La apuesta de Levine Cava: pedir a los electores $2,500 millones mientras se postula de nuevo

Cuando la alcaldesa de Miami-Dade reveló su plan de emitir deuda por $2,500 millones para hacer frente a las inundaciones, los costos de la vivienda y otros retos durante un discurso pronunciado en enero en el Zoo Miami, incluso sus aliados más cercanos en el gobierno del condado se quedaron atónitos al escuchar la noticia.

“¿Qué pasa con el maldito transporte?”, se oyó decir a la comisionada Eileen Higgins desde los asientos de los miembros de la junta en la quinta fila para el discurso sobre el Estado del Condado de la alcaldesa Daniella Levine Cava el 24 de enero. En ese momento, un asistente de alto nivel envió un mensaje de texto a Higgins a unos cuantos asientos de distancia: “¿Qué?!?!!!”

La reacción negativa de Higgins, una de los partidarios más fiables de Levine Cava en la Comisión del Condado, capta los retos que tiene por delante la alcaldesa demócrata que busca la reelección en un Miami-Dade cada vez más en rojo, al tiempo que trata de orquestar el apoyo público para el mayor referendo de endeudamiento del condado en 20 años.

“Fui elegida para asegurar que podemos cuidar de nuestra comunidad, no solo ahora, sino en el futuro”, dijo Levine Cava, ex comisionada elegida alcaldesa en 2020, en una entrevista reciente. “Tenemos algunas necesidades críticas”.

Si se aprueba, el plan generaría entre $100 millones y $200 millones al año para reducir la contaminación de las aguas subterráneas por fosas sépticas, reforzar el downtown de Miami contra las marejadas ciclónicas, impulsar la construcción de complejos de apartamentos con límites de alquiler y precios para la clase trabajadora, y financiar otros proyectos a largo plazo. El gasto en proyectos de parques pudiera aumentar 35% al año y más que duplicar el dinero del condado para proyectos de vivienda, según los cálculos de endeudamiento de la oficina de Levine Cava y las cifras presupuestarias actuales. El plan de la alcaldesa consiste en dividir los $2,500 millones en cuatro paquetes de endeudamiento: $800 millones para vivienda, $750 millones para proyectos de control de inundaciones y cambio climático, $700 millones para parques y $250 millones para gastos a nivel vecinal.

El impacto fiscal sería relativamente pequeño: con base en la factura fiscal anual de $1,427 por servicios del condado para una vivienda con valor de unos $400,000, el valor medio en Miami-Dade, el bono propuesto de $2,500 millones añadiría menos de $6 al año, según la oficina presupuestaria de Levine Cava.

Pero un retador republicano ya está lanzando anuncios críticos de la propuesta de endeudamiento que Levine Cava quiere que los electores aprueben en un referendo en noviembre. El 13 de febrero, el gobierno de Hialeah, bastión del Partido Republicano, dio el extraordinario paso de oponerse al plan de deuda a pesar de que probablemente destinaría millones de dólares del condado a proyectos en esa ciudad, la segunda mayor del condado. Miami Lakes, una ciudad dirigida por un aspirante republicano a Levine Cava, adoptó una postura similar.

Para obtener permiso para pedir prestados $2,500 millones a inversionistas de Wall Street durante las próximas tres décadas, Levine Cava debe conseguir primero que la mayoría de los 13 comisionados del condado pongan el referendo en la boleta y luego convencer a los electores para que respalden el pago de más impuestos sobre la propiedad para saldar la deuda.

Estos son algunos de los retos que enfrenta Levine Cava para ambas tareas.

Su objetivo de $2,500 millones es mucho menor que la última vez que Miami-Dade pidió prestado dinero para décadas de gastos. La política de hace 20 años ayudó a impulsar el objetivo de $2,500 millones de este año. En noviembre, la campaña de la alcaldesa sondeó discretamente el apoyo a un paquete de deuda y aterrizó en la cifra $2,500 millones porque estaba en línea con lo aprobado en 2004, cuando los comisionados de Miami-Dade enviaron por última vez un extenso plan de deuda a los electores del condado. Aquel programa de endeudamiento, denominado “Building Better Communities”, fue aprobado por un amplio margen. “Elegí esta cantidad porque era coherente con el exitoso programa de deuda anterior”, dijo Levine Cava en una entrevista. “Creo que es una cantidad significativa de dinero con un costo mínimo para los contribuyentes”.

