Monumental es una de las opciones que contemplo, que me atraen. Mi pasión por River ha ido aumentando. Quitando a Athletic de Bilbao, que es el club de mi vida, yo siento hacia River un vínculo emocional y sentimental muy grande. Lo he manifestado muchas veces”.
En algo se pusieron de acuerdo, con un mes de distancia, Martín Demichelis y Marcelo Gallardo: el talentoso hombre nacido en Pamplona no iba a ser tenido en cuenta. Un auténtico golpe a la ilusión de un jugador que estaba convencido de que su sueño se iba a convertir en realidad.
Cuando parecía que su obsesión había quedado en un costado, el futbolista español llegó a la Argentina hace un par de días y está manteniendo conversaciones para incorporarse a San Lorenzo. Una reunión este miércoles, otra este jueves. Mientras el Ciclón se debate con serios problemas internos (dirigenciales, políticos, económicos y Leandro Romagnoli busca enderezar la nave futbolera), el vasco es una opción cierta. Aparentemente, Independiente y Racing también le bajaron el pulgar (una cuestión es deportiva, otra, económica) y el Ciclón apareció en escena, días después de quedar eliminado de la Copa Libertadores, otro de sus deseos de competición.
Según se supo, durante la primera charla, Iker pidió ver videos de la hinchada de San Lorenzo, una de las más originales y multitudinarias de nuestro medio. Faltan algunos detalles (el factor económico es un impedimento esencial, ya que en lo deportivo San Lorenzo tiene un plantel con determinadas falencias), pero el deseo, al parecer, es mutuo.
El español acaba de terminar una extensa etapa en el Athletic de Bilbao, equipo en el que jugó toda su carrera como profesional (debutó en 2009) y donde ganó la Supercopa de España 2015 y 2021 y la Copa del Rey 2024. En la entidad vasca, el moderno enganche disputó un total de 560 partidos, en los que anotó 76 goles y repartió 54 asistencias.
De viaje relámpago en Buenos Aires acompañado por su representante, convencido de que este es el lugar en el mundo en donde quiere disfrutar de los próximos años de su carrera, la intención es rubricar un vínculo hasta diciembre de 2025.
Muniain también tuvo una destacada trayectoria en las selecciones juveniles de España, con las que ganó las Eurocopas Sub 21 de 2011 y 2013. Con el seleccionado mayor disputó dos partidos: un amistoso que terminó en goleada 5-0 sobre Venezuela en 2012 y un encuentro clasificatorio para la Eurocopa 2021, en 2019, en el que superó por 2-0 a Malta.
El equipo de Boedo, que es dirigido por Pipi Romagnoli, viene de quedar eliminado en los octavos de final de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro, de Brasil. Al mismo tiempo, en la Liga Profesional está 25°, con solo 10 puntos.
Su amor por River siempre estuvo en el centro de su mesita de luz. “Cuando eres pequeño y ves por la tele los clásicos River-Boca, siempre te decantas por uno. Yo me decanté por River y hasta el día de hoy tengo esa ilusión por River y por toda su hinchada”, confesó, tiempo atrás.
Sin embargo, su pasión se hizo pública durante 2011, cuando él mismo decidió mostrarse con la camiseta de la banda roja en el medio del peor momento de su historia: el descenso al Nacional. “Bajamos porque como se suele decir es el único título que nos queda por ganar. El año que viene estamos otra vez en primera”, sostuvo. Y así fue.
Alguna vez, además, recordó cómo hizo para ver la final de todos los tiempos. Una anécdota desopilante. “Yo soy muy fanático de River Plate... Entonces dije: ‘Hostia, traen aquí el partido, tengo que ir a Madrid a ver ese partido. Tengo que estar con mi equipo alentando”, contó Iker en una entrevista con Movistar+, años atrás.
El partido estaba pautado para el ahora histórico 9/12, su equipo jugaba un día después, aunque sospechaba que no iba a ser titular. “Nosotros estábamos en descenso, era diciembre, el equipo estaba horrible, habían echado al entrenador... La peor situación que te puedes imaginar”, resumió el escenario. Y siguió: “Llamé a Omar, una persona de confianza, y le dije que alquiláramos una furgoneta para ir a Madrid. Llegamos y había 50.000 personas de River Plate... No podía ir así con la cara descubierta. Me puse una peluca, unas gafas, una gorra y una bufanda y salimos a la calle. Fui como un barra brava”.
San Lorenzo jugará contra River, en el Monumental, el 24 de noviembre.