La UE pide más esfuerzo a Kosovo y Serbia para normalizar sus relaciones
El enviado de la Unión Europea para los Balcanes Occidentales ha instado a Kosovo y Serbia a intensificar sus esfuerzos por normalizar sus relaciones, afirmando que ello sería decisivo para la adhesión de ambos países al bloque.
Miroslav Lajčák se encontraba en la capital de Kosovo, Pristina, para entrevistarse con el viceprimer ministro Besnik Bislimi, encargado de la parte kosovar de las conversaciones facilitadas por la UE.
La UE y Estados Unidos presionan a ambas partes para que apliquen los acuerdos que el presidente serbio Aleksandar Vučić y el primer ministro de Kosovo Albin Kurti alcanzaron en febrero y marzo del año pasado.
El Acuerdo de Ohrid es un documento redactado tras días de conversaciones en Macedonia del Norte para normalizar las relaciones bilaterales tras décadas de tensiones.
"El acuerdo también se ha convertido en parte del camino de Kosovo hacia la UE y de Serbia hacia la UE", dijo Lajčák, añadiendo que "hay declaraciones aquí y allá que no ayudan". "Yo diría que es válido dos veces, entre Serbia y Kosovo y entre Kosovo y la UE y Serbia y la UE".
Lajčák, cuyo mandato ha sido prorrogado hasta enero por el Consejo del bloque, trabaja en la próxima reunión de alto nivel de los líderes de ambos países.
Relaciones tensas entre ambos países por años
Las relaciones entre Kosovo y Serbia siguen siendo tensas, y las conversaciones de normalización facilitadas por la Unión Europea desde hace 13 años no han logrado avanzar, especialmente tras un tiroteo el pasado septiembre entre pistoleros serbios enmascarados y policías kosovares que se saldó con cuatro muertos.
Las fuerzas de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN también han aumentado su número a lo largo de la frontera entre Kosovo y Serbia.
Washington, Bruselas y las fuerzas de mantenimiento de la paz han instado a Kosovo a abstenerse de tomar medidas unilaterales por temor a que se reavive el conflicto interétnico, después de que la semana pasada las autoridades cerraran cinco de las denominadas instituciones paralelas en el norte, donde vive la mayor parte de la minoría étnica serbia.
Los serbios de Kosovo dijeron que bloquearían las carreteras de cuatro de los cinco pasos fronterizos a última hora del viernes en protesta por los cierres. También exigen la retirada de la policía kosovar del norte y quieren que las fuerzas de paz internacionales asuman el control.
Lajčák instó a la minoría serbia a no bloquear los pasos, ya que eso tendría "un impacto negativo en la libertad de circulación".
El mes pasado, Kurti pidió la reapertura total de un puente en la ciudad de Mitrovica, punto álgido de la guerra, una medida que preocupa a Occidente por la posibilidad de que aumente la tensión con la minoría serbia. Mitrovica está dividida en un norte dominado por los serbios y un sur de etnia albanesa, y las dos partes rara vez se mezclan.
Kurti también ha estado en desacuerdo con las potencias occidentales por el cierre unilateral de seis sucursales de un banco con licencia serbia en el norte de Kosovo a principios de este año.
Kosovo era una provincia serbia hasta que la campaña de bombardeos de la OTAN de 78 días en 1999 puso fin a una guerra que dejó unos 13.000 muertos, en su mayoría de etnia albanesa, y expulsó a las fuerzas serbias. Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, proclamada en 2008.