En dólares de hoy, el objetivo de 2004 valdría ahora unos $4,900 millones, según una calculadora federal de la inflación. Eso deja a Levine Cava con menos dinero para el tipo de proyectos que pudieran obtener el apoyo de los comisionados, los dirigentes municipales y el público. “Les garantizo que tengo peticiones [para mi distrito] que ella no ha incluido en su plan”, dijo Keon Hardemon, comisionado de Miami-Dade.

La alcaldesa mantuvo su plan como una sorpresa y dejó que su administración se pusiera al día. Registros públicos y entrevistas muestran que el equipo de campaña de la alcaldesa conoció el marco del plan de bonos meses antes que los profesionales del gobierno de Miami-Dade, que pasaron las semanas posteriores al discurso trabajando con plazos ajustados para recopilar listas de proyectos. “Necesitan estas aportaciones para el viernes, ¿correcto?”, escribió Lourdes Gómez, directora del Departamento de Recursos Económicos y Normativos del condado, el martes 6 de febrero a un miembro del personal que le pidió su opinión sobre una lista de posibles proyectos de deuda que circulaba por la dependencia. Gómez quería que su departamento, que supervisa la oficina de Resiliencia del condado, trabajara con sus homólogos municipales sobre las prioridades de las inundaciones, y el tiempo se estaba acabando antes de la fecha límite de la oficina de presupuesto del 9 de febrero para la presentación de la lista completa de objetivos de los bonos.

“No estoy segura de cuándo o quién se pondrá en contacto con las ciudades, pero tan pronto como tengamos más información, podremos compartirla con ustedes”, escribió Patricia Gómez, jefa de la oficina de Resiliencia del condado, en un correo electrónico ese mismo día con el asunto “Llamada urgente de coordinación”.

Dos meses después del discurso del 24 de enero, la administración de Levine Cava aún no ha publicado una lista de proyectos propuestos para el programa de bonos.

Miami-Dade tiene muchas más necesidades que las que puede cubrir el dinero de la deuda. Los correos electrónicos que el Miami Herald obtuvo a través de una solicitud de registros públicos ofrecen un primer vistazo a los proyectos que se están considerando para la propuesta definitiva, que la administración espera presentar a los comisionados en abril. Una hoja de cálculo de febrero solo de los posibles proyectos de resiliencia, incluyendo la compra de humedales para reforzar los Everglades y la mejora de canales para reducir las inundaciones, totalizó $2,800 millones en una categoría que solo asignaría un presupuesto de $750 millones en el plan de Levine Cava. El Departamento de Vivienda Pública y Desarrollo Comunitario del condado elaboró una lista de más de dos docenas de proyectos que construirían más de 12,000 nuevas viviendas, lo que requeriría $3,100 millones de la emisión de deuda de 2024, mucho más que los $800 millones para vivienda en el plan de endeudamiento de Levine Cava.

Representación del planeado complejo Cutler Manor tras una remodelación de $104 millones prevista por su propietario, la urbanizadora sin ánimo de lucro Preservation of Affordable Housing. Conocida como POAH, la urbanizadora está usando una mezcla de fondos del Condado Miami-Dade, Florida y el gobierno federal para construir el proyecto de 445 unidades, que tendrá una mezcla de apartamentos y casas adosadas para personas de bajos ingresos, a precios asequibles y a precios de mercado.

Aun así, esa deuda generaría nuevos fondos significativos que Miami-Dade pudiera usar para préstamos o subvenciones a urbanizadores de vivienda que esperan financiación para poner en marcha proyectos dirigidos a inquilinos de bajos ingresos y de clase trabajadora.

“Sería lo máximo que el condado ha hecho nunca. Sería un paso muy significativo”, dijo Annie Lord, directora ejecutiva del grupo activista Miami Homes For All. Describió la emisión de deuda de $800 millones propuesta por Levine Cava como un impulso para el desarrollo de apartamentos de bajo costo que dependen de una mezcla de fondos estatales, federales y locales para hacer viables los proyectos. “Cuando una localidad da un paso tan grande, otras siguen su ejemplo”, afirmó.

