Boca era muy superior, pero empató contra Fortaleza y quedó condicionado en la Sudamericana
Era la noche ideal. Por el triunfo, por la punta, por un nuevo gol de Edinson Cavani. Pero los partidos duran 90 minutos y los de Boca parecen guardar siempre una sorpresa para el final. Siete días atrás, en Asunción, el uruguayo colgó la pelota de un ángulo a los 89 para un triunfo clave ante el débil Trinidense. Esta vez, el que sufrió un tanto sobre el final fue el equipo dirigido por Diego Martínez. De contraataque, y en su única llegada a fondo, Fortaleza llegó al empate a los 88 y le arrebató al xeneize la punta del Grupo D de la Copa Sudamericana. Para Boca, el lamento fue doble: salieron lesionados Nicolás Figal, Cristian Medina y Pol Fernández.
Boca fue más en el desarrollo, pero desaprovechó demasiadas chances y un error defensivo lo dejó prácticamente con las manos vacías. La jugada nació de un córner en favor, en el que el conjunto local pobló el área de Fortaleza con camisetas azules y amarillas. Seis jugadores fueron en busca del cabezazo y apenas tres, más el arquero Sergio Romero, quedaron defendiendo. Pero varios futbolistas del equipo brasileño salieron lanzados como flechas y tomaron mal parada a la última línea del local, que observó como Moisés Da Veiga y Kevin Andrade, dos de los ingresados, quedaban mano a mano con Chiquito Romero. El primero pifió y descolocó al arquero, y el venezolano definió con el arco desguarnecido. Golpazo.
La noche copera en la Bombonera había sido, para Boca y para Cavani, una continuidad del superclásico en Córdoba. La jerarquía individual del uruguayo, al servicio de un conjunto voraz que había aprovechado su momento al comienzo del segundo período para abrir un partido cerrado y volver a celebrar ante su gente. En su primer compromiso en casa tras aquella victoria sobre River, Cavani tuvo su bautismo de gol internacional en el club, en un estadio repleto. Pero su tanto no alcanzó para dejar a Boca a un paso de los octavos de final. Dentro de dos semanas, el cuadro xeneize recibirá a Nacional Potosí con la obligación de conseguir los tres puntos y ser favorecido por un tropiezo de Fortaleza frente a Trinidense para acceder a los octavos de final. Si termina segundo, jugará un repechaje contra uno de los ocho terceros que bajarán desde la Libertadores. Si cae contra Potosí, quedará fuera de la Sudamericana.
Algo impreciso en el inicio, Cavani fue otra vez el mejor jugador de Boca. Claro con la pelota, sacrificado a la hora de presionar y colaborar en defensa, anotó su 14º gol en 32 partidos con la camiseta azul y oro. Pero la sucesión de lesiones no permitió a Martínez realizar los cambios que tenía pensados. El entrenador debió rearmar de otra manera el mediocampo, apostar por más frescura de tres cuartos de cancha hacia adelante.
El triunfo, de todas formas, no parecía correr peligro. Más: Boca estaba más como para golear que como para sufrir el empate. Porque Fortaleza no fue aquel equipo voraz que lo sopapeó en Brasil. Vino a Buenos Aires dispuesto a defenderse, a dejar que los minutos pasaran, a sumar como visitante un puntito que lo dejara en la puerta de la clasificación para la rueda de octavos. Y Boca, pese a haber generado más de media docena de situaciones de gol, no lo noqueó.
Fue mejor en el juego, sí, pero perdonó en las áreas. En la ajena, donde encontró siempre una pierna salvadora que no le permitió ampliar la ventaja, y en la propia, donde volvió a pagar. Frente a Trinidense ya habían mostrado desacoples defensivos, de los que Martínez había tomado nota. Sobre todo, ante pelotazos cruzados a espaldas de los marcadores centrales. Y fue así como llegó la igualdad: frente a una defensa en línea, un delicioso pase de Marinho dejó a dos compañeros de frente al arco.
Boca, ahora, tendrá 96 horas para preparar el viaje a Santiago del Estero para visitar a Central Córdoba y dos semanas exactas para llegar de la mejor manera posible a la definición con Potosí en La Bombonera. En casa, por ahora, a Boca le costó. Venció a Trinidense con lo justo y ahora sumó un nuevo traspié, contra un rival que parecía entregado.
Pero los goles que errados en un arco –dicen– son sufridos en el propio. Y Boca lo padeció en carne propia. ¿Era necesario mandar seis hombres a cabecear el último centro? ¿Debió achicar hacia adelante la defensa para dejar off-side a Vieira y Andrade? ¿Reaccionó tarde Chiquito Romero? Es posible. Lo cierto es que Boca protagonizó un nuevo traspié. Ganó cinco de sus últimos diez partidos y deberá ganar y recibir desde Brasil el resultado necesario para pasar directamente a uno de los octavos de final.
Compacto de Boca 1 vs. Fortaleza 1
Era una noche a pedir de Boca. El marco, el juego, las situaciones, el gol. Pero el fútbol tiene estas cosas. Fortaleza, que casi no había inquietado a Romero, se llevó un premio grande. Y la alegría, esta vez, fue toda brasileña.