El Departamento de Estado planea evacuar a estadounidenses de Haití, algunos no podrán llegar al avión

El gobierno de Estados Unidos está organizando un vuelo chárter para ayudar a los ciudadanos estadounidenses a evacuar Haití, en donde grupos armados volvieron a penetrar en el principal puerto marítimo de Puerto Príncipe y la policía llevó a cabo el sábado una operación en el bastión de un conocido líder mafioso que amenazó con una guerra civil en medio de una oleada de violentos ataques.

La organización del vuelo chárter se produce en medio de un aumento del pánico y el miedo luego del incendio de la residencia privada del jefe de la policía del país, pocas horas después de que grupos armados dispararan a través de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional Toussaint Louverture en dirección a la sede de la policía.

Las evacuaciones voluntarias, de las que no se encarga la embajada estadounidense, se harán desde el Aeropuerto Internacional Hugo Chávez (CAP) de Cap-Haïtien. A diferencia de la capital haitiana, plagada de pandillas, el puerto septentrional se ha mantenido relativamente tranquilo; sin embargo, al igual que el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture (PAP) de la capital, la pista de Cap-Haïtien no ha visto ningún tráfico aéreo comercial desde que las principales compañías aéreas estadounidenses y otras aerolíneas internacionales suspendieron el servicio al país caribeño el 4 de marzo, citando los disturbios civiles en curso. El servicio nacional también se suspendió en Haití después de que pandillas armadas violaran el perímetro de los aeropuertos nacional e internacionales.

Al menos un vuelo, en un avión de 166 plazas, tiene prevista su salida este domingo, de acuerdo con lo que le confirmó una fuente en Haití al Miami Herald.

En una publicación en X, antes Twitter, el Departamento de Estado (DOS) dijo que el vuelo es para ciudadanos estadounidenses con pasaportes válidos de Estados Unidos; también se advierte a los estadounidenses que “el viaje a Cap-Haïtien se llevará a cabo bajo su propio riesgo”.

Pero llegar a Cabo Haitiano no es tarea fácil, lo que deja a algunos estadounidenses atrapados en la isla.

“Desde Puerto Príncipe, no hay forma de viajar con seguridad a Cap-Haïtien”, dijo Andy Faller, quien ha estado atrapado en Haití con su esposa y sus hijos adoptivos de seis y siete años. “Estamos atrapados aquí”.

Faller dijo que, aunque terminaron con su adopción después de siete años, no pueden llegar con seguridad a la embajada de Estados Unidos para tramitar el papeleo. Situada en Tabarre, la embajada está en el punto de mira de varias pandillas violentas que han estado saqueando los negocios cercanos.

Todas las carreteras que se dirigen al norte de la capital están bajo el control de grupos armados. Arriesgarse de este modo podría llevar a ser secuestrado y pedir un rescate o, peor aún, a ser asesinado.

Ante las escasas opciones, los haitianos se han visto obligados a refugiarse en sus casas. Los que viven cerca de la frontera con la República Dominicana han intentado cruzarla, pero el gobierno vecino no acepta a nadie con pasaporte haitiano, dijeron varias personas que han intentado huir.

Otros con bolsillos llenos están intentando salir en helicóptero, pero ni siquiera eso está garantizado. Aunque varias empresas que ofrecen el servicio dijeron al Miami Herald y el Nuevo Herald que los precios de los vuelos chárter oscilan entre $10,000 y $15,000, los operadores también reconocen que los costos podrían ascender a decenas de miles de dólares. Varias personas en Haití dijeron que les habían ofrecido precios de hasta $80,000.

La Policía Nacional patrullando la zona cercana a la Penitenciaría Nacional tras un pequeño incendio en el interior de la cárcel en el centro de Puerto Príncipe, Haití, el jueves 14 de marzo de 2024. Se trata de la misma prisión que pandillas armadas asaltaron el 2 de marzo y de la que escaparon cientos de reclusos.
La Policía Nacional patrullando la zona cercana a la Penitenciaría Nacional tras un pequeño incendio en el interior de la cárcel en el centro de Puerto Príncipe, Haití, el jueves 14 de marzo de 2024. Se trata de la misma prisión que pandillas armadas asaltaron el 2 de marzo y de la que escaparon cientos de reclusos.

No es inusual que el DOS coordine vuelos para ciudadanos estadounidenses varados en países en donde el conflicto o la guerra han hecho difícil o imposible que la gente salga. No está claro cuántos estadounidenses aprovecharán esos vuelos.

En su portal digital travel.gov, DOS indicó que el vuelo está disponible para ciudadanos estadounidenses y sus familiares. Se pide a los estadounidenses que rellenen un formulario de admisión de crisis en travel.state.gov.

DOS lleva bastante tiempo advirtiendo a Haití con el nivel cuatro de “No viajar”; aun así, hay varios ciudadanos estadounidenses en el país, algunos de los cuales se han quedado atrapados a la espera de que se completen las adopciones, por ejemplo. A diferencia de lo ocurrido después del terremoto de 2010, cuando tanto el gobierno haitiano como DOS hicieron excepciones con esas familias, esta vez no ha sido así, dejando a las familias en la disyuntiva de quedarse con sus hijos o dejarlos atrás.