¿Victoria fácil o propuesta difícil?

Levine Cava ve el referendo como un uso audaz de su posición política mientras se postula a un segundo mandato. En lugar de ir a lo seguro en lo que, según sus encuestas, debería ser una fácil reelección en agosto, pide a los electores un pequeño aumento de los impuestos sobre la propiedad para invertir en una generación de proyectos del condado que se financiarán en su mayor parte después que Levine Cava deje el cargo.

“Este enfoque histórico dará la vuelta a las locuras del pasado y construirá para el futuro”, dijo Levine Cava en enero en el auditorio al aire libre del Zoo Miami al anunciar el plan de deuda “305 Future Ready”, en inglés, español y creole. “El futuro será más fuerte, más seguro y más resiliente que nunca”.

Miami-Dade ya tiene un impuesto sobre las ventas de medio punto porcentual que puede financiar deuda para proyectos de transporte, aprobado en un referendo en 2002. Cuando se le preguntó por qué no incluyó el transporte en su propuesta de bonos, Levine Cava señaló la financiación existente, pero dijo que los comisionados del condado tendrán la última palabra sobre la lista de proyectos para el proyecto “305 Future Ready” y pudieran añadir financiación para el transporte si lo desean.

Christian Ulvert, asesor de Levine Cava desde hace muchos años y quien dirige su comité político Our Democracy, dijo que la alcaldesa planteó la idea de un referendo sobre la deuda en septiembre, después que las encuestas internas la mostraran en una posición fuerte para la reelección entre los electores.

Él recuerda el argumento de ella: “Eso es capital político”, le dijo. “Quiero ser audaz e ir ante los electores con algo que marque la diferencia. No tengo miedo de ir ante los electores”.

Minutos después de concluir el discurso de Levine Cava sobre el Estado del Condado en enero, Ulvert hizo público un resumen de una encuesta realizada en noviembre por el comité político de la alcaldesa en la que se afirmaba que 79% de los 500 probables electores encuestados por EMC Research aprobaban la propuesta.

Pero un informe completo de la encuesta, obtenido por el Herald, muestra una tarea más difícil para Levine Cava.

Cuando se les dijo que Miami-Dade estaba considerando “pedir a los electores que aprueben un aumento del impuesto sobre la propiedad” para una emisión de deuda que financiaría mejores aceras y otras mejoras vecinales, 60% de los encuestados se mostró en contra. Solo cuando los encuestadores usaron una jerga legal imprecisa para los impuestos sobre la propiedad —diciendo que el dinero para vivienda, resiliencia y parques provendría de “impuestos ad valorem”—, la propuesta recibió un cómodo apoyo.

“Creo que es un lastre para ella”, dijo Emiliano Antúnez, asesor político que trabaja para uno de los rivales republicanos de Levine Cava, el alcalde de Miami Lakes, Manny Cid. “Será un tema controversial. Eso me alegra”.

Cid lanzó un anuncio de ataque en línea contra la propuesta de bonos de Levine Cava dos semanas después de su discurso.

“La alcaldesa Daniella Levine Cava ahora quiere que le confiemos otros $2,500 millones de nuestros impuestos”, dice el anuncio publicado en YouTube. “Ya hemos tenido suficiente ...”.

Miami-Dade ya tiene un impuesto a la propiedad dedicado a pagar la deuda autorizada por los electores.

Actualmente cubre los pagos de alrededor de $2,300 millones en deuda. Eso es en su mayoría del referendo de 2004 y uno aprobado en 2013 que prometió $830 millones para el sistema de hospitales públicos Jackson, según un memorando del 18 de marzo de la Oficina de Política y Asuntos Presupuestarios de la Comisión. El impuesto cuesta actualmente unos $44 por cada $100,000 de valor gravable de una propiedad. Rara vez recibe atención: cuando la Comisión condal en 2021 votó a favor de aumentarlo 6% para cubrir los pagos de la deuda del siguiente año, el cambio fue aprobado por unanimidad sin debate.

Pero pedir permiso a los electores para aumentar el impuesto puede ser un reto. En 2014, los electores rechazaron aumentar el impuesto sobre la deuda para financiar un nuevo juzgado civil del condado, que ahora se está construyendo con otros fondos.

