Lethwei: El deporte más violento de Myanmar

Lethwei martial arts fighter Tun Tun Min landing blows on his opponent, US national Cyrus 'Black Dynamite' Washington, at the Thein Phyu boxing stadium in Yangon (AFP Photo/Ye Aung Thu)
Lethwei martial arts fighter Tun Tun Min landing blows on his opponent, US national Cyrus 'Black Dynamite' Washington, at the Thein Phyu boxing stadium in Yangon (AFP Photo/Ye Aung Thu)

Mientras en el boxeo y otros deportes de contacto son cada vez más rigurosas las reglamentaciones para proteger la integridad física de los participantes, en la lejana República de Myanmar (Birmania) cobra auge un deporte tan peligroso como legendario.

El lethwei es conocido como el boxeo birmano y su práctica ha ganado grandes adeptos no solo dentro del país, donde ya es un deporte muy popular, sino también en el exterior, ya que ha llamado la atención de atletas de otros países como Tailandia, Filipinas, Japón e incluso Estados Unidos y México.

La regla principal es básicamente una: todo se vale.

Está permitido golpear con las manos, piernas, rodillas, codos y hasta con la cabeza. Los oponentes no utilizan guantes, solo vendajes. No existe un sistema de puntos y la única manera de cargar con el triunfo es lograr que el otro oponente se retire o dejarlo tendido en el suelo.

Incluso, en algunas ocasiones, si un oponente es tumbado o noqueado, se le da la oportunidad reponerse y si lo desea, puede retomar la pelea.

Cuenta con cinco asaltos de tres minutos cada uno y si ningún púgil es noqueado al término de los cinco capítulos, la pelea es declarada nula.

Por ende, es considerado una de las artes marciales mixtas más violentas de todo el mundo.

“Al tratarse de una de las artes marciales más duras, una victoria les permite destacar su fortaleza”, dijo Zin Lin Htunn, experto en lethwei, en entrevista con el diario ABC de España.

HISTORIA MILENARIA

El lethwei es considerado un deporte milenario. Algunos historiadores ubican sus orígenes en el muay thai o boxeo tailandés, que se practica hace más de 2,000 años.

Otros informes aseguran que comenzó en Birmania a partir del siglo III y poco a poco ganó auge entre personas de todas las escalas sociales.

Un hombre lanzaba un reto abierto y cualquiera que escuchara el llamado podía participar. No había reglas, ni protección ni nada. El combate se celebraba en pisos de arena, en vez de un cuadrilátero, y terminaba cuando uno de los gladiadores no podía continuar más.

Poco ha cambiado desde entonces.

Sin embargo, a partir de la desaparición de la junta militar que gobernó ese país desde el 1964, las autoridades birmanas han intentado regular el deporte con la creación de una federación de lethwei y la organización de varios eventos al año de gran envergadura, así como permitir la participación de peleadores extranjeros.

En ocasiones, han intentado incorporar otras reglas para hacerlo más deportivo, como la participación de jueces o implementar un sistema de puntos, pero todavía sigue siendo la forma rústica, de pocas reglas, la más practicada en el país.

Estas medidas han dado a conocer este deporte internacionalmente, pero todavía está lejos de alcanzar la fama que tiene el Muay Thai.

Tampoco es un deporte muy lucrativo. Algunos de sus practicantes pueden ganar apenas 1,000 kyats (equivalente a casi $2) por pelea, aunque la gran figura actual de ese deporte en Birmania, Tun Tun Min, devengó $4,500 para su combate con el estadounidense Cyrus Washington, uno de los extranjeros que ha traspasado sus fronteras para probar suerte en el violento deporte.

“Uno no se dedica al lethwei si tiene miedo al dolor. Se necesita disciplina y resistencia física”, dijo Min en una entrevista resiente con Notimex. “Lo importante es el valor, la resistencia y la capacidad de soportar el dolor”.

Un aspecto que preocupa a conocedores del boxeo y las artes marciales mixtas es la cantidad de muertes que pueden producirse por esa práctica. Debido a lo hermético que ha sido el gobierno birmano por tantos años y a que la mayoría de las carteleras son clandestinas, es difícil encontrar una estadística oficial que certifique cuántas personas han perdido la vida en estos combates.

Pero a pesar de ello, el lethwei sigue desarrollando seguidores y también púgiles. En varias partes del país proliferan gimnasios con nuevos practicantes que se pulen en carteleras informales durante todo el año.

Sea por lucro, popularidad o simplemente por honor, el lethwei llegó a Myanmar para quedarse.

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