¿Cómo puede la Unión Europea combatir la fuga de cerebros?
La fuga de cerebros es la salida de trabajadores cualificados en busca de mejores salarios o condiciones de vida y de trabajo. Los lugares que acogen a esa fuerza laboral altamente educada prosperan. Pero ¿qué pasa con las regiones dejadas atrás? Se convierten en lo que se denomina "trampas de desarrollo del talento". La mano de obra cualificada se reduce. La productividad disminuye. La educación superior se desacelera. La demografía sufre. Esto se convierte en un bucle que obliga a nuevas generaciones de jóvenes a pensar en emigrar.
Según la Comisión Europea, esta situación afecta a 82 regiones, casi el 30% de la población de la Unión Europea. Portugal es un claro ejemplo de los actuales desafíos -y de las posibles soluciones que se están explorando. El 30% de los jóvenes portugueses viven en el extranjero. El 70% de los inmigrantes portugueses tienen menos de 40 años. Para retener a los jóvenes cualificados, el Gobierno portugués ha puesto en marcha un plan para recortar impuestos a trabajadores de entre 18 y 35 años. El Gobierno portugués considera que esta medida puede ayudar a hasta 400,000 personas jóvenes.
Sin embargo, la iniciativa no ha servido para disuadir a jóvenes como Constança y João. Ambos licenciados en Derecho buscan casa para alquilar… a 14.000 kilómetros de distancia. Están a punto de mudarse a Timor Oriental, en el sudeste asiático. Constança, abogada de 25 años, ha encontrado allí un nuevo trabajo en un gabinete jurídico, con condiciones mucho mejores a las que disfruta en Portugal. "Me ofrecen más beneficios, desde ayudas para la vivienda hasta un coche, un salario considerablemente más alto que aquí, lo que significa que allí tendré más poder adquisitivo del que tendría aquí si quisiéramos vivir, por ejemplo, en un apartamento de una habitación", explica Constança.
Al igual que muchos jóvenes portugueses, Constança y João ven Portugal como una tierra de desempleo tenaz, salarios bajos, impuestos elevados, viviendas inasequibles y malas condiciones laborales."Más allá de sentirse frustrada, creo que nuestra generación se siente irritada. Me siento triste, porque amo a mi país, de verdad lo amo. Y para mí, si no fuera por estas circunstancias y para vivir esa experiencia, si tuviera las condiciones adecuadas aquí, no me iría (de Portugal)", comenta João.
En un intento por afrontar la situación, las regiones de la Unión Europea, los Estados Miembros y también la propia Comisión Europa, están participando en lo que denominan "Mecanismo de Promoción del Talento". Sus efectos son ya visibles en obras como un hospital en construcción en Évora, en la region del Alentejo. Una inversión inicial de unos 200 millones de euros para proporcionar mejores servicios sanitarios a alrededor de medio millón de personas. Pero también para formar y retener a trabajadores sanitarios cualificados en un lugar especialmente afectado por la fuga de cerebros. Se prevé que la región perderá el 30% de su población de aquí a 2080.
"Cuando (el hospital) esté terminado a finales del próximo año, como esperamos, tendremos aquí profesionales de la salud que no teníamos y gente que vendrá a nuestro territorio. Vamos a tener técnicos especializados que no teníamos y luego vamos a tener la parte de formación que no teníamos hasta ahora. En este micro-sector, la gente va a poder durante los próximos dos ó tres años cambios efectivos", explica Tiago Pereira, coordinador regional del Mecanismo de Impulso de Talento.
Las autoridades regionales, nacionales y europeas esperan que el hospital y el centro de formación creen hasta 2.000 puestos de trabajo cualificados.