¿Y si el cáncer (ginecológico) llega antes que los hijos?
Muchas mujeres sufren un cáncer ginecológico antes de haber sido madres debido al progresivo retraso de la maternidad, ¿cuales son las consecuencias y qué se puede hacer?
Según la Fundación para el Cáncer de la Mujer (FWC, por sus siglas en inglés), cada 5 minutos una mujer es diagnosticada de cáncer ginecológico (cérvix, ovario, endometrio, útero o vaginal).
Este tipo de cáncer afecta directamente a los órganos reproductores ubicados en la zona pélvica: útero, ovario, vagina y vulva; y su incidencia representa hoy el 17 por ciento de todos los cánceres que afectan a mujeres, aproximadamente 115.000 casos nuevos en Europa en el año 2018.
Aunque las perspectivas de curación son altas y la sobrevivencia de estas pacientes ha aumentado “gracias al diagnóstico precoz y métodos terapéuticos más eficientes”, según nos confirma el doctor Jan Tesarik, director de la Clínica MARGen de Granada, es necesaria una profunda revisión de los actuales criterios de la comunidad médica al tratar a pacientes con un cáncer ginecológico.
Y es que el retraso de la maternidad (aparte de los riesgos que conlleva para el bebé y la gestante) hace que cada vez sean más las mujeres que sufren este tipo de cáncer antes de ser madres, tal y como recoge un estudio publicado en la revista Journal of Psychosomatic Obstetrics & Gynecology.
La investigación, que recoge las experiencias de un equipo de expertos multinacional que ha tratado a mujeres con cáncer ginecológico, insta a revisar los tratamientos con el fin de ‘suavizar’ el impacto del cáncer ginecológico en la calidad de vida de la mujeres afectadas.
Los resultados obtenidos indicaron que muchos tratamientos del cáncer ginecológico disminuyen o destruyen completamente la función reproductiva de la mujer, una pérdida que a menudo origina otra serie de alteraciones como:
Graves problemas psicológicos,
Empeoramiento de las relaciones sexuales, lo que a su vez puede llevar a una degradación general de la convivencia de la pareja,
Depresión, ansiedad e ira,
Problemas de relaciones interpersonales,
Pérdida de autoestima,
Trastornos del sueño,
Y hasta pensamientos suicidas.
La pérdida de un proyecto de vida, íntimamente asociada con la pérdida de la fertilidad, es un factor que contribuye significadamente a todos estos problemas.
Antes esto no se tenía en cuenta, solo se pensaba en cómo salvar la vida de la paciente, pero tal y como explica Tesarik “no podemos afrontar la situación de las mujeres con cáncer ginecológico utilizando los modos de pensamiento del siglo pasado. Hoy disponemos de métodos diagnósticos y terapéuticos que nos permiten individualizar el cuidado a la medida de cada paciente, tomando en cuenta diferentes aspectos de su vida sentimental, familiar, social y profesional”.
Por su parte, el doctor Javier Domingo, coordinador del Programa de Preservación de la Fertilidad de IVI, asegura que “hoy en día nadie discute la conveniencia de las técnicas de preservación de la fertilidad como parte integral de los tratamientos oncológicos”.
Un nuevo enfoque que exige la colaboración entre varios especialistas, un oncólogo, un ginecólogo, un psicólogo y un especialista en medicina reproductiva.
Por otro lado, tal y como apunta el experto en reproducción asistida de Clínica MARGen, en la mayoría de estas mujeres, es posible preservar su fertilidad mediante criopreservación (vitrificación) de sus óvulos o embriones para permitir la maternidad después de superar definitivamente la enfermedad.
“De todos los cánceres de ovario, el 12 por ciento se diagnostican en menores de 44 años, y la gran mayoría se encuentra en estadios avanzados. Se considera que un 20 por ciento de los cánceres de ovario podría ser subsidiario de tratamientos para preservar la fertilidad. No obstante, es importante conocer que existe esta posibilidad y que, según el caso, la preservación de la fertilidad abre una vía para que estas mujeres puedan ser madres en un futuro”, añade el doctor Domingo.
“El problema, apunta Tesarik, es que muchas pacientes no son informadas adecuadamente sobre esta posibilidad. La mejora del asesoramiento por un equipo médico multidisciplinar es un gran desafío que hay que afrontar”.
Este asesoramiento tiene que ser rápido y preciso para realizar la preservación de la fertilidad en una fase temprana de la enfermedad y elegir los esquemas terapéuticos menos invasivos, con el fin de proteger la reproducción posterior utilizando los óvulos y embriones criopreservados.
En cuanto a la vitrificación de ovocitos, el director de IVI Las Palmas y Tenerife reconoce que “supuso una ventana abierta para las pacientes con cáncer que iban a recibir tratamiento con quimioterapia, mitigando así las consecuencias de esta sobre el ovario y permitiéndoles tener la opción de intentar la consecución de un embarazo con sus propios gametos una vez superada su enfermedad”.
¿Has superado un cáncer femenino? ¿Te informaron sobre este tipo de tratamientos?
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