Faller, quien es de Texas, se puso en contacto recientemente con el diputado Jake Ellzey, su representante en el Congreso, después de que las llamadas a la Embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe, según él, no respondieran realmente a sus preguntas, aparte de preguntarle si había presentado el formulario N-600K.

“En donde vivimos está bien, aún no hemos tenido problemas. Las pandillas no están aquí, pero es más la incógnita de qué va a pasar, hasta dónde va a llegar”, dijo. “¿Seremos capaces de encontrar los suministros que necesitamos? La perspectiva de no poder marcharnos sin más... No tenemos ninguna opción a menos que Estados Unidos esté dispuesto a hacer algo como tramitar visados de emergencia para ayudarnos a salir, pero mientras tanto estaremos aquí”.

El vuelo chárter no solo no ayudará a los atrapados en Puerto Príncipe, sino que menciona específicamente que los viajeros tienen que tener pasaporte estadounidense, lo que, de acuerdo con Faller, parece dejar fuera a los que tienen tarjeta de residentes en Estados Unidos. En el formulario de admisión que se pide a los viajeros no hay ninguna opción para la residencia o la tarjeta verde.

“¿Qué pasa con los que tienen visado de cónyuge o hijos haitianos adoptados, aunque consigan un visado? ¿A dónde se supone que van a ir si no pueden subir a este avión?”, dijo Faller. “Estamos preocupados por nosotros que no podemos salir, pero el haitiano promedio lo está pasando muy mal para sobrevivir ahora mismo”.

Los planes para las evacuaciones voluntarias se producen mientras los haitianos siguen enfrentándose a una crisis que se deteriora rápidamente. La violencia coordinada de pandillas armadas ha provocado la fuga de miles de presos tras dos fugas masivas de cárceles; igualmente, han atacado el aeropuerto, el puerto marítimo y el Palacio Nacional.

El sábado, la Policía Nacional de Haití (HNP) dijo que unidades especializadas estaban llevando a cabo una operación en el vecindario bajo de Delmas de la capital, que empezó el viernes.

“Varios pandilleros resultaron heridos de muerte, se incautaron armas de fuego y las fuerzas del orden desbloquearon las carreteras”, indicó la policía en un comunicado.

No prevista inicialmente, la operación inició como un intento de la policía de desbloquear una carretera y recuperar el control de una de las bases pertenecientes a una unidad especializada.

Durante la operación, sin embargo, la policía se vio inmersa en un tiroteo con miembros armados de la pandilla, entre ellos Jimmy Chérizer, el ex policía convertido en jefe de la pandilla conocido como Barbacoa, que considera la zona su feudo.

Un agente de la policía pasa por delante de una comisaría incendiada por pandillas armadas en Puerto Príncipe, Haití, el martes 5 de marzo de 2024.
Un agente de la policía pasa por delante de una comisaría incendiada por pandillas armadas en Puerto Príncipe, Haití, el martes 5 de marzo de 2024.

En un breve comunicado en el que confirmaba la muerte de los miembros de la pandilla armada, algunos al parecer también a causa de una explosión en la zona, HNP no dio detalles sobre la suerte de Chérizer, sino que se limitó a decir que la operación seguía en curso y que pedían la colaboración de la población.

Mientras se desarrollaba la operación policial, pandillas armadas atacaron varios comercios en la parte baja de Delmas y La Saline. Un concesionario de automóviles Toyota fue saqueado y se robaron e incendiaron autos. Al parecer, en otro negocio se produjo una explosión que causó la muerte de un número indeterminado de personas. Los pandilleros también volvieron al puerto marítimo, que había estado bajo el control de la policía y el ejército tras varios ataques días antes.

Imágenes de drones mostraron a decenas de personas corriendo dentro y fuera de los contenedores del puerto. Las aglomeraciones forman parte de la estrategia cambiante de las pandillas, que primero envían a la población a saquear y luego la siguen.

En la actualidad, más de 260 contenedores de propiedad humanitaria están controlados por grupos armados en el puerto, de acuerdo con lo que dijo el sábado el principal organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el bienestar de la infancia, que anunció que 17 de sus contenedores habían sido saqueados.

“Privar a los niños de suministros sanitarios vitales en medio del colapso del sistema sanitario es una violación de sus derechos. Este incidente se produce en un momento crítico, cuando los niños más los necesitan”, dijo Bruno Maes, representante de UNICEF en Haití. “El saqueo de suministros esenciales para salvar las vidas de los niños debe terminar inmediatamente y el acceso humanitario debe seguir siendo seguro”.

Maes, responsable de UNICEF, dijo que la violencia está avivando una crisis humanitaria más profunda que no solo afectará a la capital, sino también a otras zonas de Haití, ya que la población lucha por encontrar alimentos y otros artículos de primera necesidad.

Por ejemplo, dijo, seis de cada diez hospitales no funcionan debido a la falta de electricidad, combustible y escasez de suministros médicos, lo que tiene un grave impacto en los niños que necesitan atención médica de emergencia, especialmente en Puerto Príncipe. Una escasez crítica de productos sanguíneos también está obstaculizando las cirugías, incluidas las de personas heridas en el fuego cruzado.

Michael Wilner, corresponsal jefe de McClatchy en Washington, contribuyó a la información.