La ciudad de Buenos Aires amaneció cubierta de niebla y, desde hace días, con chaparrones de variada intensidad.

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las condiciones climáticas se mantendrán inestables hasta mañana a la noche y la temperatura oscilará entre los 11 y 20 grados, lo que a su vez favorecerá la alta circulación de mosquitos que se ve desde el fin de semana. “Si esta noche llueve intenso, la niebla se va a disipar antes. De todos modos, si mañana aún hay niebla se espera que cuando se incremente el viento por la tarde se terminará de disipar”, dijo Cindy Fernández, meteoróloga del SMN.

En la jornada de hoy el cielo estará nublado, con lluvias aisladas previstas para toda la jornada, con una temperatura máxima de 20 grados y una mínima de 17. Mañana el clima estará más fresco, con temperaturas que irán desde los 11 grados de mínima hasta los 16 de máxima. En cuento a la probabilidad de lluvias, se mantendrá constante durante todo el día, mientras que a la noche esa probabilidad caerá al 10%.

Por qué hay niebla

“La niebla se forma porque tenemos mucha humedad y sigue ingresando aún más, tanto desde el norte como desde el este. Además, hay muy poco viento, lo que no facilita que se disipe. La niebla se forma cuando hay gotitas de agua minúsculas que, al ser tan chiquitas, quedan suspendidas en la atmósfera o caen muy despacio. Técnicamente la niebla es una nube que se forma al ras del piso, es una nube del tipo strato. Mañana cambiarán las condiciones porque llegará el pampero que va a dejar mucho viento del sur, que es más seco y frío”, agrega Fernández.

Para los días de niebla intensa, el SMN recomienda conducir con los luces antiniebla, reducir la velocidad y mantener una distancia segura de los demás vehículos. La visibilidad reducida puede hacer más peligrosa la conducción, por lo que es crucial estar muy atento.

Cómo estará el resto de la semana

El jueves será el día más frío de esta semana. La temperatura máxima será de 15 grados, mientras que la mínima descenderá a los 8, aunque el cielo estará despejado. El viernes la temperatura oscilará entre los 16 y 12 grados y estará parcialmente nublado.

El fin de semana, sin embargo, estará agradable. En cuanto al sábado, el termómetro subirá hasta los 17 grados y a la noche bajará a los 13. El domingo, en tanto, el termómetro variará entre los 14 y 9 grados y no se esperan precipitaciones.

Un año lluvioso

Este año hubo pocas semanas sin precipitaciones. Eso muestra, entre otras cuestiones, la clara presencia, tanto en la Argentina como en América Latina, de El Niño, un fenómeno que reúne las condiciones para que caigan más lluvias, aunque este ciclo húmedo terminará en pocos meses. Los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) señalan que La Niña, por el contrario, es un fenómeno que genera precipitaciones por debajo de los registros habituales y sus efectos se empezarán a notar el año próximo.

“Los valores en términos estadísticos, es decir, lo esperable entre enero y abril para la ciudad son 514 milímetros. Esos son los valores más probables. Contando los registros desde el 1° de enero hasta hoy rondan los 700 milímetros. Queda en evidencia que este tramo es más lluvioso que lo normal y uno de los factores que explican esté aumento en las lluvias es el fenómeno de El Niño”, explicó Matías Reinoso, meteorólogo del SMN.

A principios del mes pasado en buena parte del conurbano bonaerense y de la Capital se registraron inundaciones. El 14 de marzo pasado, las precipitaciones en la estación meteorológica de Aeroparque batieron un récord de 125 milímetros (mm), una cifra que solo se alcanzó el 15 de marzo de 1994. En la provincia de Buenos Aires, las inundaciones dejaron dos personas muertas.

Según explican desde el SMN, El Niño es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Esto tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.

Se trata de uno de los patrones más importantes de la llamada variabilidad climática interanual, que incluye modificaciones de la circulación de la atmósfera que pueden durar desde varios meses a pocos años.

Los efectos de esta oscilación sobre la Argentina son diversos y varían dependiendo de la fase, la región y la época del año. En particular, durante la primavera y verano el noreste argentino tiende a registrar precipitaciones superiores a las normales durante una fase de El Niño. Durante la de La Niña la misma zona tiende a registrar lluvias por debajo de lo habitual.

Los cambios que significarán el fin de El Niño y el comienzo de La Niña impactarán recién el año que viene. Por lo que se espera que se mantengan las condiciones atmosféricas para que se prolonguen las lluvias.

“Tanto El Niño como La Niña provocan cambios muy importantes en la circulación de la atmósfera. En particular, en nuestra región, El Niño favorece un mayor ingreso de humedad a las capas bajas de la troposfera [la capa inferior de la atmósfera], y permite un escenario mucho más propicio para las precipitaciones. En cambio, La Niña altera la circulación de tal manera que la humedad empieza a quedar restringida mucho más al norte, y el resultado es una anomalía negativa en el régimen de precipitaciones en nuestra región”, detalló Reinoso.