Yemen, el país más pobre del mundo árabe asolado por una guerra interna y en una ubicación estratégica

Una imagen muestra una vista de la capital de Yemen, Saná, el 12 de enero de 2024.
Una imagen muestra una vista de la capital de Yemen, Saná, el 12 de enero de 2024. - Créditos: @MOHAMMED HUWAIS

DUBÁI.- La ofensiva aérea encabezada por Estados Unidos contra los rebeldes hutíes de Yemen por sus ataques contra la navegación en el mar Rojo volvió a centrar el viernes la atención internacional en la guerra que desde hace años asola la nación más pobre del mundo árabe, mientras continúan las amenazas al transporte marítimo en todo Medio Oriente.

De madrugada, los bombardeos iluminaron el cielo en varios lugares controlados por los rebeldes respaldados por Irán. Arabia Saudita trató de distanciarse rápidamente de los ataques en un intento de mantener una delicada distensión con Irán y un alto el fuego en la guerra en Yemen, de donde espera retirarse por fin.

La ofensiva dejó al menos cinco muertos y seis heridos, dijeron los hutíes, que no ofrecieron más detalles acerca de lo ocurrido.

El ataque amenazaba también con provocar un conflicto regional por la guerra de Israel contra Hamas en la Franja de Gaza, que tanto el gobierno estadounidense como sus aliados llevan semanas tratando de apaciguar.

Por su parte, la Armada de Estados Unidos reconoció un ataque ocurrido días antes contra un buque en los confines del océano Índico, que podría indicar la disposición de Irán a atacar embarcaciones dentro de una campaña marítima más amplia por el conflicto entre Israel y Hamas. Además, Teherán incautó el jueves un petrolero implicado en una crisis previa con Washington, que en su día confiscó su carga.

Ciudadanos yemeníes exhiben sus armas y sostienen retratos del líder hutí Abdul Malik al-Houthi durante una protesta en solidaridad con el pueblo palestino en Saná, el 5 de enero de 2024.
Ciudadanos yemeníes exhiben sus armas y sostienen retratos del líder hutí Abdul Malik al-Houthi durante una protesta en solidaridad con el pueblo palestino en Saná, el 5 de enero de 2024. - Créditos: @MOHAMMED HUWAIS

Aunque por el momento se desconocía la magnitud de los daños causados por la ofensiva estadounidense, los hutíes indicaron que al menos cinco lugares, incluyendo aeródromos, habían sido atacados. Reino Unido aseguró que sus ataques alcanzaron un emplazamiento en Bani utilizado supuestamente por los rebeldes para disparar drones, y un aeródromo en Abbus desde el que se habrían lanzado misiles y aviones no tripulados.

Hussein al-Ezzi, un funcionario hutí de su Ministerio de Exteriores, reconoció “un ataque masivo con barcos, submarinos y aviones de guerra estadounidenses y británicos”.

“Estados Unidos y Reino Unido tendrán que prepararse sin duda para pagar un alto precio y sufrir las nefastas consecuencias de esta flagrante agresión”, escribió al-Ezzi en internet.

El principal negociador y vocero de los rebeldes, Mohammed Abdul-Salam, opinó que Washington y Londres “cometieron una estupidez con esta agresión traicionera”.

“Se equivocan si piensan que disuadirán a Yemen de apoyar a Palestina y Gaza”, dijo en un mensaje en internet, apuntando que los ataques hutíes “seguirán afectando a los barcos israelíes o a los que se dirigen a puertos en la Palestina ocupada”.

Desde el inicio de los ataques en noviembre, los hutíes han alcanzado buques con una vinculación escasa o dudosa con Israel, alterando la navegación en una ruta clave para el comercio mundial.

En Saada, el feudo hutí en el noroeste de Yemen, cientos de personas participaron en una protesta el viernes en la que, por momentos, se coreó el lema de los rebeldes: “Dios es grande; muerte a Estados Unidos; malditos sean los judíos; victoria para el islam”.

Un combatiente hutí monta guardia frente a la Gran Mezquita Al-Saleh de Saná, que el movimiento respaldado por Irán rebautizó como la Mezquita del Pueblo, el 5 de enero de 2024.
Un combatiente hutí monta guardia frente a la Gran Mezquita Al-Saleh de Saná, que el movimiento respaldado por Irán rebautizó como la Mezquita del Pueblo, el 5 de enero de 2024. - Créditos: @MOHAMMED HUWAIS

Yemen ha sido objetivo de acciones militares de Estados Unidos durante los gobiernos de sus últimos cuatro presidentes. Bajo el mandato de George W. Bush se inició una campaña de ataques con aviones no tripulados contra la filial local de Al Qaeda, una iniciativa que ha continuado durante el de Joe Biden. Por otra parte, Washington ha realizado incursiones y otras operaciones militares en medio del conflicto armado en curso en el país.

Esa guerra comenzó cuando los hutíes entraron en la capital, Saná, en 2014. Una coalición liderada por Arabia Saudita, en la que estaba Emiratos Árabes Unidos, lanzó una campaña para respaldar al gobierno yemení en el exilio en 2015, que transformó el conflicto en una confrontación regional ya que Irán proporciona armas y otra ayuda a los rebeldes.

La guerra, sin embargo, se ha ralentizado mientras los hutíes mantienen el control sobre los territorios que capturaron. Emiratos fue atacado por misiles rebeldes varias veces en 2022, pero tras salir del conflicto, Arabia Saudita llegó a un acuerdo con Irán –mediado por China– para aliviar la tensión con la esperanza de retirarse del conflicto.

Por el momento no hay un pacto global, lo que pudo haber motivado el mensaje de “gran preocupación” lanzado el viernes por Riad tras la ofensiva aérea.

“Aunque el reino destaca la importancia de mantener la seguridad y la estabilidad en la región del Mar Rojo (...) pide moderación y que se evite una escalda”, indicó un comunicado de su Ministerio de Exteriores.

Irán, que ha suministrado armas y ayuda a los rebeldes yemeníes, condenó la ofensiva en un comunicado del vocero del Ministerio de Exteriores, Nasser Kanaani.

“Los ataques arbitrarios no tendrán otro resultado que avivar la inseguridad y la inestabilidad en la región”, afirmó.

Agencia AP