Los bichos que se convierten en superhéroes para defender los cultivos

Insectos pesticidas se enfrentan con plagas enemigas de los cultivos sin derramar ni un solo químico (Foto:Getty)
Insectos pesticidas se enfrentan con plagas enemigas de los cultivos sin derramar ni un solo químico (Foto:Getty)

Los insectos pesticidas son unos pequeños soldados que batallan contra otros bichos para liberar a los cultivos de plagas que se comen la cosecha. Su gran labor permite evitar que se usen productos químicos que se posan sobre los alimentos que llegan a millones de consumidores y que, además, contaminan el medio ambiente.

Hay un chinche verde y una pequeña avispa que son unos verdaderos superhéroes que combaten a feroces comedores de tomates y que dejan en ruinas a sacrificados agricultores.

Y aunque parece la trama de una serie de dibujos animados, esta es una realidad que puede ser vista directamente en un sembradío que haya adoptado estas soluciones ecológicas en las que los protagonistas son unos pequeños insectos.

El desarrollo de un batallón de insectos soldados es un proceso minucioso que reporta resultados efectivos para enfrentar a otros insectos que se han convertido en plagas. Es un método confiable y ecológico que no afecta a otros seres vivos, según los agricultores que ya se han aventurado por estos caminos verdes y libres de químicos.

La mayoría de los vegetales y frutas que se consiguen en el mercado tienen pesticidas (Foto:Getty)
La mayoría de los vegetales y frutas que se consiguen en el mercado tienen pesticidas (Foto:Getty)

En el mundo se conocen un millón de especies de insectos que se alimentan de menús muy variados. Y así como hay mosquitos que chupan sangre, también se consiguen moscas y gusanos que devoran tomates, mientras algunos chinches prefieren tragarse a esos bichos que comen tomates.

Entonces ¿para qué usar pesticidas químicos si tenemos la posibilidad de infiltrar soldados insectívoros en los sembradíos?.

Los pesticidas químicos están en muchos de los alimentos que comemos a diario, desde las espinacas, pasando por las judías verdes, frutas como los arándanos o las manzanas y todos aquellos que denominados “no orgánicos” y que reciben este apellido por recibir la ayuda de métodos artificiales, y a veces tóxicos, para crecer de forma abundante y rozagante.

Lo cierto es que nadie quiere comer sustancias tóxicas, y la solución que se ha ido abriendo paso para bajar el impacto ambiental en la protección de los sembradíos consiste en la introducción de batallones de insectos que, como soldados del mismo tamaño, se enfrenten con las plagas en un justo cuerpo a cuerpo.

Esta se presenta como una buena opción ecológica en medio de la creciente demanda de alimentos saludables.

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La organización Unearthed, financiada por Greenpeace y la ONG suiza Ojo Público de Suiza, dio a conocer a principios de 2020 que cerca de un tercio de los pesticidas que proveen las principales agroquímicas del mundo se consideran “altamente peligrosos”.

En marzo pasado la organización de salud ambiental Environmental Working Group dio a conocer la lista de productos no orgánicos de este 2023 que tienen la mayor cantidad de pesticidas conocida como Dirty Dozen.

La lista la encabezan las fresas, las espinacas y un grupo de vegetales conformado por kale, repollo y las hojas de mostaza. En la docena también figuran duraznos, peras, nectarinas, manzanas, uvas, pimientos, cerezas, arándanos y judías verdes o vainitas.

Más de 200 pesticidas fueron encontrados en la lista de estos alimentos que por lo general se asocian a una nutrición sana y nutritiva, y no a tóxicos o venenos.

Lo ideal sería que todos los alimentos fuesen orgánicos, cultivados sin la ayuda de químicos y de una forma amable con el medio ambiente, pero lo cierto es que los no orgánicos se producen masivamente y son más económicos.

De ahí la importancia de que se desarrollen métodos más ecológicos, basados en controles biológicos, para acabar con las plagas. Aquí entraría el uso de unos insectos para acabar con otros menos amigables con los cultivos.

Es posible lograr frutos y vegetales libres de pesticidas con control biológico (Foto:Getty)
Es posible lograr frutos y vegetales libres de pesticidas con control biológico (Foto:Getty)

En Francia, existe una granja de insectos que cría chinches y microavispas. Estos insectos son repartidos después entre los miembros de la cooperativa agrícola productora de tomates Savéol para que exterminen a la mosca blanca, conocida por ser una gran comedora de tomates.

