Estados Unidos estuvo a punto de perder contra Sudán del Sur en básquetbol rumbo a los Juegos Olímpicos de París

El primer Dream Team iba a jugar ante Angola en Barcelona 1992. Unas horas antes del partido, le preguntaron a Charles Barkley –una de las banderas de ese equipo de colección– qué conocía sobre sus rivales. “Ni siquiera sé de dónde son ni dónde queda ese país. Lo único que sé es que están en graves problemas”. Estados Unidos se impuso por 116 a 48.

Treinta y dos años después, algunos de sus jugadores siguen siendo así de atrevidos y eligen ignorar aquello que esté más allá de su fronteras. Pero el deporte mundial creció.

El doble salvador de LeBron James

Sudán Del Sur es un país del este de África cuya capital es Yuba, la ciudad más poblada. De mayoría cristiana, se separó de Sudán, de predominio islámico, en una guerra civil que duró largos años, que incluyó algo parecido a un genocidio. El 9 de julio de 2011 se declaró país independiente y Salva Kiir se convirtió en el primer presidente de sus 11 millones de habitantes. Tiene, entonces, apenas 13 años de existencia.

Está en el último lugar en la clasificación del índice de desarrollo humano (IDH), un indicador elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo que se utiliza para calificar a los países en cuanto a esperanza de vida, educación (tasa de alfabetización, entre otros rubros) e ingreso per capita. La nación que tiene como lema “Justicia, Libertad y Prosperidad” está al final de la fila.

Habría sido una hazaña impensable para los sursudaneses, como así también la humillación más grande para el país que domina el básquetbol en el mundo, que tiene a la NBA como orgullo. Con un elenco de estrellas de Hollywood (los mejores en cada puesto, desde Lebron James hacia abajo), USA Basketball habrá esperado que fuera un amistoso de preparación más, rumbo a una nueva medalla dorada, en los Juegos Olímpicos de París.

Error, sí fue así. Terminó dándose un 101-100 con suspenso mayúsculo, en todo el desarrollo pero sobre todo en la última bola, en un repleto estadio de Londres, el O2 Arena, donde se desarrollan espectáculos de todo tipo. Una, dos, tres veces, estuvieron los norteamericanos a punto de perder. El deporte, de vez en cuando, nos invita a esta serie de acontecimientos. No sería descabellado que, cuando se reencuentren en París –compartirán el grupo–, los genios de la NBA cambiaran el chip y arrollaran por más de 40 puntos. Puede pasar, claro.

El partenaire estuvo arriba hasta a 8 segundos del último canto de la chicharra, cuando una bandeja de LeBron James transformó la derrota en alivio. A los 39 años, el crack tiene sangre caliente en las venas. Para él nunca un partido es amistoso, y por eso anotó 23 puntos. Otros estadounidenses destacados fueron Steph Curry y Anthony Davis. Pero a poco estuvieron de quedar inmortalizados en un papelón histórico: en la última jugada se molestan dos sursudaneses entre sí, insólitamente, yendo a tomar un rebote y a tirar al aro, y fallaron una conversión que parecía accesible. El que erró la volcada, Wenyen Gabriel, fue compañero de LeBron y de Anthony Davis en Los Angeles Lakers en la última temporada.

Bright Stars (así se llama a Sudán del Sur) será el primer equipo en representar a su nación en los Juegos Olímpicos. Compartirá su zona con el propio Estados Unidos, Serbia y Puerto Rico. Este sábado, en Londres, ganó los dos primeros cuartos, llegó a tener una ventaja de 16 puntos y sintió la emoción de estar al borde de una de las sorpresas jamás vistas en el básquetbol. La ventaja de 58-44 en el descanso largo asombró tanto que convirtió a “Sudán del Sur” en tendencia en la red social X.

El yerro de los sursudaneses en el último ataque

El modesto país que jamás logró una medalla olímpica y envió un puñado de atletas a Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, hizo historia en su básquetbol al clasificarse para París 2024 por su gran desempeño en el último mundial, Filipinas-Indonesia-Japón 2023. Está ubicado 33º en el ranking de FIBA. ¿Qué se sabe de su equipo?

Marial Shayok, formado en el básquetbol canadiense pero de ascendencia sudanesa, juega en Maine la G League (liga de desarrollo de la NBA). Gabriel, después de pasar por Lakers y Memphis Grizzlies, entre otras franquicias, se fue a Puerto Rico y juega en Vaqueros de Bayamón. Nuni Omot nació en Kenia, se formó en Estados Unidos y actuó en la última temporada en Maccabi Ramat Gan, de Israel.

Hinchas de Sudán del Sur en Londres

Peter Jok es uno de los pocos nacidos en Sudán del Sur. Se forjó en Estados Unidos y protagonizó la última temporada en Sioux Falls, de la G League. Khaman Maluach, también oriundo, tiene 17 años y 2,18 metros; entró al programa de desarrollo de la Baketball Africa League, supervisado por la NBA, y se desempeña en City Oilers. Majok Deng es sudanés, también se preparó en Estados Unidos, y juega en Australia. Carlik Jones, estadounidense nacionalizado, actúa en China.

Todos llegaron al mundo cuando Sudán del Sur aún no existía como nación independiente. Sin embargo, hay cierta tradición. Allí nació el histórico Manute Bol (2,31 metros), que fue parte de la NBA en los años ochentas y noventas. También es de Sudán del Sur Luol Deng, ya retirado, que brilló en la mejor liga del planeta y fue compañero de Andrés Nocioni en Chicago Bulls.

En el equipo estaba inscripto Bol Bol, hijo de Manute, que se desempeña en la NBA pero a último momento se dio de baja por motivos personales. El lunes pasado, en Madrid, los sursudaneses jugaron con Argentina y perdieron por 81-72. Por cierto, el equipo celeste y blanco convive con una larga renovación, que involucra a muchos jóvenes. Había perdido contra Portugal por 73-63, antes de que Nicolás Laprovittola advirtiera: “No estamos como para competir en el nivel internacional”. Ese conjunto que estaba fuera de registro superó después a Sudán del Sur. Y ahora, lo de este sábado con Estados Unidos.

Compacto de Estados Unidos 101 vs. Sudán del Sur 100

Todo un indicativo de lo anormal de lo que acaba de ocurrir. La ilógica que estuvo por ser hazaña histórica. Que estuvo por ser papelón mundial.