Un colegio quiere denunciar a una niña por publicar el brutal acoso que sufre su hermano.

No. No son cosas de niños.

No. No es algo que los hará más fuertes.

No. No es lo de toda la vida.

No.

Nunca lo es.

Imaginad un niño que cumple años y emocionado va a comprar una tarta para llevarla al colegio.

Imaginad la ilusión. Las ganas. Los nervios.

Imaginad ahora que la reacción de sus compañeros es tan brutalmente cruel que el niño llega a casa diciéndose que quiere quitarse la vida. Que la vida es una mierda y que no quiere vivir más.

Imaginad la música de cumpleaños feliz pero con esta letra. "Mierda gordo pa´ ti, mierda gordo pa´ ti, mierda gordo mierda gordo, mierda gordo pa´ ti".

El video rompe el corazón. El sufrimiento del niño, aunque no le vemos la cara, es terrible. Está encogido sobre sí mismo, destrozado, roto de dolor, mientras los demás siguen burlándose de él.

Su hermano mayor lo ha contado así:

"Ayer fue el cumpleaños de mi hermano y él, emocionado, fue a comprar una tarta para celebrarlo en la escuela de verano de Lloseta (...) Sus compañeros le han empezado a cantar gordo, foca y más malos nombres. Mi hermano ha empezado a llorar y se ha sentado solo en el patio (...) Ese mismo grupo de niños se han acercado a cantarle "feliz cumpleaños gordo de mierda" y le han grabado para reírse de él. Cuando mi hermano ha llegado a casa ha empezado a llorar diciendo que la vida es una mierda y que no quería vivir más. No es la primera vez que lo hacen. Lleva años en ese colegio aguantando insultos, peleas y escupitajos. Los monitores no hacen nada".

Ha ocurrido en el municipio mallorquín de Lloseta.

Este niño nació el mismo día que mi hija. Y, como mi hija, cumplió 11 años este miércoles. Así que imagino perfectamente la ilusión con la que fue a comprar la tarta, lo que necesitaba compartir su alegría, que le felicitasen el cumpleaños. Sólo eso. Felicidades. Qué bien que cumples años. Felicidades. Los niños se conforman con eso: sentirse queridos, parte del grupo. Que se coman la tarta y le canten el cumpleaños feliz. Ya veis qué fácil.

Pero lo que se encontró el pequeño fue un infierno que le dejará señales toda la vida.

Y, ¿qué hace el colegio? Pues el colegio estudia denunciar al hermano del niño ante la Guardia Civil -según Europa Press- porque en el texto acusa al centro de no hacer nada, cuando los hechos han ocurrido en una actividad externa. ¿De verdad esta es la solución, denunciar al hermano, desesperado, que hace públicas las imágenes para tratar de que alguien de una maldita vez haga algo y que así poder salvar al pequeño? ¿Qué más da dónde ocurrió? ¿No sería más eficaz y constructivo tratar de aportar soluciones? ¿Qué hay del tema en el que insiste el hermano: que el pequeño lleva meses siendo acosado, que no es cosa de un día, y que ha ocurrido en horario lectivo?

Qué vergüenza.

Señores del colegio, lo que toca es que digan que están muy preocupados por lo que sufre ese niño -que es alumno suyo, por cierto-, que ya han hablado con la familia y con los profesores del curso anterior y que van a acompañarle a él y a su familia en el nuevo curso que empieza la semana que viene y que van a poner todos los medios para que la situación no se repita más -al parecer, los acosadores también son alumnos del mismo centro y compañeros del pequeño. Y luego ya, si quieren, insistan todo lo que les dé la gana en que esa actividad no era en horario escolar, que se trataba de una escuela del verano en la que el centro sólo cede las instalaciones. Díganlo veinte veces, pónganlo en mayúsculas, en negrita, en cursiva y en subrayado. Como quieran. Pero hablar de denuncia ante la Guardia Civil es ruin.

Fotograma del video con el que el hermano de ese niño denuncia el terrible acoso que sufre.
Fotograma del video con el que el hermano de ese niño denuncia el terrible acoso que sufre.

Setenta y cinco niños y niñas en edad escolar -hasta los 19 años- se quitaron la vida en España en 2020. De ellos, catorce -siete niños y siete niñas- eran menores de quince años. Menores de quince años. Y el acoso escolar está en el origen de casi todos esos suicidios.

Podría estar pasándole a tu hijo. Los niños, en casa, tratan de disimularlo.

Hace años, una amiga mía me contaba que se dio cuenta de que su hija estaba siendo acosada en el colegio porque un día entró en el baño mientras se duchaba y le vio marcas de heridas sangrantes en los brazos: eran las marcas de las uñas que se clavaba al abrazarse a sí misma para tratar de consolarse y aguantar el dolor psicológico.

¿Está siendo tu hijo o hija acosado? ¿Crees que lo sabrías?