La política presidencial pudiera ser una bendición para Levine Cava en una campaña de emisión de deuda de otoño; o pudiera ser un problema. La encuesta de noviembre demostró que los demócratas estuvieron a favor de las cuatro categorías de gasto de los bonos —vivienda, resiliencia, parques y mejoras vecinales—, pero la mayoría de los republicanos estuvo en contra de todas menos de la propuesta de vivienda. Los demócratas siguen encabezando las listas de electores en un condado que Joe Biden ganó por siete puntos en 2020, pero los republicanos están reduciendo la brecha y la propia encuesta de Levine Cava mostró a Donald Trump ganando Miami-Dade por dos dígitos.

En 2004, los líderes del condado apuntaron a una elección presidencial para la campaña de bonos, pronosticando correctamente que una mayor participación de los electores ayudaría a obtener la aprobación del referendo. Pero el lanzamiento de Levine Cava se aleja de cómo se desarrolló ese despliegue hace 20 años.

La última vez que el Condado Miami-Dade hizo una emisión de deuda para financiar proyectos en todo el condado fue en 2004. George Burgess era entonces el administrador del condado, y él y su personal celebraron docenas de reuniones con grupos cívicos y otras organizaciones mientras el condado elaboraba una lista de proyectos que se financiarían con nuevos impuestos sobre la propiedad.

El entonces alcalde Alex Penelas no fue la cara de la propuesta. En su lugar, los comisionados del condado encargaron en 2003 a los administradores que estudiaran las necesidades del condado y presentaran una lista de proyectos. El personal del condado celebró docenas de reuniones a lo largo de 10 meses con grupos cívicos, gobiernos municipales y otras organizaciones para recabar opiniones y defender un plan de endeudamiento masivo.

“Cuanto más escuchábamos a la gente expresar sus preocupaciones y sus intereses, y cuanto más explicabas las cosas, más apoyo empezabas a conseguir”, dijo George Burgess, entonces administrador del condado.

Penelas, quien intentó recuperar su antiguo puesto en las elecciones de 2020 que ganó Levine Cava, predijo que ella enfrentará una oposición mucho más organizada a su propuesta de bonos que los activistas de hace dos décadas.

“Muchos políticos están hablando en contra”, dijo. “Nosotros no teníamos nada de eso”.

La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, tercera por la izquierda, observa por encima de una bandera del Orgullo antes de izarla sobre el edificio Stephen P. Clark County Hall, el miércoles 7 de junio de 2023. A su derecha inmediata está Oliver Gilbert, presidente de la Comisión del Condado Miami-Dade, y a dos personas de distancia a su izquierda está Eileen Higgins, comisionada de Miami-Dade. También en la fotografía: el senadora estatal Shevrin Jones, demócrata de Miami Gardens, y Sarah Kavanagh, cónsul general de Irlanda en Miami.

Por ahora, el mayor reto de Levine Cava puede ser conseguir llevar la pregunta sobre los bonos a los electores en noviembre. Miami-Dade tiene un plazo hasta julio para la presentación de preguntas de referendo, y ella está esperando una votación de la comisión en mayo.

Eso deja alrededor de ocho semanas para asegurar el apoyo en una junta donde algunos miembros han sido fríos u hostiles al plan. Los comisionados Kevin Cabrera y René García han dicho que votarán en contra del plan.

Oliver Gilbert, el presidente de la junta que controla la agenda legislativa, declinó una solicitud de entrevista, pero sí declaró públicamente lo sorprendido que estuvo al enterarse del plan de $2,500 millones por el discurso de Levine Cava. A pocos asientos de Gilbert, Higgins intercambiaba mensajes de texto con Maggie Fernández, la jefa de personal del comisionado, que en su día trabajó para Burgess, el administrador del condado durante el bono de 2004.

“No puedo”, respondió Fernández después que Higgins señaló que Levine Cava no había mencionado el transporte en las prioridades del bono. “Así NO se lanza un programa de bonos. Morirá antes de empezar”.

Semanas después, Higgins dijo que no está lista para apoyar la propuesta de Levine Cava.

“Todavía no he visto un plan”, dijo al Herald el 22 de marzo. “Si no se incluye el transporte, soy un no rotundo”.