GUAYAQUIL.- Ecuador permanece bajo el ataque del narcotráfico y de la delincuencia organizada. Un grupo de sicarios interceptó este miércoles al fiscal ecuatoriano César Suárez en la Avenida del Bombero, en Guayaquil, y lo acribillaron en el interior de su vehículo. El funcionario del Ministerio Público -que investigaba el asalto armado contra TC Televisión de la semana pasada- recibió varios disparos en la cabeza, y quedaron por lo menos una veintena de orificios de bala en el cristal de su vehículo.

El cuerpo del fiscal de la Unidad Nacional Especializada de Investigación contra la Delincuencia Organizada Transnacional en la región de Guayas, un reconocido catedrático de Derecho Constitucional que incluso se postuló como juez anticorrupción, permaneció casi una hora en el lugar de los hechos a la espera de la llegada de los forenses.

Agentes cubrieron con plásticos negros el traslado del cadáver a una camioneta de Medicina Legal para su traslado a sus dependencias. Suárez, que se dirigía a una audiencia, no contaba con escoltas.

El atentado se produce cuando en Ecuador rige desde la semana pasada el decreto del presidente Daniel Noboa de “conflicto armado interno”, que incluye estado de excepción, toque de queda y el despliegue de las Fuerzas Armadas en las calles para responder a la violencia desatada por las bandas del crimen organizado.

Suárez estaba a cargo de la investigación del asalto armado contra TC Televisión, ocurrido la semana pasada, cuando un comando de 13 pandilleros de la banda de Los Tiguerones irrumpió a tiros en las instalaciones televisivas, mientras se transmitía en vivo, en un hecho que generó conmoción a nivel regional. Fue un caso de terrorismo, al tratarse de una de las 22 bandas descritas como tal en el decreto gubernamental.

El funcionario del Ministerio Público cargó sobre sus espaldas uno de los casos paralelos a la Operación Metástasis, que liderada por la fiscal general del Estado involucró al narco Leandro Norero, conocido como “El Patrón”, con políticos, jueces y periodistas.

Suárez se encargó del caso de corrupción hospitalaria que señaló directamente al empresario Daniel Salcedo, detenido hace unos días en Panamá y sobre el que se aplicará un proceso de extradición.

La noticia cayó como una bomba entre los miembros de la judicatura y entre sus compañeros, que expresaron su condena a través de las redes sociales. “Mi más sincera nota de pesar a su familia y compañeros. César, descanse en paz. Su legado nos acompañará en la lucha”, subrayó la fiscal general Diana Salazar, que comunicó que se encontraba sobre el terreno haciendo las primeras diligencias “para que este crimen no quede en la impunidad”.

Los fiscales y la policía ecuatoriana acudieron a un callejón del norte de la ciudad para buscar pruebas en un vehículo de gran cilindrada, incinerado minutos después del atentado.

Salazar, considerada por la Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa como una de sus principales enemigas políticas, hizo un emotivo llamado a la nación, en el que de manera firme aseguró que los grupos de delincuencia organizada y los terroristas “no detendrán nuestro compromiso con la sociedad ecuatoriana”.

“Continuaremos con más fuerza y compromiso. Debemos tener claro que este hecho atroz trae consigo un mensaje para el trabajo que estamos haciendo cumpliendo desde la Justicia”, señaló Salazar.

“Ante el asesinato de nuestro compañero César Suárez voy a ser enfática: los grupos de delincuencia organizada, los criminales, los terroristas no detendrán nuestro compromiso con la sociedad ecuatoriana”, añadió.

La jefa del Ministerio Público ecuatoriano instó a las fuerzas del orden a que garanticen la seguridad de los funcionarios de la Justicia y al Consejo de la Judicatura para que autorice que las audiencias se realicen de manera telemática.

“Fue asesinado mi compañero de la facultad, César Suárez Pilay. Ser operador de justicia en Ecuador se convierte, cada día más, en una actividad de riesgo constante. ¡Qué descanse en paz!”, añadió el juez Milton Velásquez Díaz.

Antecedentes

Este crimen se une así a dos cometidos durante el año pasado, que profundizaron aún más la oleada de violencia que sufre Ecuador.

Sicarios colombianos acabaron en agosto con la vida del periodista anticorrupción Fernando Villavicencio, candidato presidencial, 10 días antes de que se abrieran las urnas.

Semanas antes a ese episodio, otro sicario disparó contra el alcalde de Manta, Agustín Intriago, uno de los más populares del país. En el atentado también perdió la vida la joven futbolista Ariana Chancay, presente en el evento deportivo que presidía Intriago.

“Este crimen es un perverso mensaje a los operadores de justicia dispuestos a luchar contra el crimen organizado. Como nunca, hoy es urgente que se instale en el país jueces y fiscales sin rostro para juzgar este tipo de casos y proteger sus vidas. El Estado debe darles garantías para trabajar, de lo contrario el crimen organizado ganará más terreno”, destacó la asambleísta Nataly Morillo, del movimiento Construye, aliado en su momento a Villavicencio.

Mayor conmoción incluso se vivió en su Manabí natal, región colindante a Guayas en donde trabajó durante cuatro años al frente de la Unidad de Muertes Violentas de Manta. Su perfil en la red social Facebook, en donde estaba activo, fue el espacio que recibió el luto de sus más cercanos.

“Sea lo que sea que decidas hacer, asegúrate que te haga feliz”, certificó el propio Suárez a un grupo de niños durante una jornada de brigadas médicas.

El fiscal también aprovechaba su página de Facebook para hacer públicos los veredictos de sus casos. Como el de los ocho condenados por terrorismo, quienes atacaron unidades policiales e hirieron a agentes en Durán, el municipio colindante a Guayaquil que es conocido como la Sinaloa de Ecuador.

En los últimos cinco años, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes en Ecuador pasó de seis a 46 en 2023, en una dramático escalada de violencia.