Quién es Abel Guzmán, el peluquero que ejecutó de un tiro en la cabeza a su compañero de trabajo en Recoleta

Abel Guzmán, el peluquero que asesinó de un tiro a un compañero, con un filtro de Instagram
Abel Guzmán, el peluquero que asesinó de un tiro a un compañero, con un filtro de Instagram

Este miércoles, Gabriel Medina fue asesinado a sangre fría por su compañero de trabajo Luis Abel Guzmán tras una discusión que ambos mantuvieron en el interior de la peluquería Verdini, del barrio de Recoleta. La víctima recibió un tiro en la cabeza y el homicida se dio rápidamente a la fuga.

Según detalla el parte de las fuerzas de seguridad porteñas, el homicidio sucedió a horas de la tarde en el salón ubicado en la calle Beruti al 3000, casi en la esquina con Austria. Hasta allí acudieron efectivos de la Policía de la Ciudad luego del llamado al 911 de una persona que dio aviso de lo ocurrido.

Una vez en el lugar, los agentes encontraron a la víctima con un paro cardiorrespiratorio. Enseguida fue trasladado al Hospital Fernández donde, pese a los esfuerzos de los profesionales de la salud, falleció. El joven trabajaba en la peluquería desde hacía un año y desempeñaba tareas como colorista.

Tal y como grafican las imágenes de una cámara de seguridad instalada en el local de belleza, Guzmán sacó de entre sus prendas un arma de fuego y sin titubear le efectuó un disparo en la cabeza a Medina. Posteriormente huyó de la escena del crimen escapando por la ventana. Todavía está prófugo.

Quién es Luis Abel Guzmán, el peluquero que asesinó a su compañero de trabajo

Según trascendió en las últimas horas, Guzmán trabajaba desde hace una década como mano derecha del dueño Facundo Verdini, el dueño de la cadena de peluquerías que llevan su apellido. Actualmente tiene domicilio en la calle Agrelo, en el partido de Merlo, situado dentro de la provincia de Buenos Aires.

El Diario de Santiago informa que es oriundo de Santiago del Estero y figura como inscripto en la Obra Social del Personal de Peluquerías y Estéticas desde el año 2005. Cristian Benítez, abogado de Facundo Verdini, sumó Telefe que el prófugo tiene un hermano que es encargado de edificio en Capital Federal.

En su perfil de Facebook, Guzmán acostumbra a compartir imágenes de equipos de música, autos y alguna que otra selfie. Sus publicaciones en Instagram -en formato video- tienen vínculo mayoritariamente con los trabajos que realizaba en el salón de belleza.

Abel Guzmán, el peluquero que asesinó de un tiro a un compañero y está prófugo
Abel Guzmán, el peluquero que asesinó de un tiro a un compañero y está prófugo

“Así dejamos el cabello a nuestras clientas. La magia está intacta. Vení a conocer nuestros tratamientos personalizados. Abellizate”, escribió en sus posteos, donde mostraba a través de grabaciones los resultados que obtenía con sus alisados, tratamientos capilares con keratina y células madres.

Una de las clientas que se atendía con Guzmán -que no quiso revelar su identidad- habló con LA NACION. “Con las clientas era un santo, muy halagador. Me habrá atendido hasta las 23 si sabía que necesitaba algo”, dijo sobre el trato del asesino para con las personas que acudían a la peluquería. “Me re sorprendió enterarme del asesinato; siempre me pareció re buena persona. Todos sus ahorros se estaban yendo a una casa que le estaba haciendo a su mamá”, sumó luego.

Abel Guzmán, el peluquero que asesinó de un tiro a un compañero y está prófugo
Abel Guzmán, el peluquero que asesinó de un tiro a un compañero y está prófugo

Develó que estaba “peleado a muerte” con el dueño del local pero que seguía trabajando allí porque “le servía”. “Él decía que en este lugar contaba con su propio espacio. Tenía su bacha, asientos y productos. Se arreglaba directo con las clientas. Estoy traumada con que un asesino me tocó la cabeza”, cerró.

El perfil de Gabriel Medina y los testimonios de sus familiares

Por su parte, Medina, que era colorista, tenía 33 años y hacía poco más de un año que trabajaba en esa peluquería. De acuerdo a la información de sus redes sociales, nació en la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz y ahora vivía junto a su pareja, Julio, en Morón, con quien estaba de novio desde hacía tres años.

Era padre también de una niña. Antes de dedicarse de lleno a la peluquería, Medina había comenzado a estudiar el profesorado de Historia en el Instituto González Catán. Al igual que Guzmán, la víctima gustaba de tomarse fotos, sobre todo en su ambiente laboral, junto a sus clientas.

Marina, la hermana de Medina, reclamó en sus redes sociales que Guzmán sea encontrado para que se haga justicia. “A mi hermano no me lo devuelve nadie, pero necesito ayuda para que pague por lo que hizo”, escribió la joven, que reclamó que nadie de la peluquería se comunicó con ella.

En diálogo con TN, contó además que el atacante se rapó el mismo día que cometió el asesinato: “Evidentemente, ya tenía pensado matar a mi hermano. No sé por qué le disparó. Sé que no tenían una buena relación laboral. Este hombre tenía una manera bastante complicada de manejarse. Era muy mal hablado”.

“Nunca habían llegado a algo físico como para decir ‘este tipo se cansó y tomó esa decisión’”, prosiguió Marina, en medio de un ataque de llanto.

“No termino de entender por qué lo hizo”, agregó, consternada. De acuerdo a lo que le contaba la víctima, entre ambos hombres había una especie de disputa por los clientes. “Él amaba su trabajo. Incluso los días que tenía franco tomaba turnos para hacer a domicilio”, recordó la mujer.

En otro tramo de la entrevista, Marina relató que fue su madre la primera en llegar a la peluquería en Recoleta y que no sabía nada porque le habían dicho que habría sido un accidente. “Fue directamente a mi hermano y por eso él no reaccionó ni se defendió”, sumó entre lágrimas sobre el ataque.

“Nosotros no nos enteramos por la peluquería, el dueño ni ningún compañero. Nos avisó la pareja. No había visto la televisión. Pensé que había sido un accidente. No tuvimos comunicación oficial ni de un hospital ni de una comisaría. Horas después, un efectivo nos dijo que estaba en la morgue”, acotó Mónica, madre de Gabriel.

Lo único que sabía es que Gabriel y Germán tenían una relación media conflictiva. El dueño sabía de esto y tendría que haber intervenido. Gabriel me contó que las clientas se quejaban porque Germán hacía los alisados muy fuerte, usaba mucho formol y contestaba mal”, dijo entre lágrimas.

Y concluyó: “Tienen que apurarse en encontrarlo. Que no salga por ningún curso, ningún atenuante de nada. Esto estaba planeado. Él sabía lo que hacía”.