De Alberto Jurado a Angie Palacios: el primer siglo de Ecuador en los Juegos Olímpicos

Guayaquil (Ecuador), 25 jul (EFE).- Ecuador conmemora en los Juegos Olímpicos de París 2024 su primer siglo de olimpismo, una historia que comenzó en 1924 en la misma capital parisina Alberto Jurado y que ahora continúa con deportistas como la levantadora de pesas Angie Palacios, que quiere seguir los pasos de su hermana la campeona Neisi Dajomes.

Jurado, el primer abanderado de Ecuador en unos Juegos Olímpicos, abrió el camino olímpico al resto de ecuatorianos que llegaron después, en un viaje que sólo comenzó a tomar velocidad en los últimos veinte años, cuando comenzaron a llegar las primeras medallas.

El crecimiento de Ecuador en los Juegos Olímpicos es palpable desde los tres deportistas que participaron en París 2024 a los 48 que lo hicieron en Tokio 2020 y los 40 que lo harán en París 2024, las dos ediciones con mayor presencia ecuatoriana.

Hace cien años, junto al atleta Alberto Jurado también estuvieron Alberto Jarrín y Belisario Villacís, 'los Tres Valientes' que inauguraron la historia olímpica de Ecuador, según definición de Eduardo Barros, jefe del Departamento Técnico Metodológico (DTM) del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE).

Los resultados de los tres fueron discretos, y es que durante esos primeros cien años, la mayoría de las veces Ecuador sumó sólo sueños, apenas alentados por los diplomas olímpicos del nadador Jorge Delgado, actual presidente del COE, gracias a su cuarto puesto en Múnich 1972 y el séptimo lugar en Montreal 1976.

Ecuador llegará a París impulsado por el desarrollo alcanzado a partir de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde alcanzó su primera medalla olímpica.

Precisamente, en 1996 apareció Jefferson Pérez, un atleta de una frágil figura, pero de un carácter indomable para exigirse hasta alcanzar la medalla de oro en los 20 kilómetros marcha.

Pérez aseguró que, más allá de la primera medalla olímpica, su mayor triunfo fue romper 500 años de paradigmas que frenaban al ecuatoriano.

"En Atlanta 1996 no solo ganamos una medalla, vencimos complejos, paradigmas y ese sentimiento de inferioridad", ha resaltado el marchista, que como la mayoría de los deportistas ecuatorianos, surgió de entre muchas carencias de toda índole, hasta abrazarse con la gloria.

Esa catapulta llenó de fuerzas al propio Pérez y a otros atletas, pues en Pekín 2008 se colgó una segunda medalla olímpica, la de plata, a pesar de que pudo haber recibido posteriormente la medalla de oro después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) se la retirase al ruso Veleri Borchin por dopaje.

En la siguiente década muchos deportistas rozaron el podio y tuvieron que conformarse con los diplomas olímpicos que se entregan a quienes quedan entre el cuarto y octavo lugar de la clasificación final, como sucedió en cuatro ocasiones con la levantadora de pesas Alexandra Escobar en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

Tras los éxitos de Pérez, Ecuador debió esperar hasta Tokio 2020 para volver al podio y a las medallas, de la mano de la levantadoras de pesas Neisi Dajomes y Tamara Salazar, que lograron un oro y una plata, respectivamente, y del ciclista Richard Carapaz, que se colgó el oro en ciclismo de ruta.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 pueden ser así los de la consagración para Ecuador, porque varios de sus atletas, en diferentes disciplinas, aparecen en los primeros puestos del ránking mundial con la opción de superar las cinco medallas ganadas durante esos primeros años.

Remberto Moreira

(c) Agencia EFE