Gerónimo Rulli, el reemplazante de Dibu Martínez: intimidad y reflejos de un “histórico” arquero de selección

Gerónimo Rulli y Dibu Martínez, socios del arco de la selección argentina
Gerónimo Rulli y Dibu Martínez, socios del arco de la selección argentina

Son amigos. Llevan un largo tiempo con la camiseta del seleccionado sobre el pecho y defienden el mismo ideal: el arco del campeón del mundo. Dueño de la camiseta número 23, Dibu Martínez debutó el 3 de junio de 2021 y se llevó puesto todo: a esta altura, es un ídolo de multitudes, casi al límite de Lionel Messi. Dueño de la camiseta número 12, Gerónimo Rulli hizo su presentación el 8 de septiembre de 2018. El marplatense suma 47 partidos en el seleccionado, ganador en Qatar y bicampeón de América. El platense tiene 4 encuentros en la selección mayor y dos citas olímpicas. La última, París 2024, porque a Dibu lo frenaron en la puerta de salida.

Dibu es extrovertido, Gerónimo es bajo perfil. Martínez convirtió su carrera en un show exitoso: sus tapadas sensacionales, su imposible rapidez de piernas y el olfato en los penales se mezcla con sus excesos de temperamento. Rulli se inclina por la prestancia, sin gritos ni ademanes elocuentes, acompañado por una carrera sobria, lejos de las grandes luces.

El éxtasis de Messi, con Dibu (atrás, a la izquierda) y Rulli (adelante, a la derecha)
El éxtasis de Messi, con Dibu (atrás, a la izquierda) y Rulli (adelante, a la derecha) - Créditos: @Aníbal Greco

Martínez surgió en Independiente, esperó pacientemente su oportunidad en el Arsenal inglés y explotó en Aston Villa, un club de segundo orden del fútbol inglés y sus pergaminos lo llevaron a la Champions League. Lo tiene todo, es amado (en nuestro país, en Birmingham y en rincones donde adoran su personalidad arrolladora) y resistido (Francia, Colombia, México, entre otros destinos) con un énfasis brutal. Para algunos especialistas, se trata del mejor arquero del seleccionado de todos los tiempos. ¿Qué le falta? Probarse en un grande de Europa.

Rulli se destacó en Estudiantes, pasó por Real Sociedad, Montpellier, Villarreal y ahora es un referente de Marsella. Junto con Franco Armani (ya retirado del seleccionado), Juan Musso y Walter Daniel Benítez, entre algún otro protagonista circunstancial, es uno de los “históricos” guardianes de selección. Se destaca en el equipo francés (el club más popular), bajo el ala de Roberto De Zerbi, el italiano de 45 años que admira a Marcelo Bielsa. Perdió el invicto este domingo, en un cerrado 1-0 con Racing de Estrasburgo. Y el DT lo volvió a nombrar: “Tengo confianza ciega en mis jugadores. Como dijo uno de mis referentes históricos, Marcelo Bielsa, de la derrota se aprende. Este día será decisivo para nosotros, es una lección importante que aprender”. A Rulli no lo discute nadie.

Lionel Scaloni, el entrenador del seleccionado, lo piensa incluir como titular en la próxima fecha de eliminatorias. Martínez pidió disculpas públicamente este lunes luego de ser suspendido por realizar gestos ofensivos durante la última serie de la clasificatoria sudamericana rumbo al Mundial 2026. “Acepto la sanción de la FIFA y pido disculpas si ofendí a alguien, el momento de celebración es para hacer sonreír a muchos chicos y no faltar el respeto a nadie. Apoyaré a mis amigos en esta fecha FIFA con el dolor de no poder estar”, dijo el arquero a través de la red social Instagram.

Martínez recibió una sanción de dos fechas para partidos internacionales de parte de la FIFA por “comportamiento indebido y violación de los principios del juego limpio”, luego de hacer un gesto obsceno con la Copa América y de empujar una cámara de televisión después de la derrota argentina frente a Colombia (1-2) en la fecha pasada de las eliminatorias.

“Nunca fue mi intención faltarle el respeto a nadie, ni entendía que un gesto bien recibido por la gente era ofensivo, pero trataré de no ofender más a nadie y solo enfocarme en ganar títulos con Argentina y Aston Villa”, advirtió el símbolo de la nueva generación. Como Martínez quedará al margen de los dos próximos encuentros de la Argentina en la ruta mundialista, con la visita a Venezuela el 10 de octubre próximo, y el partido frente a Bolivia en Buenos Aires, cinco días después, aparece en escena un gran amigo. Rulli está primero en la nómina, mientras que también serían convocados Juan Musso (Atlético de Madrid) y Walter Benítez (PSV Eindhoven).

Los dos tienen 32 años. Los dos son enormes (1,95, Dibu; 1,90 Gerónimo). Son grandes voladores, especialistas en penales, aprendieron a jugar con los pies como exige el tiempo de hoy y, cada uno con su estilo, son referentes de sus equipos.

Rulli vive una segunda juventud a orillas del Mediterráneo. El arquero, que es muy querido en 1 y 57, regresó a la Ligue 1 (jugó cedido en Montpellier en la temporada 2019-2020) y defiende con maestría el club más “latino” del fútbol francés.

Acompañado por Leonardo Balerdi y Valentín Carboni (nombres que suelen estar resaltados en rojo en el manual de Scaloni), Rulli es el argentino decisivo de Marsella. Luego de la tormentosa temporada pasada en el Ajax, un histórico del fútbol europeo que vivió uno de los cursos más complicados de su legendaria historia, Rulli aterrizó en Marsella atraído por el proyecto de De Zerbi, el Bielsa italiano.

En una entrevista con el diario L’Equipe días atrás, Rulli recordó que durante unas breves vacaciones en Miami, entre la Copa América y los Juegos Olímpicos, recibió una llamada del conductor. Apenas cortó la comunicación, le dijo inmediatamente a su mujer: “Si hay un entrenador con el que tengo ganas de trabajar, es con él”.

Al día siguiente de la despedida de la Argentina de los Juegos Olímpicos, el técnico lo volvió a llamar: “Ahora que estás eliminado tenés que venir, te espero”. Asumió el fracaso del elenco que condujo Javier Mascherano y, al otro día, aceptó la invitación. El estilo de juego ofensivo que practican los equipos del entrenador italiano obliga a los arqueros a participar más.

“Soy un jugador de campo más”, reconoció Rulli. “Bueno, la primera cosa que nos pide es que como arquero, atajemos. Luego, como estoy más retrasado y tengo una buena visión de la cancha, tengo que tratar de analizar muy rápido cómo el rival nos presiona, donde están los espacios, para ayudar a mis compañeros a colocarse y a jugar”, explica. Se nota: cada día juega mejor con los botines. Lo que le abre otra puerta en la selección, más allá de que la Scaloneta no suele salir jugando.

De Martínez a Rulli, un mundo. Lo describe muy bien el (antiguo y... nuevo) dueño del arco del campeón mundial. “Yo soy muy amigo suyo. Tenemos una gran relación. Entiendo perfectamente lo que provoca en los demás, pero si realmente lo conocés, te das cuenta que es una gran persona. A la hora de competir, quiere ganar y hará todo lo posible para ganarte”, lo describe Gerónimo.

Y abre la enciclopedia de las diferencias. “Tengo mi propia rutina, no podría hacer lo que él hace antes de un penal... No me gusta, pero porque en ese momento estoy pensando en otra cosa. Siempre estudiamos mucho los penales y antes de esa final también lo hicimos. Nada fue por casualidad. Lo habíamos practicado mucho”, contó, tiempo atrás. Ahora, es su momento.