En Veracruz, personas trans impulsan un amparo para exigir acompañamiento médico en terapias hormonales

FOTOS: Cuartoscuro
FOTOS: Cuartoscuro

Durante seis años, Carla tomó hormonas y medicamentos que le recomendaban sus amigas pero que le provocaban efectos secundarios. Ahora está convencida de que ni ella ni ninguna otra persona trans deberían hacer las terapias de reemplazo hormonal sin el acompañamiento de especialistas, y por eso interpuso un amparo para que la Secretaría de Salud de Veracruz lo proporcione. 

Hasta el momento, el gobierno estatal niega este tipo de tratamientos en caso de que alguna persona llegue a solicitarlos, bajo el argumento de que se trata de una cuestión estética, informó Irving Bonilla, integrante de la Clínica de Litigio Estratégico Transformaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana, acompañante jurídico en el amparo. 

En este amparo, primero en su tipo, buscan que estos tratamientos de reemplazo hormonal sean reconocidos como parte del derecho a la salud, a la identidad de género, a la libertad de expresión de género, a la intimidad, al libre desarrollo de la personalidad y a la no discriminación. 

Para quienes lo promueven, no se trata solamente de una cuestión de cómo se ven las personas, sino de derechos que el Estado debe respetar. 

Entre 2011 y 2017, Carla Regina Lara Molina, como mujer trans, estuvo automedicándose con pastillas o inyecciones para intentar reflejar su identidad autopercibida. Esto le trajo como consecuencia múltiples problemas de salud que le llevaron a dejar de hacerlo y, aunque hace un par de años volvió a intentarlo, desistió por los mismos síntomas. 

“Tú tienes que ir con un especialista que cheque como están las glándulas de tu cuerpo, cómo está el hígado, cómo está el riñón, y tú lo estás haciendo como Dios te da a entender; ya no lo he hecho desde el 2017, lo quise hacer el año antepasado, y la verdad me sentí muy mal, mi organismo como que uff, la mala digestión, subí de peso tipo como 10 kilos”, contó. 

Esto sucede, dijo Bonilla, debido a que las terapias de reemplazo hormonal (o transición hormonal) deben ser realizadas por un equipo médico interdisciplinario, con especialidades como endocrinología, psicología, cardiología y, en algunos casos, gastroenterología, urología o ginecología. 

Carla no es la única que, ante la falta de opciones, se automedicó por recomendación de amistades; en Veracruz, la mayor parte de las mujeres trans realiza un proceso similar, afirmó Joselyn Paulina Rodríguez Rodríguez, coordinadora estatal de Casa de las Muñecas Tiresias

Esto sucede porque en México únicamente el IMSS, el ISSSTE y algunas clínicas de la Ciudad de México brindan de manera gratuita estos tratamientos.

Complicaciones que se buscan evitar 

Las personas veracruzanas que no tienen servicios de IMSS o ISSSTE deben conseguirlos de manera particular. El detalle es que en México únicamente el 38.1% de las personas trans cuenta con seguridad social, según el informe La situación de acceso a derechos de las personas trans en México, elaborado por Almas Cautivas, AC, en 2021. 

La falta de seguridad social, dijo Rodríguez Rodríguez, se debe principalmente a la escasez de trabajo formal para las personas trans, quienes enfrentan este como uno de sus principales problemas.

El documento de Almas Cautivas considera que las hormonas para este tratamiento se obtienen desde instituciones de salud pública (12.8%), organizaciones civiles (2.3%), farmacias (50.7%), otra persona trans (3.6%), internet (2.7%) y servicio médico particular (2.1%).

Pero la automedicación, advierte el informe, puede llevar a efectos como cefalea, dolor abdominal, náuseas, cambios del estado de ánimo, disminución de la libido, enfermedad tromboembólica, enfermedad cardiovascular y cerebrovascular, disfunción hepática, litiasis biliar, cáncer de mama, migraña, trombosis o daño hepático.

Personas trans
Personas trans

Esto es especialmente importante en un estado donde 307 mil 858 personas se autoidentificaron dentro de la población LGBTI, según la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género 2021 del Inegi. A nivel nacional, 316 mil 258 declararon ser trans, pero no se desglosa por estado. 

Por esta problemática, sumada a muchas otras que vive la población trans, su esperanza de vida en México es de 35 años. 

Con este amparo, dijo Bonilla, se espera marcar un precedente para que se determine que la Secretaría de Salud de Veracruz debe brindar este servicio médico, pues hasta el momento para que las personas trans puedan acceder a los tratamientos bajo revisión médica deberían hacerlo en el sector privado. 

