Exequiel Zeballos volvió a ser feliz en Boca: gol, lágrimas, emoción y ovación en la Bombonera
Vaya si valen las lágrimas de Exequiel Zeballos en el festejo de su gol, el primero después de 28 partidos oficiales, que le puso la frutilla al contundente 4 a 1 de Boca sobre Godoy Cruz, por la 21a fecha de la Liga Profesional. Porque ese tanto significó mucho más. Fue, de algún modo, el cierre feliz de una etapa de penurias en la que el Changuito debió afrontar dos gravísimas lesiones.
El delantero xeneize, de 22 años, se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en octubre de 2023, durante un encuentro frente a Belgrano. Esta lesión lo mantuvo fuera de las canchas hasta julio de 2024, por lo que este gol, tras 28 partidos sin convertir, representó el cierre de un ciclo de esfuerzo y recuperación.
La acción fue con su marca registrada: el toque corto y la explosiva salida en velocidad a buscar una pared. Y en esa construcción fue clave Miguel Merentiel, que dejó al santiagueño solo para definir ante el arquero Franco Petroli con un derechazo cruzado desde la puerta del área. Corrida hacia un costado, emoción y ovación, que terminó con los aplausos de todo el estadio cuando el técnico Fernando Gago lo reemplazó por Joaquín Ruiz solo para que el chico se llevara de regalo el reconocimiento del público.
GOLAZO Y EMOCIÓN PARA EL CHANGUITO ZEBALLOS 🔵🟡
El delantero de Boca hizo una pared con Merentiel y definió para el 4-1 ante Godoy Cruz
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El abrazo de sus compañeros, especialmente de Merentiel, que lo felicitó con varios golpecitos de cariño, fueron el broche de una escena que simboliza la resiliencia del jugador. Este tanto llegó luego de cuatro meses después de su vuelta a las canchas y dejó atrás el largo camino de su recuperación.
Lo expuesto en la noche de este miércoles no es algo sorpresivo. Desde su retorno, Zeballos demostró ser una pieza importante para Boca y, con el transcurrir de los partidos, recuperó lo que venía prometiendo desde su debut: su habilidad a la carrera para crear jugadas de peligro.
Gago decidió incluirlo entre los titulares para el partido contra Godoy Cruz, luego de la derrota frente a Lanús por 1-0. Había presión. Y, precisamente, el DT xeneize opinó sobre el Changuito: “Yo entiendo bastante la situación de Zeballos porque a mí me pasó. Está en proceso de formación todavía, tiene unas condiciones muy buenas pero tiene que demostrarlas constantemente. No se tiene que quedar con un gol ni tampoco pensar que hace 28 partidos no hacía uno. Tiene pocos partidos en Primera, pasó momentos difíciles y hoy tiene que disfrutar. Mañana tiene que volver a trabajar”.
La última vez que Zeballos había convertido un gol fue el 18 de agosto de 2023 en un partido contra Platense, donde no solo marcó el primer tanto, sino que también asistió en otro para el 3-1 definitivo. Un año antes, en un partido frente a Agropecuario, por la Copa Argentina, el delantero había sufrido una fractura en la tibia derecha y la rotura de los ligamentos del tobillo, como consecuencia de una fuerte infracción de Milton Leyendeker. Su recuperación le demandó ocho meses.
El Changuito
“Exequiel está durmiendo la siesta”. La frase pudo haberse dicho hace una década o la semana pasada. Oriundo de Santiago del Estero, Zeballos mantiene esa tradición.
Nació el 24 de abril de 2002, en la localidad de La Banda, y juega como extremo por la izquierda. Es atrevido, encarador y tiene una gran pegada. Ya marcó varios goles de tiro libre, en Boca y en la selección juvenil. Consciente de su potencial, y para evitar conflictos de otras épocas, el club le firmó su primer contrato en 2018.
“En reserva me piden lo mismo que me pidieron en las divisiones anteriores y en la selección. Que encare. Que pierda el miedo y arriesgue para poder romper líneas defensivas”, resumía en una entrevista realizada hace unos años por el sitio oficial de la AFA.
Zeballos tuvo además una muy destacada tarea en los juveniles albicelestes, donde formó parte de los planteles Sub 15 y Sub 17.
“Tiene una gambeta en velocidad que no abunda en el fútbol argentino. Y no le tiene miedo a nada. Es encarador, atorrante. tiene pegada.. Para graficarlo mejor: del estilo de Centurión”, le confió a LA NACIÓN una persona de presencia frecuente en el complejo de Ezeiza.
Zeballos está de vuelta, como para confirmar todas aquellas viejas presunciones.