La Argentina calienta motores para la Copa América, consiguió un triunfo a media máquina ante Ecuador
Después de dos meses y medio, el seleccionado se reencontró para afrontar la Copa América. Más allá de todo lo que se conocen sus jugadores, de tanto trecho recorrido y vivencias compartidas, el arranque fue a media máquina. Sin perder ese instinto ganador que tiene tan afianzado, aun tratándose de un amistoso que sirvió para repartir minutos e ir avanzando en los ajustes.
El 1-0 a Ecuador, en Chicago, ante un público atraído mayormente por la posibilidad de ver a Lionel Messi, mostró a un seleccionado superior a su rival, aunque sin redondear una producción altamente satisfactoria. Nada preocupante a esta altura, con 10 días por delante hasta el debut frente a Canadá y con el último ensayo -contra Guatemala, el próximo viernes- para seguir puliendo.
Los primeros dos minutos fueron el indicio más firme de lo que sería el partido. Argentina hizo el saque inicial y desde ese instante encadenó una sucesión de pases, sin interrupción del rival, que duró 2m05seg , hasta que a Di María se le fue largo un control. El seleccionado monopolizó la pelota, mientras que Ecuador se abroqueló en su campo, nunca se tentó con una presión alta para intentar el error argentino en la salida.
El desafío argentino pasaba por encontrar huecos y sorprender con el cambio de ritmo. Ecuador desplegaba una marca pegajosa y con un rigor físico más propio de un partido por los puntos que de un amistoso. Moisés Caicedo, compañero de Enzo Fernández en Chelsea, iba a los cruces con la intensidad de la Premier League. Pronto se llevó una amonestación por una dura entrada a Lautaro y no tardó en enzarzarse con De Paul, al que tampoco le cuesta mucho meterse en roces.
Lo más destacado de Argentina 1 - Ecuador 0
Scaloni echó mano de la amplitud del plantel para ordenar una formación con varios de los titulares que seguramente estarán en el debut de la Copa América, ante Canadá, y otros jugadores de una segunda línea que no están tan por debajo de la primera opción. Paredes estuvo en el eje del medio campo, función que cumplió durante toda la temporada en Roma. De Paul y Lo Celso fueron los interiores, Di María apareció abierto por la derecha y arriba, ante la ausencia desde el comienzo de Messi, Álvarez y Lautaro conformaron una doble punta que no es tan habitual en los esquemas de Scaloni. Atrás, el eficiente Lisandro Martínez sumó minutos a la reaparición que tuvo hace algo más de un mes en Manchester United.
La Argentina movía la pelota con muchos pases laterales, utilizando más el ancho de la cancha que algún eje profundo. No había llegadas a los arcos; el primer remate -desviado- fue de Di María a los 20 minutos, tras una recuperación -dio la sensación de que fue con foul- de Lo Celso en tres cuartos de campo rival.
El seleccionado necesitaba desordenar el apretado bloque rival. Lo más cerca que había estado del gol fue con un rebote de un córner que Ecuador dejó dentro de su área; Lisandro Martínez conectó una media vuelta que encontró la rápida reacción de Hernán Galíndez, el argentino nacionalizado que ataja en Huracán.
Alrededor de la media hora, el ritmo ya no era tan cansino. La Argentina consiguió meter algunas corridas. Se necesitaba que alguien rompiera desde atrás para abrir fisuras. Se animó un par de veces Acuña, pero si de atrevimiento se trata, pocos más audaces que Cristian Romero con la pelota en los pies. “A veces le decimos al Cuti que no suba, pero él va igual, lo tiene en sus genes. Hizo una cabalgada como cuando estaba en el Atalanta. Tiene ese potrero que no lo podés controlar y a veces a nosotros nos da sus frutos”, dijo Scaloni en la conferencia de prensa.
A Ecuador se le quemaron los papeles cuando el zaguero central apareció en la puerta del área grande para recibir un pase de De Paul; enganchó ante un adversario y dio la asistencia para Di María, que definió con un ajustado toque de zurda. Otro momento especial para Fideo, con la despedida por voluntad propia cada vez más cercana.
La Argentina había sido paciente, es un equipo con la confianza suficiente y variedad de recursos para desnivelar en algún momento. En esos pasajes favorables, Di María estuvo cerca del segundo con un tiro libre que salió por arriba tras dar en el travesaño.
El triunfo era una recompensa al dominio de la Argentina, si bien proporcionalmente creó menos situaciones de gol en relación con el tiempo que tuvo la pelota.
Se fueron al descanso con la expectativa del público por cuándo ingresaría Messi, ya que Scaloni había prometido que tendría minutos. Entró a los 10 minutos, en reemplazo de Di María, mientras que Enzo Fernández, de vuelta a la actividad tras la operación de la hernia inguinal que lo marginó de la recta final de la Premier League, sustituyó a Lautaro.
Varió la composición del medio campo, ordenado con Lo Celso, Paredes, De Paul y Enzo Fernández. Antes de ser sustituido, Lautaro no pudo darle continuidad a su vuelta al gol del amistoso anterior, ante Costa Rica, cuando cortó una racha de más de 700 minutos sin convertir. Esta vez, el cabezazo, desde una posición favorable y sin marcas, fue a las manos de Galíndez.
Algunos toques de Messi intentaron darle prolijidad a un desarrollo que se hacía bastante impreciso. Le sirvió un pase-gol a Enzo Fernández, a quien se le notó la inactividad que arrastra. Ecuador pasó a tener un centro-delantero de área con la entrada de Enner Valencia. La Argentina cayó en algunas desatenciones, el amistoso se le empezó a hacer largo. Tampoco pudo afinar debidamente el contraataque.
Si bien Scaloni les dedicó encendidos elogios, no hubo minutos para Garnacho y Carboni. Nico González tuvo el segundo gol, pero se lo tapó Galíndez. El amistoso no daba para más, a la Argentina le sirvió para ir calentando motores.