NUEVA YORK.- Considerada como posible reemplazo del presidente Joe Biden como candidata demócrata, las posturas de la vicepresidenta Kamala Harris sobre cuestiones clave han quedado bajo el foco de interés tanto de los votantes como de los partidos políticos.

Harris tiene una larga trayectoria en política: como fiscal de distrito de San Francisco, como fiscal general de California, como senadora, como candidata presidencial y como vicepresidenta. Aquí, una descripción general de sus distintas posiciones.

Aborto

Harris apoya una legislación que proteja el derecho al aborto a nivel nacional, como lo hizo la ley Roe v. Wade antes de que fuera revocada en 2022 por el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization.

Después del fallo Dobbs, Harris pasó a ser fundamental en los esfuerzos de la campaña de Biden por mantener el foco de atención en el tema del aborto, dado que Biden –con su incomodidad personal como católico en relación al aborto y su apoyo, al principio de su carrera, a las restricciones en la materia– no era el más idóneo para comunicar esas ideas. En marzo, Kamala Harris realizó la que se está considerada la primera visita oficial de un presidente o vicepresidente a una clínica de abortos.

Harris apoyó constantemente el derecho al aborto durante su mandato en el Senado, incluido el copatrocinio de una legislación que habría prohibido restricciones comunes a nivel estatal, como exigir a los médicos que realicen pruebas específicas o tener privilegios de admisión hospitalaria para poder realizar abortos.

Como precandidata presidencial en 2019, argumentó que los estados con un historial de restricción del derecho al aborto en violación de la ley Roe deberían estar sujetos a lo que se conoce como autorización previa para nuevas leyes sobre el aborto; esas leyes tendrían que ser aprobadas a nivel federal antes de que pudieran entrar en vigor. Esa propuesta no es viable después de que la Corte Suprema anulara la ley Roe.

Cambio climático

Harris apoyó los esfuerzos climáticos de la administración Biden, incluida la legislación que proporcionó cientos de miles de millones de dólares en créditos fiscales y reembolsos para energía renovable y vehículos eléctricos.

“Está claro que el reloj no solo corre, sino que además avanza”, dijo en un discurso el año pasado, refiriéndose a los desastres cada vez más graves y frecuentes provocados por el cambio climático. “Y es por eso que, hace un año, el presidente Biden y yo hicimos la mayor inversión en materia climática en la historia de Estados Unidos”.

Durante la campaña presidencial de 2020, enfatizó la necesidad de justicia ambiental, un marco que exige políticas para abordar los efectos adversos que el cambio climático tiene en las comunidades pobres y las personas de color. También enfatizó esa idea como vicepresidenta.

En 2019, Harris, entonces senadora, y la representante Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata por Nueva York, introdujeron una legislación que habría evaluado las normas y leyes ambientales en función de cómo afectaban a las comunidades de bajos ingresos. También habría establecido una Oficina de Responsabilidad de Justicia Climática y Ambiental independiente y habría creado un “asesor principal en justicia climática” dentro de varias agencias federales. En 2020, Harris presentó una versión más amplia del proyecto de ley. Ninguna de las leyes fue aprobada.

Democracia

A Harris se le asignó la tarea de liderar los esfuerzos de la administración Biden para asegurar la legislación sobre el derecho al voto, un trabajo que ella solicitó. La legislación, que pasó por varias instancias pero finalmente fue bloqueada en el Senado, habría contrarrestado las restricciones al voto en los estados liderados por los republicanos, limitado la manipulación y regulado el financiamiento de campañas de manera más estricta.

Este año, se reunió con defensores del derecho al voto y describió una estrategia que incluía la creación de un grupo de trabajo sobre amenazas a los trabajadores electorales y el desafío de las restricciones estatales al voto en los tribunales.

También ha condenado los esfuerzos del expresidente Donald Trump por anular los resultados de las elecciones de 2020. En un discurso pronunciado en 2022 con motivo del aniversario del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, dijo que ese día había mostrado “cómo sería nuestra nación si las fuerzas que buscan desmantelar nuestra democracia tuvieran éxito”.

