Xochimilco y su nombramiento como "Barrio Mágico" que ha traído problemas: no les pidieron opinión

Xochimilco fue nombrado "Barrio Mágico" en octubre del año pasado. Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo del Gobierno Federal entregó el nombramiento a Martí Batres, jefe de gobierno de la Ciudad de México y a José Carlos Acosta, alcalde de Xochimilco. Se trató del primer barrio de la capital mexicana en tener esta distinción —desde 1987 es Patrimonio Cultural de la Humanidad—. Entonces, se dijo que el propósito era "diversificar la oferta turística de los destinos, así como ampliar el abanico de experiencias para los potenciales visitantes nacionales y extranjeros”, según se informó en el comunicado oficial.

Sin embargo, a más de medio año de distancia, la categoría de Barrio Mágico ha resultado problemática para los habitantes de Xochimilco, que se han unido para solicitar un amparo con el que pretenden revocar el nombramiento. Ellos no han visto beneficios, sino todo lo contrario: riesgos para el acceso al agua y acciones que afectan su calidad de vida y ponen en riesgo el medio ambiente. El reclamo también parte de un punto que debió ser sustancial: no se tomó la opinión de los pueblos originarios. Y como en diversas zonas de la ciudad, se enfrenta el riesgo de la gentrificación.

“Todo esto evidencia la arbitrariedad y el capricho por parte de las autoridades, quienes implementan un programa que legalmente no existe y del cual, por lo tanto, no existe ninguna forma de fiscalizar y hacer escrutinio de su presupuesto y su desarrollo. Esta ilegalidad fue, además, realizada sin consultar a los pueblos originarios de Xochimilco, exotizando su territorio para procesos de turistificación que atentan con su calidad de vida y acceso al agua”, han expuesto los vecinos de la zona.

Los vecinos sostienen que esta categorización también puede afectar las zonas chinamperas, debido a los paseos en kayak, así como por el recorrido que hace el turibús en áreas de cultivo. Según se reportó en Imagen Televisión, los vecinos también han expuesto un reclamo de alcances históricos: el nombramiento los toma como un barrio, cuando a Xochimilco lo conforman un total de 14 pueblos originarios. Ese reduccionismo, además de la indiferencia mostrada al no pedirles su opinión, ha generado una sensación de descontento que ya tiene cariz legal.

El fenómeno de la gentrificación ha crecido de manera insólita en los últimos años. Primero fueron colonias céntricas de la Ciudad de México, como La Condesa y la Roma. Pronto, se extendió por colonias aledañas, tradicionalmente populares. Los 'nómadas digitales', provenientes de Estados Unidos y Europa, han visto que su dinero vale más en estos lugares lo que les permite pagar rentas por encima del precio que era ofrecido a los habitantes locales.

Además, están exentos de cargas fiscales, un asunto que ha generado ya bastante escozor en las personas que han sido desplazadas de sus viviendas. El mes pasado, en Mazatlán, la turistificación fue tema nacional por la prohibición a las bandas sinaloenses de tocar en la playa, que al final fue desestimada tras el revuelo ocasionado en las calles y en toda la opinión pública.

Xochimilco enfrenta así una batalla que puede ser decisiva y sentar varios precedentes. ¿Una categoría como la de Barrio Mágico puede traer más daños que beneficios? Es la tesis de los habitantes que defienden su entorno y protestan que el gobierno no les consultó para dar visto bueno al nombramiento. La gentrificación no parece ser un fenómeno que vaya a salir pronto de la conversación pública. Y si lo que se quiere es combatirla, lo mejor es, precisamente, hablar de ella lo más que se pueda.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

‘Peinados locos’, la tendencia que asalta a los adultos en el Día del Niño