Corea del Sur, el país ejemplar, tiene un lado oscuro terrible

En las últimas décadas, Corea del Sur se ha convertido en un referente global. Sus innovaciones tecnológicas, con empresas punteras, su industria cinematográfica o su elevada calidad de vida, han hecho que el país goce de una gran reputación como potencia cultural y generadora de tendencias en todo el mundo.

Sin embargo, más allá de este halo de perfección en el que parece envuelta una de las naciones más prósperas del planeta, hay una realidad tremenda que lo empaña todo. Un gravísimo problema, que es una de las grandes preocupaciones sociales y que amenaza el futuro de Corea del Sur.

Se trata de una devastadora crisis de suicidios, especialmente entre la población más joven, aunque afecta a todas las edades y orígenes, tal y como revela The Guardian.

En el año 2021, el país registró una tasa de suicidios de 26 por cada 100.000 habitantes, situándole en el primer puesto entre los países de la OCDE. Además, el suicidio fue la principal causa de muerte de las personas entre 10 y 39 años, acaparando el 44% de los fallecimientos de los adolescentes y el 56,8% de los veinteañeros.

Los datos, desde luego, son estremecedores y revelan perfectamente la difícil situación que se vive en el país, poniendo en peligro a las nuevas generaciones. La principal causa de suicidio es la enfermedad mental y la solución no es fácil porque el problema está muy arraigado a nivel social.

Multitud de personas tienen que luchar contra pensamientos suicidas por la gran presión social que existe para conseguir el éxito. Es una sociedad muy competitiva en la que se busca permanentemente destacar y en poblaciones jóvenes, que aún no tienen la madurez suficiente, esta situación puede ser imposible de gestionar.

Estamos hablando de un sistema educativo intensivo que busca un futuro brillante para los niños antes que pensar en el bienestar o la socialización. A edades tan tempranas como dos años, ya hay internados en los que además de recibir la educación regular, a los niños ya se les prepara para destacar. Y las consecuencias de esta presión suelen ser estrés, aislamiento, emociones reprimidas y una profunda insatisfacción.

Con estos mimbres, no es ninguna sorpresa que Corea del Sur ocupe una posición tan modesta en el World Happiness Report, el ranking que mide la felicidad de todos los países en el mundo. La nación asiática hace su aparición en el puesto 59, muy por debajo de otras potencias económicas y culturales. También países como Guatemala, Uzbekistán o Kosovo aparecen por encima.

Esta insatisfacción social deriva en algunos casos en esos problemas de salud mental que terminan derivando en suicidio. El objetivo del Gobierno es reducir la tasa un 30% en cinco años. Para ello, va a acortar los controles de salud mental obligatorios de 10 años a dos.

Pero no va a ser nada sencillo cambiar la mentalidad de la sociedad. Y es que sus ciudadanos han crecido con esa extrema competitividad que te exige unas buenas calificaciones y un título universitario para poder aspirar a un buen trabajo. Una situación que lleva al límite a muchos. Cabe recordar que en Corea del Sur la salud mental sigue siendo un tema tabú y a menudo se considera una debilidad y un fracaso personal.

Así pues, lo primero que debe hacer la sociedad surcoreana es reducir la presión y empezar a gestionar mejor el éxito y el fracaso. Un buen paso sería poner por encima del trabajo la salud mental del individuo. Seguro que haría una gran diferencia.

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Si tú o alguien que conoces está considerando quitarse la vida, contacta inmediatamente con tu Línea Nacional de Prevención al Suicidio:

México: (55) 5259-8121, o visita http://www.saptel.org.mx/

EEUU: 988 (línea gratuita en inglés y español) o visita suicidepreventionlifeline.org

Argentina: 135 (línea gratuita) (011)5275-1135 o visita https://www.casbuenosaires.org.ar/

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