Fue campeón con la selección argentina, forjó una amistad con Scaloni y ahora es maestro de Reiki: “Hice el duelo de una manera diferente”
En un ascenso meteórico, Diego Quintana vivió en dos años una serie de eventos que lo marcaron como profesional. En 1996 debutó en Newell’s y al año siguiente formó parte de una camada de jugadores que hicieron historia en Malasia en el Mundial Sub-20 con la selección argentina. Rodeado de talentos como Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Lionel Scaloni –con este último mantiene una gran relación- entre otros, el delantero convirtió el gol que consagró al equipo en la final contra Uruguay.
“Fue todo muy rápido”, analizó, en diálogo con LA NACION, para dar cuenta de cómo fue su proceso formativo hasta debutar en Primera y de ahí ser reconocido en el combinado nacional. Surgido de la cantera de Newell’s, Quintana se mantuvo en el plantel profesional hasta 2001, donde dio el salto al Viejo continente para vestir los colores del Murcia de España. Con la habilidad de ser un atacante con mucha determinación y que desnivelaba a base de piques cortos, el argentino cumplió con sus objetivos, aunque el destino le iba a dar una señal inesperada.
En 2005 firmó contrato con el Barcelona de Ecuador y, justamente en ese país, su carrera tomó un vuelco inesperado que lo conectaría con la espiritualidad. “Recuerdo que fui a un shopping y pasé por una librería… sentí que un libro me estaba esperando, algo se despertó dentro mío y se conectó con la espiritualidad”, explicó.
Sin tener un conocimiento previo, ni tampoco la curiosidad de ojear un libro, se topó con el título “Las siete leyes espirituales del éxito” de Deepak Chopra y, según su testimonio, su vida dio un giro radical. “Ahí empezó mi camino espiritual. Me permitió conectarme con el Reiki y establecerlo como una filosofía de vida para gestionar el tema de las emociones”, indicó quien hoy se desempeña como director técnico del club ADIUR de la Liga rosarina y busca afianzar lazos con sus dirigidos de una manera más cercana.
Desde ese entonces, su vida hizo un click. El fútbol, un deporte que lo educó, quedó sensiblemente en un segundo plano. En paralelo, Quintana comenzó a tomar clases de Reiki hasta convertirse en maestro. Finalmente, en 2011, tras seis años en el fútbol griego, decidió colgar los botines sin sentir la angustia de qué pasaría después. “El Reiki me ayudó mucho en la transición. Pude hacer el duelo de una manera diferente a otro futbolista que siente ese alejamiento. En los primeros años, me pasó que no quería saber nada con el fútbol, no iba a la cancha, no quería jugar un partido, lo sentía como un modo de autoprotección”, destacó.
El viaje al Himalaya y su conexión con la cultura china
Diego Quintana recorrió el mundo con el fútbol. Distintos países figuran en su pasaporte, aunque, una vez retirado de la actividad profesional, decidió agarrar su mochila y explorar lugares que nunca hubiese imaginado.
“Cuando me retiré empecé a conectarme más con la lectura y decidí hacer un viaje de 40 días por China y Nepal. Estuve por varios templos meditando y sinceramente ese viaje fue un antes y un después: comencé a experimentar vivencias cada vez más profundas de la cultura milenaria que existe en China, cambió mucho mi forma de ser. Estuve siete días en el Himalaya e hice base un día en el campamento del Everest con 15 grados bajo cero”, destacó el exfutbolista.
Según su testimonio, el Reiki le ayudó a “bajar los decibeles” y al retornar a la Argentina decidió convertirse en maestro de este tipo de medicina alternativa con origen en Japón. “Se trata de una técnica con imposición de manos que se desplaza a lo largo de los siete chacras, conocidos también como ‘centros energéticos’. Existen tres niveles: en el primero, tu maestro te abre tu canal de energía; en el segundo nivel se pasa al conocimiento de símbolos para proteger tu campo áurico y en el último podés convertirte en maestro”, describió, con sabiduría, para darle entidad a la filosofía de vida que lleva a cabo desde hace 20 años.
El vínculo inquebrantable que lo une con Lionel Scaloni
Diego Quintana recolectó varios amigos dentro del fútbol y uno de ellos es Lionel Scaloni, actual director técnico de la selección argentina. Ambos fueron partícipes de la conquista en suelo malayo en 1997.
“Con Lionel nos conocemos desde Baby fútbol. Somos amigos hace mucho tiempo. Una de las alegrías más grande dentro del deporte fue haber compartido con él el título conseguido en Malasia”, rememoró el deportista quien siguió los mismos pasos que Scaloni y se convirtió en DT.
En esa misma línea, marcó con orgullo: “Siento una felicidad enorme por lo que logró en Qatar y lo que nos hizo vivir a todos los argentinos. Nos pudimos reencontrar en la despedida de Maxi Rodríguez y hablamos un largo rato”.
El camino de la espiritualidad le cambió la cosmovisión. Las redes sociales no son de su agrado. “Me bajé de todas. Se pierde mucho tiempo y prefiero dedicárselo a mi familia”, explicó, contundente, quien se tomó un respiro de la vorágine que rodea al fútbol profesional, paró la pelota y decidió cambiar de frente para abocarse al mundo espiritual.