Biden se aferra a su candidatura, sigue en campaña y los demócratas empiezan a aceptar que no se bajará

El presidente estadounidense Joe Biden y la primera dama Jill Biden caminan desde Marine One para abordar el Air Force One en el aeropuerto Francis S. Gabreski en Westhampton Beach, Nueva York, el 29 de junio de 2024
El presidente estadounidense Joe Biden y la primera dama Jill Biden caminan desde Marine One para abordar el Air Force One en el aeropuerto Francis S. Gabreski en Westhampton Beach, Nueva York, el 29 de junio de 2024 - Créditos: @MANDEL NGAN

WASHINGTON.- Jill Biden, la primera dama de Estados Unidos, y la primera aliada, confidente y espalda del presidente, Joe Biden, apenas había comenzado a hablar ante unas 60 personas en un evento para recaudar fondos para la campaña en una casona de Greenwich Village, en Nueva York, cuando tocó el tema ineludible del que hablaba todo el país.

“Entonces, hablemos del debate de anoche, porque sé que lo tienen en la mente”, arrancó Jill Biden. “Como dijo Joe, no es un hombre joven. Y ya saben, después del debate me dijo: ‘Sabés, Jill, no sé qué pasó. No me sentí tan bien’. Y yo dije: ‘Mirá, Joe, no vamos a dejar que 90 minutos definan los cuatro años que has sido presidente’”.

La sala estalló en un aplauso.

“Cuando a Joe lo derrumban, Joe se levanta. Y eso es lo que estamos haciendo”, cerró.

La frase de Jill Biden sirvió como una confirmación definitiva de que los Biden, pese al coro de voces que le pidieron a Biden dar un paso al costado y bajar su candidatura presidencial tras su debacle en el primer debate con Donald Trump, están decididos a seguir en la carrera para tener otros cuatro años en la Casa Blanca y arraigar su legado. Ante esa determinación, los demócratas comenzaron a dar vuelta la página a la aventura de intentar reemplazar a Biden, y a hacerse la idea de que ya es demasiado tarde para ensayar un enroque y será su candidato, les guste o no.

Donald Trump y Joe Biden tuvieron un primer debate de cara a lo que serán las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos
Donald Trump y Joe Biden tuvieron un primer debate de cara a lo que serán las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos

“Baño de realidad: Joe Biden es el candidato del Partido Demócrata, nominado por los votantes en las primarias de todo el país. A menos que el presidente mismo decida renunciar, lo cual no hará, ese tema está resuelto”, escribió en la red social X David Axelrod, estratega de Barack Obama y una de las voces demócratas que había ventilado la posibilidad de un “gesto patriótico” por parte de Biden. “El debate que se está llevando a cabo ahora era oportuno hace un año, cuando pocos querían tenerlo. Hoy, es en gran medida irrelevante”, cerró.

Fiel a su pedigrí político, Biden desoyó la brutal ofensiva en su contra, se apoyó en su anillo de confianza –una mesa chica integrada por su mujer; su hermana, Valerie Biden, y un puñado de amigos y asesores que lo han acompañado en casi toda su carrera política–, y buscó reencuadrar su penosa actuación en el duelo con Trump, en el que se lo vio frágil, con su voz deshilachada, ronca, dubitativo, y con enormes dificultades para desplegar sus ideas con coherencia y seguridad, como apenas otro obstáculo –uno más– en su vida.

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“Joven o viejo, esto es lo que sé. Sé decir la verdad. Sé cómo distinguir el bien del mal. Sé cómo hacer este trabajo. Sé cómo hacer las cosas. Y sé lo que millones de estadounidenses saben, cuando te tumban, te levantas”, dijo Biden, en otro evento para recaudar fondos en Nueva York, el viernes por la noche, reiterando el mensaje que había ofrecido horas antes en un acto de campaña en Raleigh, en Carolina del Norte.

“Amigos, no volvería a competir si no creyera con todo mi corazón y alma que puedo hacer este trabajo porque, francamente, hay mucho en juego. Donald Trump es una amenaza genuina para esta nación”, insistió el presidente.

