La jornada de este jueves en Maturín será recordada por mucho tiempo. No precisamente por el nivel de juego, por el resultado o por algún gol espectacular, sino por el estado del campo de juego. En el encuentro entre Venezuela y la selección argentina, por la fecha 9 de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial Estados Unidos-México-Canadá 2026, el diluvio previo fue protagonista absoluto. La cancha se inundó y quedó impracticable, pero la organización decidió que se juegue de todas maneras. Y en un duelo trabado, repleto de pelotazos largos y con un severo riesgo de lesiones de gravedad todo terminó en empate 1 a 1.

El inicio estaba programado para las 18 de la Argentina, aunque desde la entrada en calor ya se vislumbraba que era imposible que comience a horario. La televisión mostró dos imágenes en concreto que evidenciaban esto. La primera fue un tiro libre de Lionel Messi que se estrelló en el travesaño e inmediatamente después, la pelota quedó quieta en el césped sin picar ni siquiera una vez. La segunda fue un ida y vuelta de jueguitos entre Walter Benítez y Juan Musso, los arqueros suplentes: allí, el 1 de Atalanta no controló bien y ocurrió la misma secuencia que con el remate previo del capitán. La pelota se “hundió” en un charco. Dos hechos que generaron incredulidad, asombro y hasta risas por parte de los protagonistas, entendiendo que lo que ocurría no era habitual.

El cuerpo técnico albiceleste, con Lionel Scaloni y Pablo Aimar a la cabeza, fue a recriminarle a uno de los dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) que el partido debía suspenderse o, en su defecto, postergarse por algunas horas. El reclamo, sin embargo, no tuvo casi efecto y el encuentro se retrasó apenas media hora, motivo por el cual, como era de esperarse, las condiciones del terreno seguían siendo las mismas. El DT del seleccionado nacional se quejó e hizo ademanes recurrentes durante casi toda la primera etapa. No así los futbolistas, que optaron por “acatar las órdenes y hacer lo que les dijeron”, como bien explicó Rodrigo De Paul al término de este compromiso.

El análisis del partido es distorsionado. Cualquier estrategia que pudieran haber planificado tanto Scaloni como Fernando Batista, entrenador de Venezuela, tuvo que modificarse sobre la marcha. Era imposible jugar corto, con pases a ras del suelo. Mucho menos rápido, algo que acostumbra la Argentina principalmente en momentos de transición. Los pelotazos se convirtieron en moneda corriente y necesaria, porque en cuanto algún jugador se animaba a avanzar metros con pelota dominada, se veía obligado a frenar repentinamente por el agua acumulada.

Los goles llegaron a través de los centros. El vigente campeón del mundo y bicampeón de América se puso en ventaja a los 13′ del primer tiempo por intermedio de Nicolás Otamendi, quien aprovechó un mal despeje del arquero Rafael Romo tras un tiro libre escorado de Messi y definió solo para poner el 1 a 0 y convertir su tercer gol en el certamen clasificatorio para la próxima Copa del Mundo. Es el goleador de la selección junto a ‘Leo’, con tres (los otros los anotó ante Paraguay y Brasil).

En el segundo tiempo, a los 20′ Salomón Rondón puso el 1 a 1 definitivo con un cabezazo difícil de atajar para Gerónimo Rulli, el reemplazante de Emiliano ‘Dibu’ Martínez, sancionado por dos fechas por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA). Fue tras un centro de Yeferson Soteldo, que gambeteó a Gonzalo Montiel y la “pinchó” para que el delantero de Pachuca de México se eleve en las alturas por sobre Otamendi y Germán Pezzella, una de las figuras del encuentro.

Resumen Venezuela 1 - 1 Argentina

• El próximo martes 15, la Argentina recibirá a Bolivia en el estadio Monumental. Venezuela, por su parte, visitará a Paraguay. Pese a la igualdad, la albiceleste domina en la tabla de posiciones, con 19 unidades.