Rodríguez Rodríguez es un ejemplo de ello. Aunque ha estado sometida mucho tiempo a terapia de reemplazo hormonal, sabe el daño que le puede causar la automedicación y ha pensado en varias ocasiones en acudir a endocrinología, siempre lo descarta por problemas económicos. 

“Puedes empezar a presentar como que una taquicardia, incluso una depresión por un exceso de hormonas; en mi caso, sí tuve como que una depresión, o sea, como que no sé, llegó el momento en que me sentía así como que cada mes me daban angustia, quería llorar y cosas así, pero pues fue por un exceso de hormonas”, dijo. 

“O sea, ¿en cuánto te va a salir esa parte? Por eso es que pues no, no lo hacemos; entonces, pues recurrimos a lo que las amigas nos recomiendan y nos aguantamos a las consecuencias, porque pues el recurso no lo tenemos como para hacerlo”. 

Además, dijo que muchas mujeres trans que buscan sentirse cómodas con su cuerpo y adaptarse a la expresión de género de mujer optan por métodos más rápidos como aceites modelantes que aumentan el tamaño de glúteos, bustos o cadera, pero esos tienen aún mayores riesgos debido a que se trata de sustancias que van al interior del cuerpo. 

“Deformación de la parte infiltrada, piel necrosada, úlceras cutáneas, sarpullido, bolas en las piernas, problemas para respirar, llagas y hongos debajo del busto por la fricción. También pueden sufrir: cambios en el color y textura de la piel, inflamación granulomatosa, nódulos cutáneos, fístulas, contractura, deformidad, cambio de temperatura, dolor, edema, fiebre, artralgias”, señala el documento de Almas Cautivas. 

Sin embargo, ninguna de esas complicaciones que pueden vivir las personas trans han sido tomadas en cuenta en la política pública de Veracruz; por ello, Bonilla afirmó que esperan con el amparo marcar una diferencia y obligar a las autoridades veracruzanas a brindar el servicio. 

“Nosotros esperamos que se modifique el sistema estatal de salud, que sea la punta de lanza para que otras personas vengan a iniciar un proceso, y hemos comprobado que la vía y la mecánica sobre todo para temas de derechos humanos de la comunidad LGBT y particularmente para personas trans, bueno, pues ha sido de buscar sentencias que así lo obliguen”, afirmó. 

Lee más: “Las personas trans no somos una moda”: la diputada María Clemente García pide a Morena reprender al senador Alejandro Armenta

Carla, una luchadora con experiencia 

Las complicaciones médicas y los síntomas que vivió Carla cuando estuvo en los tratamientos de reemplazo hormonal sin supervisión la llevaron a no estar decidida si iniciarlos nuevamente, así que ella está promoviendo el amparo para sentar el precedente legal. 

“Yo mi proceso lo hice sola, mi proceso de reemplazo hormonal lo hice sola por mi cuenta, que eso es algo súper peligroso porque al fin y al cabo es un medicamento que te estás metiendo a tu cuerpo y me lo metía como si fueran dulces (…) Pero creo que es muy importante para las generaciones futuras porque hay muchas niñitas que vienen más abajo que yo, que me gustaría que tuvieran ese beneficio que yo no tuve”, afirmó. 

Esta no es la primera vez que Carla se embarca en una aventura para intentar cambiar las leyes de Veracruz. Originaria de Manlio Fabio Altamirano, un municipio a unos 40 minutos del puerto de Veracruz, fue también el rostro de un amparo histórico que permitió que las personas trans pudieran cambiar sus actas de nacimiento por la vía administrativa. 

Aquel amparo (expediente 1317/2018), que se resolvió en 2021 en la Corte, también fue en compañía de la Clínica de Litigio Estratégico. El recurso hizo que el Registro Civil tuviera que agilizar los trámites, porque en el estado no existe aún una Ley de Identidad de Género, a pesar de que se han presentado varias propuestas. 

De hecho, la representante de Casa de las Muñecas Tiresias afirmó que, si existiera esa ley para poder hacer el cambio de género acorde a la autoidentificación, sería más sencillo exigir otros derechos como los propios tratamientos hormonales. 

Pero ante esa carencia, Carla fue quien durante dos años luchó junto a los especialistas. Ahora, emprendió la nueva aventura cuando Bonilla la buscó para proponérselo. 

“Es algo que me ha llenado de muchísima satisfacción, me hubiera encantado que alguien lo hubiera hecho por mí, yo llegar y ya hacerlo fácil (…) Es importante que luchemos por los ideales y por el bienestar de la comunidad trans, me parece muy importante porque hemos sido una población bastante que como que la han hecho a un lado, la han invisibilizado, muchos años se nos han negado muchísimos derechos, muchísimos beneficios, y yo creo que ya es hora de que luchemos por nuestras necesidades”.