“Reacción diferente”

El sábado, en los Hamptons, en otro encuentro con altos donantes demócratas, Biden dijo que los votantes habían tenido una “reacción diferente” a su debate, que había logrado atraer indecisos, y que Trump tampoco había tenido una gran noche detrás del atril. El mandatario insistió en que su predecesor era una “amenaza genuina” que va a “destruir la democracia” de Estados Unidos. Y renovó el mismo compromiso que había dejado en su acto de campaña el día anterior, que lo mostró más enérgico y afilado, el Biden que muchos esperaban ver contra Trump.

“Les prometo, ganaremos esta elección”, insistió Biden sobre el final.

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La determinación que mostraron los Biden para seguir en carrera en las horas siguientes al desastroso debate chocó con el pico de ansiedad desatado entre los demócratas, que parecía lejos de disiparse del todo. La caravana de Biden en los Hampton pasó junto a un grupo de personas con cárteles que decían: “Por favor, abandona por Estados Unidos”; “Gracias, el próximo”; “Renuncia por la democracia”, y “Te amamos, pero es hora”.

“Pánico”, tituló la última tapa de la revista Time, junto a una foto de Biden yéndose. Una de las notas más leídas del Washington Post esta semana enumera los 10 posibles candidatos a reemplazar a Biden. El periódico New York Times, con el que la Casa Blanca mantiene una tensa relación desde hace meses, pidió a través de un editorial inédito que Biden abandonara la contienda. “Biden ha sido un presidente admirable”, escribió la junta editorial del Times. “Bajo su liderazgo, la nación ha prosperado y ha comenzado a abordar una serie de desafíos a largo plazo, y las heridas abiertas por Trump han comenzado a sanar. Pero el mayor servicio público que Biden puede realizar ahora es anunciar que no seguirá postulándose para la reelección”, continuó.

Pero ese globo de ensayo no parecía levantar vuelo. Reid Hoffman, un empresario de California que forjó una fortuna en Internet y es uno de los donantes más notorios de los demócratas, escribió en un email que se filtró a la prensa que después del debate recibió muchos correos preguntando “si debía haber una campaña pública para presionar al presidente Biden a dar un paso al costado luego de su (muy) mala actuación” en el debate.

ATLANTA, GEORGIA - El gobernador de California, Gavin Newsom, uno de los posibles presidenciables que defendió a Biden (Foto de Kevin Dietsch / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)
ATLANTA, GEORGIA - El gobernador de California, Gavin Newsom, uno de los posibles presidenciables que defendió a Biden (Foto de Kevin Dietsch / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP) - Créditos: @KEVIN DIETSCH

“Creo que una campaña así para lograr que Biden renuncie sería una mala idea”, respondió.

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Hoffman enumeró varias razones: Biden es un “luchador” y no se bajará; el debate no reveló nada nuevo sobre Biden, Trump o la elección; los republicanos se alinearon detrás de Trump pese a que es un criminal condenado porque entienden que “a esta altura de la carrera, tienen que pasar cada minuto y cada centavo impulsando a su viejo o destrozando al nuestro”; ser buen presidente no tiene nada que ver con debatir bien, y por último, “todo lo anterior significa que Joe Biden bien puede todavía ganar esta elección”.

Biden contaba además con el respaldo público de altas figuras partidarias como Bill y Hillary Clinton, Barack Obama, Nancy Pelosi o Bernie Sanders. Además de respetar la decisión del presidente, nadie parece dispuesto a abrir la caja de Pandora cuando falta menos de dos meses para la convención partidaria en Chicago. Detrás de esa decisión aparecía otra cruda realidad: cualquiera de los eventuales posibles candidatos que podrían llegar a reemplazar a Biden tampoco garantiza un triunfo ante Trump. Es, sin ir más lejos, una de las razones que llevó a Biden a decidir ir en busca de su reelección, y que ahora lo mantienen en carrera.