La vendetta incumplida: abandonos, cancelaciones y emboscadas legales dejan a Trump cada vez más solo

Seis meses después de las elecciones y víctimas de la polarización, sectores extremistas de un lado y otro no han dejado de prestar atención a la sombra esperanzadora o atormentante -según se vea- de Donald Trump que, para unos, promete restablecer el status quo imperante en sus cuatro años de gobierno y, para otros, significa la amenaza del regreso de una pesadilla. Pero (la verdad sea dicha), ni una cosa ni la otra parecen estar cerca de concretarse. Por el contrario, el aislamiento del ex mandatario es más y más patente

Former President Donald Trump speaks at a border security briefing at the Texas DPS Weslaco Regional Office on Wednesday, June 30, 2021, in Weslaco, Texas. (Joel Martinez/The Monitor via AP, Pool)
El ex Presidente Donald Trump en una reunión el miércoles 30 de junio / Weslaco, Texas. (Joel Martinez/The Monitor via AP, Pool)

Donald Trump pasa por su más palpable ocaso desde que perdiera las elecciones el tres de noviembre pasado, comicios cuyos resultados decidiera no aceptar, alentando indirectamente una muchedumbre incendiaria que arremetió contra el icónico capitolio de Washington D.C., dejando víctimas fatales, un clima de incertidumbre institucional no visto en más de un siglo y un país más dividido que nunca. Por cierto, a pesar de la negativa republicana, la Cámara de Representantes acaba de nombrar una comisión para investigar oficialmente los hechos.

A la ya esquiva suerte que le mostraron los votos y los poderes fácticos estadounidenses (después de perder las elecciones, ningún poder privado o público lo acompañó en su aventura de no reconocer el resultado), el ex mandatario empieza a perder también apoyos que hasta ahora no habían querido pronunciarse. Su Vicepresidente, Mike Pence y su Fiscal, Bill Barr, ambos aliados indiscutibles durante su periodo, han salido a la palestra. El primero reafirma su decisión de certificar los votos electorales y del segundo ha aparecido una investigación en la que se conoce (ya lo ha confirmado) que, para él, la idea del fraude era solo "bullshit" (procacidad anglosajona para aludir a quien dice falsedades).

Por otra parte, la Fiscalía del estado de Nueva York prepara un proceso criminal al conglomerado de compañías de su propiedad, la Organización Trump, y sus administradores financieros y abogados se preparan para enfrentar el caso.

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Soledad creciente

Ante la negativa de las redes sociales de seguir permitiéndole el uso de las mismas -en vista de sus peligrosos mensajes basados en falsas afirmaciones que van en detrimento de la institucionalidad- ya como ex mandatario y mudado a West Palm Beach, Florida, adonde recurrió para evitar más problemas con el fisco neoyorquino, Donald Trump abrió un blog como arteria de comunicación con sus seguidores.

Apenas semanas más tarde, el blog tuvo que ser cerrado por falta de tráfico.

En una segunda sesión para estudiar el caso, la directiva de Facebook, la red social de mayor convocatoria mundial, que había suspendido al ex presidente por difundir acusaciones de fraude sin base respecto a las elecciones presidenciales pasadas, decidió convertir la suspensión temporal de Trump en indefinida, considerando que el ex mandatario no cesa en la promoción de desinformación.

Sin embargo, Donald Trump utiliza su figura de ex presidente para dar algunos mítines y participar en conferencias, emitir comunicados y opiniones. Provocadoras y de lenguaje casual, como siempre, pero lo que en otro tiempo era la comidilla ha dejado ya de recibir atención: el poder comunicacional del exmandatario ha ido mermando en la medida en que, uno, ya no ostenta el poder, y dos, sus señalamientos de trampa electoral y su amenaza con restablecerse en el poder han dejado de asustar a sus adversarios y han empezado a decepcionar a sus seguidores, que cada vez ven menos posible que tamaña gesta se materialice.

Así que su promesa de regresar al poder parece una ilusión cada vez más remota. E incluso la venganza que ha tratado de emprender contra los republicanos que votaron por la certificación de los votos electorales, pareciera truncada.

Consecuencias

El problema se le ha agravado porque incluso militantes republicanos que simpatizaban con él y no estaban en contra de sus denuncias, en vista de la poca sustentabilidad de las mismas y de los inútiles que empiezan a parecer, habiendo quedado desestimadas en el mundo institucional y judicial, el monotema de Trump empieza a hacer ruido y a interponerse entre las organización y sus líderes y los electores, muchos de los cuales esperan respuestas conectadas con el mundo y sus problemáticas reales, una dinámica frente a la cual el otrora inevitable magnetismo de Trump se ha convertido en una incomodidad que trae más desventajas que beneficios,

Esta misma semana, el partido republicano canceló una aparición de Trump en Alabama, temiendo que su aparición condujera todo el propósito del evento a las sempiternas denuncias sin basamento que tiene meses vociferando.

Es una alerta roja.

Más flancos

En días recientes, el senador estatal republicano de Wisconsin, Chris Kapenga, dirigió una carta pública a Trump en la que le expresa su frustración, como la de muchos otros republicanos, tratando de lidiar con las acusaciones infundadas que Trump hizo no solo en las elecciones, sino durante su gobierno. "Tuvimos que sacrificar nuestro orgullo", le dice. En una carta compleja en la que se queja de un evento en particular.

Kapenga ha sido un adepto de Trump. Pero también en ellos parece haber empezado a expresarse el descontento de la figura del ex mandatario en sus carreras.

Por otro lado, Rudy Giuliani, un sobrevenido y furibundo aliado que dejó atrás su prestigio como alcalde de la gran manzana para ser un colaborador fanatizado en la campaña y que se propuso acompañarlo en crear dudas sobre los resultados electorales de noviembre de 2020, fue suspendido de su licencia para ejercer como abogado, entre otras cosas, por afirmar que Mike Pence, como Vicepresidente, podía descertificar a los colegios electorales, además de una fila más de numerosas falsedades factuales y jurídicas.

Para este próximo noviembre, un nuevo libro sobre la administración Trump, en especial sobre los últimos meses, estará a la venta para el público. Se trata de "Betrayal", investigado y escrito por el periodista y corresponsal político Jonathan Karl, con más de 30 años de trayectoria, que promete ser algo así como el epílogo de "Fear", la terrorífica recopilación de testimonios que a principios del gobierno de Trump publicó Bob Woodward, nada más y nada menos que uno de los autores de Todos los hombres del Presidente, en el que se denunciaba detalladamente el escandaloso caso Watergate, que en los años 70s llevó a la renuncia al presidente Nixon.

En "Betrayal", uno de los intríngulis que se destaca es el fuerte enfrentamiento que hubo entre autoridades militares y el ex mandatario, cuando éste exigía la participación de los uniformados en las protestas apropósito de la muerte de George Floyd, en 2020, lo que produjo una decidida y enérgica negativa, que desembocó en inevitable confrontación.

Es una secuencia que no se detiene, y en los más diversos frentes que, poco a poco va dejando cada vez más solo a Donald Trump. Y eso sin considerar las amenazas legales que penden sobre él y sus empresas.

(VIDEO) La empresa de Trump, acusada por una supuesta trama de evasión fiscal