Manchester City venció a Chelsea con lo justo y pasó a la final de la FA Cup

Con la mano en el corazón: Bernardo Silva falló un penal decisivo contra Real Madrid, pero le dio la victoria a Manchester City en la FA Cup contra Chelsea
Con la mano en el corazón: Bernardo Silva falló un penal decisivo contra Real Madrid, pero le dio la victoria a Manchester City en la FA Cup contra Chelsea - Créditos: @Ian Walton

El Manchester City de Julián Álvarez se impuso este sábado sobre el Chelsea de Enzo Fernández por 1 a 0 y alcanzó la final de la FA Cup, en un espectáculo vibrante en Wembley, la casa del fútbol. Los campeones del mundo fueron titulares y tuvieron actuaciones destacadas, en un partido a todo ritmo, de lo mejor que puede disfrutarse en el fútbol mundial.

El ganador de esta llave se medirá en la final con el vencedor de Manchester United-Coventry City, que se jugará este domingo, a las 11.30 de nuestro país. Claro que sí: puede haber definición a puro Manchester. El gol de la victoria fue convertido por Bernardo Silva, una suerte de villano convertido en héroe. El portugués tuvo un desafortunado remate en la definición por penales de entre semana contra Real Madrid, que marcó la eliminación del City en los cuartos de final de la Champions League. El golpe fue durísimo.

Una clásica postal del fútbol inglés: la gente de Manchester City y la corrida de Bernardo Silva
Una clásica postal del fútbol inglés: la gente de Manchester City y la corrida de Bernardo Silva - Créditos: @Alastair Grant

Se notó el desgaste. En el juego, en el corazón, en lo físico, ya que hubo 120 minutos de alta tensión contra la Casa Blanca. Silva había pateado dócilmente, atajado por Andriy Lunin. Esta vez, vio el hueco y disparó. Un zurdazo que es mucho más que un gol rumbo a la final. Es un mensaje.

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El entrenador del City, Pep Guardiola, se inclinó por Julián desde el arranque en lugar de Erling Haaland, con un desgarro sufrido en la eliminación por penales frente a Real Madrid, por los cuartos de final de la Champions League. Haaland ya se había perdido más de un mes entre diciembre y enero debido a una molestia en el pie.

Enzo Fernández le quita el balón a Kevin De Bruyne, un auténtico fuera de serie
Enzo Fernández le quita el balón a Kevin De Bruyne, un auténtico fuera de serie - Créditos: @BEN STANSALL

“Ponemos mucha presión con nuestro estilo de juego y es por eso que hay fatiga. Son seres humanos, no máquinas. Estamos acostumbrados a esto”, dijo el español. La eliminación ante el Madrid puso fin a las aspiraciones del City de conseguir tripletes en temporadas consecutivas, después de coronarse el año pasado en la Premier, la Champions y la Copa FA.

En Chelsea, también hay preocupación. Y en proyección, en la selección argentina. En diciembre pasado se supo que Enzo Fernández tenía un principio de pubalgia. La recuperación suele atravesar largos intervalos de descanso y diversos tratamientos. En algunos casos, una operación. En este, puede implicar que el mediocampista campeón mundial en Qatar 2022 se pierda la Copa América Estados Unidos 2026, que arrancará el jueves 20 de junio próximo.

El volante debe tomar una decisión que puede afectar su futuro. La pubalgia produce una molestia traicionera, que suele afectar el rendimiento varias veces en una temporada. Pochettino, convencido que es una pieza indispensable en el mediocampo, lo ubicó como titular. Luchó, hizo lo que pudo. No alcanzó.

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El partido tuvo la tónica esperada: Manchester City con todo al ataque, Chelsea con la decisión de las salidas rápidas, a contrapierna. Julián se mostró incisivo en los metros finales, con la decisión de ser el primer defensor como en los viejos buenos tiempos con Marcelo Gallardo en River y, Enzo, en la misma sintonía nostálgica en clave millonaria, buscó ser el centro del juego y la distribución en la zona media.

Protesta Mauricio Pochettino, que intenta enderezar el rumbo de Chelsea
Protesta Mauricio Pochettino, que intenta enderezar el rumbo de Chelsea - Créditos: @BEN STANSALL

Mucha tensión, mucha adrenalina en la Catedral del fútbol. Durante el primer tramo, el City fue más y mejor, sin rastros del golpazo sufrido entre semana. Álvarez jugó con decisión, Fernández con algunas dudas (físicas y tácticas). El cordobés se sintió cómodo en el cuadrado conformado por De Bruyne, Foden y Grealish. De a ratos, fútbol total.

De todos modos, más allá de que el conjunto celeste fue superior y pudo desnivelar a través de Bernardo Silva y una arremetida de Álvarez, Chelsea dispuso de la mejor situación. Cole Palmer, el delantero de 21 años que no tenía lugar según el ojo clínico de Guardiola, casi abre el marcador en la inexorable ley del ex. En una baldosa, el Flaco creó una fantasía en el área, pero el zurdazo fue bajo, previsible para las manos de Stefan Ortega.

Se notó cierta tensión física en el City, que entre semana perdió por penales, luego de exigentes 120 minutos. Chelsea tomó nota del detalle y equilibró la balanza al término del primer tiempo, un espectáculo sin goles, pero verdaderamente vibrante.

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El segundo capítulo empezó con una novedad: Guardiola decidió hacer una modificación, algo que no suele ocurrir. Y mucho menos en el entretiempo. Evidentemente, el desgaste físico fue determinante en su drástica decisión. Rúben Dias ingresó por John Stones, pero la jugada táctica no salió tan bien, ya que Chelsea dispuso de dos situaciones de peligro real, bien resueltas por Stefan Ortega, el arquero de 31 años que reemplazó a Ederson, en el banco de suplentes.

En las dos ocasiones, el arquero sostuvo la estantería del City frente al ímpetu de Nicolas Jackson, un león en el área, pero con la claridad limitada. Al rato, Chelsea reclamó con efusividad una mano de Grealish, luego de un tiro libre de Palmer. Pochettino saltó del banco, despedido. El VAR convalidó la decisión de Michael Oliver. Siga, siga...

El partido ganó en intensidad, pero el juego decayó. Chelsea se adelantó unos metros, el City siguió en modo baja batería, sin la prestancia de otras noches. Un espectáculo parejo, sin chispa, pero de altísima tensión.

Dorde Petrovic, el arquero de Chelsea, también sostuvo el arco en cero, con dos tapadas fenomenales. El partido está en su máxima expresión. Salió Grealish, lesionado, ingresó Jeremy Doku, más incisivo que nunca. Nunca frenó el impulso del ataque-defensa. Pero faltó creatividad, claridad en los metros finales. Hasta que a diez minutos del final, Bernardo Silva acaba el suspenso con un zudazo bárbaro, adelanta al City y acaba con algunos murmullos, por la forma en que pateó el penal entre semana a Real Madrid, en la fallida definición por los cuartos de final de la Champions League.

Las vueltas de la vida. Y del fútbol. Bernardo Silva se tocó el corazón en el festejo. Y Pep celebró a lo grande, como si fuera la final de un Mundial. Con ganas, con fuerza. Como debe ser.