Y añadió: “Lo que estaba en juego entonces, y ahora, es el derecho a que nuestro futuro sea decidido como lo prescribe la Constitución: por nosotros, el pueblo, todo el pueblo”.

Política económica

En distintos eventos de campaña de este año, Harris ha promovido las políticas económicas de la administración Biden, incluido el proyecto de ley de infraestructura que firmó el presidente demócrata, la financiación para pequeñas empresas, una disposición de la Ley de Reducción de la Inflación que limita el costo de la insulina para las personas con Medicare y la condonación de la deuda estudiantil.

En un evento en mayo indició que las políticas de la administración para combatir el cambio climático también traerían beneficios económicos al crear empleos en la industria de las energías renovables. En otro acto, promovió más de $100 millones en subvenciones del Departamento de Energía para que los fabricantes de autopartes se pasen a los vehículos eléctricos, lo que, según dijo, “ayudaría a mantener nuestras cadenas de suministro de automóviles aquí en Estados Unidos”.

Como senadora, presentó una legislación que habría proporcionado un crédito fiscal de hasta 6000 dólares para familias de ingresos medios y bajos, una propuesta que destacó durante su campaña presidencial como una forma de abordar la desigualdad de ingresos.

Inmigración

Uno de los mandatos de Kamala Harris como vicepresidente ha sido abordar las causas fundamentales de la migración desde América Latina, como la pobreza y la violencia en los países de origen de los migrantes. El año pasado, prometió 950 millones de dólares de empresas privadas para apoyar a las comunidades centroamericanas. Compromisos similares asumidos anteriormente ascendieron a unos 3000 millones de dólares.

En 2021, visitó la frontera entre Estados Unidos y México y dijo: “Este tema no puede reducirse a una cuestión política. Estamos hablando de niños, estamos hablando de familias, estamos hablando de sufrimiento”.

Más recientemente, respaldó un acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza que Biden respaldó, pero que torpedeado por Trump, al instar a los legisladores republicanos a anularlo. La legislación habría cerrado la frontera si los cruces alcanzaran un umbral establecido y habría financiado miles de nuevos agentes de seguridad fronteriza y oficiales de asilo.

“Tenemos muy claro, y creo que la mayoría de los estadounidenses lo tienen claro, que tenemos un sistema de inmigración fallido y debemos arreglarlo”, dijo Harris en marzo pasado.

Israel y Gaza

Harris pidió en marzo un “alto el fuego inmediato” en la Franja de Gaza y describió la situación en esa región como una “catástrofe humanitaria”. Dijo que “la amenaza que Hamas representa para el pueblo de Israel debe ser eliminada”, pero también que “demasiados palestinos inocentes han sido asesinados”.

En una entrevista realizada a finales de ese mes, enfatizó su oposición a una invasión israelí de Rafah, la ciudad en el sur de Gaza a la que habían huido más de un millón de personas. “He estudiado los mapas”, dijo. “Esa gente no tiene adónde ir, y estamos viendo alrededor de 1,5 millones de personas en Rafah que están allí porque les dijeron que fueran allí, la mayoría de ellos”.

Ha dicho en múltiples ocasiones que apoya una solución de dos Estados.

Justicia racial

La justicia racial fue un tema de la campaña presidencial de Harris. En un memorable intercambio de debate en 2019, denunció el trabajo anterior de Biden con senadores segregacionistas y su oposición a los mandatos de obligatoriedad de transporte escolar.

Ha pedido que se ponga fin a las sentencias mínimas obligatorias, las fianzas en efectivo y la pena de muerte, que afectan desproporcionadamente a las personas de color.

En medio de las protestas que siguieron al asesinato policial de George Floyd en 2020, fue una de las senadoras que planteó la Ley de Justicia en la Vigilancia, que habría facilitado el procesamiento de agentes de policía, creado un registro nacional de mala conducta policial y exigido a los agentes que se formaran en materia racial. El proyecto no fue aprobado.

Su trayectoria como fiscal también entró en juego durante su campaña presidencial. Los críticos señalaron que, como fiscal general de California, había evitado mayormente intervenir en la investigación de los asesinatos policiales.

Por Maggie Astor