Chicharito Hernández y las absurdas críticas por ir a la playa en su tiempo libre

Chicharito Hernández en el partido contra el América el pasado 16 de enero. (ULISES RUIZ/AFP via Getty Images)
Chicharito Hernández en el partido contra el América el pasado 16 de enero. (ULISES RUIZ/AFP via Getty Images)

Javier Chicharito Hernández ha tenido un t

urbulento regreso a Chivas. El delantero mexicano de 35 años volvió en enero pasado al Rebaño Sagrado, el club que lo formó y debutó, en un evento que acaparó toda la atención del futbol mexicano. Tardó en presentarse dentro del campo porque se estaba recuperando se su rotura de ligamentos de la rodilla derecha. El debut ansiado llegó contra Pumas, el pasado 24 de febrero. Entonces la realidad era muy diferente para Chivas, que venció 3-1 y dejó sensaciones positivas.

Aunque sólo ha pasado un mes, el equipo de Fernando Gago se ha metido en una crisis tras la eliminación contra América en la Concachampions y las derrotas en Liga MX ante Cruz Azul y León. Y Hernández ha sido parte de esa caída, pues no ha podido marcar diferencia en los minutos que ha tenido. Aunque se le ve disposición, y deja muestras de su experiencia con mucha astucia en el juego directo, no ha podido marcar y las críticas han arreciado.

Ahora, una fotografía suya este lunes ha desatado la indignación entre la prensa y la afición. ¿La razón? Hernández usó su tiempo de descanso para ir a la playa. Subió una historia a Instagram y no gustó que lo hiciera. Desde su regreso a México, cada paso de Hernández ha sido especialmente seguido y no sólo por cuestiones meramente futbolísticas: se critican todas las actitudes que muestra. Desde su forma de hablar hasta esto, una visita a la playa en su tiempo libre.

Parecería que los futbolistas, especialmente cuando vienen de jornadas complicadas, no tienen derecho a distraerse y disfrutar de su vida privada. Los límites entre vida profesional y personal se difuminan muy rápido para muchos periodistas y ni se diga para los aficionados: los jugadores tienen que esconderse en sus casas cuando pierden; no pueden gozar de nada, porque encima son millonarios y les pagan por jugar, así que no sienten el mismo dolor que la afición.

Y no. Ellos son los más interesados en ganar. No sólo deportivamente, sino también a nivel financiero (si se quiere pensar en esos términos): trascender futbolísticamente, a nivel de premios económicos, podría resolver sus vidas con una buena racha de triunfos en un torneo. Es absurdo creer que les da igual perder que ganar. Y más absurdo todavía creer que son robots sin derecho a utilizar su vida privada como les dé la gana. Quedarse en casa no hará que Hernández empiece a anotar goles por arte de magia.

Así lo expresó, por ejemplo, Hugo Sánchez en el programa Futbol Picante: "son días de descanso. En días de descanso cualquier jugador puede hacer lo que quiera bajo su responsabilidad". Pero a los futbolistas, y a Hernández especialmente, se les busca penalizar por todo lo que hagan fuera del campo. Incluso lo de las conferencias de prensa tiene cabida en la crítica, porque forma parte de su trabajo, aunque también sea un elemento superficial al analizar el rendimiento de un jugador.

La semana pasada, Fernando Beltrán, también jugador de Chivas, realizó un podcast. Los comentarios eran críticos con él: que se le subió, que debería entrenar más en lugar de salir en entrevistas. Pero Beltrán contó en ese podcast que su madre tenía cáncer y, entonces sí, prensa y afición pidieron empatía con él. Lo querían crucificar por algo que estaba haciendo en su tiempo libre. Tampoco se trata de indulgencia: los futbolistas son unos profesionales que están expuestos a la crítica como el resto de profesionales. Pero eso, su profesión, debe ser el centro del debate, no lo que hagan en sus descansos. Hay que trazar la línea y respetarla.

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