Colapinto contó qué le pasó en su oreja derecha, por qué se quedó sordo... y hasta temió que no lo dejaran correr

Colapinto muestra la oreja derecha, en la que sufrió un corte antes de la actividad
Colapinto muestra la oreja derecha, en la que sufrió un corte antes de la actividad

Un fin de semana de ensueño está viviendo Franco Colapinto, que consiguió un histórico noveno puesto en la grilla de largada para el Gran Premio de Azerbaiyán, que se correrá este domingo desde las 8 (hora de nuestro país). El piloto argentino, que en sus ratos libre toma mate -y también cuando está en plena competencia-, mantuvo un rendimiento asombroso durante toda la jornada de este sábado, desde que a primera hora logró el noveno registro en la última práctica libre. Con el Williams número 43, Colapinto consiguió lo que no había podido en su debut en Monza: superar las etapas clasificatorias hasta llegar al final. Fue octavo en la Q1, sexto en la Q2 y terminó en el puesto 9, desde donde iniciará la carrera de este domingo.

“Hubiera sido perfecto todo si no hubiese roto el auto ayer”, dijo Colapinto medio en broma, medio en serio, en las primeras declaraciones después de la clasificación. El agradecimiento a sus mecánicos estuvo siempre a la orden de sus palabras, acompañadas por sonrisas y bromas hacia los periodistas que lo aguardaron para entrevistarlo.

La pole position, por cuarto año consecutivo en tierra azerí, fue para el monegasco Charles Leclerc, seguido por Oscar Piastri (McLaren). La otra Ferrari, la de Carlos Sainz, largará desde el tercer lugar, escoltado por Sergio Checo Pérez, que tuvo el cuarto mejor registro con su Red Bull. La gran decepción fue el neerlandés Max Verstappen, que no encuentra la vuelta con su auto e iniciará desde el sexto lugar (quinto quedó George Russell).

Más allá de la carrera, el piloto argentino es un auténtico personaje. Pura diversión. Uno de los momentos más desopilantes de una de las entrevistas que brindó luego de su estupenda carrera se desarrolló cuando contó el accidente que sufrió en las primeras horas del fin de semana y que casi lo deja sin la posibilidad de salir a la pista.

“¡Mirá como me quedó! Me cortaron la oreja haciendo cuello. Se soltó el coso para entrenar el cuello. Primero me quedé sordo, y después se me abrió. Me querían poner puntos. ¡Mirá, la tengo roja!. No me pusieron puntos, ¿cómo me van a coser cinco minutos antes de correr?. Después fui al centro médico y, la verdad, tenía sangre por todos lados... y pensé que me decían que no corría. Después de explicarles, me dejaron correr”.

Franco también bromeó cuando lanzó, siempre con una sonrisa, siempre a pura simpatía, que “casi lo tiro al castillo”, en referencia a los especialistas que pusieron en duda su estado, dentro de las complicaciones que tuvo durante las primeras horas de la competencia.

Y fue más allá: “Es la carrera que más me gusta, pero se te para un poco el corazón. En la Q3 perdí muchas gomas y llegué al castillo con las gomas sobrecalentadas. Es una clasificación más que positiva, es algo impensado. Y fruto del trabajo en conjunto para quedar noveno. Estoy con ganas de seguir trabajando. Tengo muchas ganas. Es un momento muy lindo: mi segunda carrera, primera vez en Q3. Vamos por el buen camino, todo es positivo. Me están apoyando desde el comienzo, es fruto de la confianza”, comentó. Y así es: Williams lo mantiene como un niño mimado. Un pibe de oro. Y hasta el abrazo con su madre conmovió a todos. Es una bocanada de aire fresco dentro del gran circo del automovilismo.

Su compañero de equipo, el tailandés Alex Albon, que largará este domingo en el décimo lugar de la parrilla, también le regaló algunos conceptos elogiosos. “Es muy fuerte, fue rápido desde la primera vuelta, con un ritmo rápido. Honestamente el auto no estaba confortable, especialmente en la forma que manejó los neumáticos. Fue impresionante, muy impresionante. Si mantenemos esas posiciones, creo que podemos hacer algo estratégicamente”, sostuvo.