Atentado en Filipinas: cuatro muertos y 50 heridos por una explosión durante una misa católica
Al menos cuatro personas murieron y decenas resultaron heridas cuando un artefacto explosivo detonó mientras participaban de una misa católica en una universidad en la ciudad de Marawi, al sur de Filipinas. El grupo Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado. Esta mañana, minutos después de que se conociera el hecho, el papa Francisco envió un mensaje de solidaridad con las víctimas: “Estoy cerca de las familias y del pueblo de Mindanao que ya ha sufrido tanto”.
La explosión, que ocurrió a primera hora de esta mañana, tuvo lugar en el gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao, en Marawi, la mayor ciudad musulmana del país. Según informó un jefe policial a la prensa local, el ataque dejó al menos 50 heridos (seis de ellos de gravedad), la mayoría de ellos estudiantes y profesores. De acuerdo a las primeras investigaciones, el atentado podría haberse producido en represalia de una serie de operaciones militares llevadas a cabo contra grupos islamistas en los últimos días
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, se expresó al respecto en un comunicado: “Condeno en los términos más fuertes posibles los actos atroces y sin sentido perpetrados por terroristas extranjeros contra la Universidad Estatal de Mindanao”. La casa de estudios también condenó “el acto de violencia”, suspendió las clases y desplazó más personal de seguridad al campus, indicó la institución de manera oficial.
“Los soldados del califato detonaron un artefacto explosivo en una gran reunión de cristianos… en la ciudad de Marawi”, dijo el grupo Estado Islámico en un comunicado difundido en sus canales Telegram, según la agencia AFP. La supuesta bomba se habría fabricado con munición de mortero, según las primeras pesquisas en el lugar.
El hecho ocurrió luego de que las fuerzas armadas filipinas lanzaran el pasado viernes un ataque aéreo que mató a 11 combatientes islamistas de la organización Dawlah Islamiyah-Philippines, en Mindanao. Las Fuerzas Armadas indicaron que ese grupo planeaba perpetrar ataques en la provincia de Maguindanao del Sur.
La región sufrió, durante décadas, ataques contra autobuses, templos católicos y mercados públicos. El Gobierno filipino firmó en 2014 un acuerdo de paz con el mayor grupo rebelde del país, el Frente Moro Islámico de Liberación, que puso fin a su alzamiento armado; sin embargo, grupos menores de combatientes musulmanes contrarios al acuerdo de paz permanecen activos, incluidos algunos leales al grupo Estado Islámico (EI).
”Nuestra ciudad ha sido por mucho tiempo un ejemplo de coexistencia pacífica y armonía, y no permitiremos que tales actos de violencia opaquen nuestro compromiso colectivo con la paz y la unidad”, indicó el alcalde de Marawi, Majul Gandamra.
Asimismo, el papa Francisco se manifestó “profundamente entristecido al conocer los heridos y las pérdidas de vidas causadas” por el ataque, en un mensaje transmitido en su nombre por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín. El pontífice subrayó su “cercanía espiritual a todos los afectados”.