En la granja, estos insectos pesticidas crecen entre plantas de tabaco pues éstas pertenecen a la misma familia que las plantas tomateras y es por ello que cuando son enviados a los cultivos siguen sintiéndose como en casa.

Los chinches macrolophus verdes se alimentan de la mosca blanca y de sus huevos, mientras que la avispa pone sus huevos en las larvas blancas y también ataca a la mosca.

En 2021 esta granja ubicada en Brest, en el oeste de Francia, contabilizaba una producción anual de 10 millones de chinches y 130 millones de microavispas.

La granja francesa permite visitas familiares guiadas para que niños y adultos aprecien la cría de los “insectos protectores”, como los mencionados chinches y microavispas, que se enfrentan a las moscas blancas y también de los abejorros, que son los encargados de polinizar las frutas y las verduras de los agricultores que se benefician de estos pesticidas verdes.

Los abejorros, se explica en el recorrido, recogen el polen en los estambres, que es el órgano masculino de la flor, y lo depositan en el pistilo de la flor del tomate, que es el órgano femenino de la flor y la fertilizan para que se convierta en la deliciosa fruta.

Esos cultivos son entonces protegidos de la mosca blanca por los chinches y las pequeñas avispas que, aunque miden menos de un milímetro, son capaces de acabar con el enemigo.

Una pequeña avispa es un soldado en el mundo del control biológico (Foto:Getty)
Una pequeña avispa es un soldado en el mundo del control biológico (Foto:Getty)

Un insecto que acaba con otro suena a una sencilla dinámica de un sano ecosistema. Suena a cadena alimenticia y a normalidad orgánica. El asunto es lograr que un organismo vivo elimine a otro sin que con esto se permita que se vea afectada la comida destinada, principalmente, a humanos.

Se trata de hacer un efectivo control biológico para reducir las poblaciones de plagas de una forma natural pero con la intervención de los humanos.

Entonces, además de los pesticidas que se basan en insectos, también se incluyen en el proceso de control biológico el uso de otros enemigos naturales de las plagas como bacterias, hongos y virus.

El entomólogo y microbiólogo José Ramírez, de la Universidad Peoria de Illinois, explicó al Servicio de Investigación Agraria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos que si bien los pesticidas químicos pueden controlar rápidamente una población de plagas de insectos en grandes áreas, la toxicidad de estas sustancias persisten en el tiempo y afectan al medio ambiente y a todos los organismos “no objetivo”, como el ser humano.

Ramírez trabaja actualmente en el desarrollo de pesticidas microbianos para el control de mosquitos y las enfermedades que transmiten y conoce los beneficios ecológicos de usar un insecto para combatir otro.

El especialista señala que el primer paso para poder aplicar un buen control biológico consiste en meterse en la “casa” del insecto plaga para descubrir a sus enemigos naturales y dar con el adversario ideal.

En este proceso, además de investigar a otros insectos, también se analizan otros organismos vivos como bacterias y hongos.

“Este es un paso muy importante porque no queremos que este nuevo organismo cree nuevos problemas”, dice el entomólogo que aclara que hay que investigar muy bien para no dañar a otros organismos vivos que no sean el objetivo de estos insecticidas naturales.

La combinación de flores e insectos puede ser la sencilla solución para acabar con las plagas (Foto:Getty)
La combinación de flores e insectos puede ser la sencilla solución para acabar con las plagas (Foto:Getty)

Como si la verdadera historia de los bichos superhéroes no fuese suficientemente verde, el mundo de los pesticidas naturales también se amplía a las flores, porque las flores atraen insectos que pueden estar al servicio de los cultivos.

En 2015, científicos ingleses publicaron un estudio que confirmaba la “alta efectividad” de las “franjas de flores” para reducir las plagas y el daño a las plantas de cultivo.

De acuerdo con este estudio, las franjas de flores ayudaron a reducir la población del llamado escarabajo de la hoja de cereal al atraer a depredadores naturales como especies de abejas y avispas.

Otro uso de insectos es el que está haciendo la empresa británica Oxitec que en 2021 liberó miles de mosquitos genéticamente modificados en los cayos de Florida, en Estados Unidos, para frenar su reproducción e, intentar así frenar la propagación de enfermedades como el dengue o el Zika.

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