Trump usa los insultos contra los migrantes para dejar otros temas de interés al margen

El expresidente Donald Trump, nominado republicano a la presidencia, habla en la sala de prensa tras el debate presidencial en el National Constitution Center en Filadelfia, el 10 de septiembre de 2024. (Graham Dickie/The New York Times).
El expresidente Donald Trump, nominado republicano a la presidencia, habla en la sala de prensa tras el debate presidencial en el National Constitution Center en Filadelfia, el 10 de septiembre de 2024. (Graham Dickie/The New York Times).

WASHINGTON — Durante años, el expresidente Donald Trump ha intentado atizar temores respecto a los inmigrantes afirmando que caravanas de delincuentes y violadores se avecinan a la frontera sur de Estados Unidos.

En el debate del martes por la noche con la vicepresidenta Kamala Harris, redobló los insultos, pues promovió una teoría de conspiración ya desmentida de que inmigrantes haitianos estaban matando a las mascotas de los estadounidenses y comiéndolas para cenar.


Los objetivos políticos de Trump parecen ser los mismos de siempre: avivar la ira y darle a la gente una figura a la cual culpar de sus males.


Pero el debate puso de manifiesto cómo Trump ha intensificado sus ataques contra los inmigrantes en la campaña presidencial de 2024 y cómo usa este tema para opacar otros, como los aranceles o la economía. En la noche del martes, la primera mención que hizo Trump de los migrantes “peligrosos” sucedió en los primeros 59 segundos de su primera respuesta, la cual era acerca del futuro de la economía.


Por su parte, la vicepresidenta no se mostró dispuesta a darle vueltas a ese tema, pese al hecho de que los cruces ilegales en la frontera se han reducido drásticamente tras las medidas severas que impuso el presidente Joe Biden. Una orden ejecutiva que firmó el mandatario en junio limitó el derecho de las personas a solicitar asilo, entre otras restricciones.


En julio, el número de detenciones en la frontera sur fue de poco más de 56.000, la cifra más baja desde los máximos históricos registrados en diciembre, cuando cruzaron alrededor de 250.000 migrantes.

Harris destacó que Trump instó a los republicanos a acabar con una propuesta de ley bipartidista sobre inmigración que habría fortalecido la seguridad en la frontera. Pero, al parecer, la vicepresidenta ha adoptado una estrategia en la que simplemente deja que el expresidente demuestre sus opiniones sobre los inmigrantes ante la mirada de todos, así apuntala su afirmación más general de que el exmandatario promueve ideas descabelladas.


Cuando el moderador del debate refutó la afirmación de Trump sobre los migrantes que comen mascotas, el expresidente insistió: “Hay personas que salen en televisión y dicen: ‘Se llevaron a mi perro y se lo comieron’”. (Los funcionarios municipales no han hallado pruebas, reportes creíbles ni afirmaciones específicas de que residentes haitianos hayan lastimado mascotas).


Cuando llegó su turno, Harris dijo sobre Trump: “Vaya que es extremo”.

De cierto modo, el uso que hace Trump de imágenes más extremas sobre los inmigrantes es una respuesta a un cambio más amplio que ha habido en el Partido Demócrata en los últimos años. Como reacción al fuerte aumento de cruces fronterizos en 2022 y 2023, alcaldes y gobernadores demócratas expresaron quejas públicas sobre el impacto de los migrantes en sus ciudades y exigieron abiertamente que fuera más estricto el cumplimiento de las leyes migratorias.

Esas quejas motivaron a Biden y Harris a apoyar nuevas restricciones estrictas en la frontera, incluidas algunas similares a las medidas antinmigración que Trump quiso instaurar durante su presidencia. Ahora, Trump quiere ir aún más lejos, pues exige que se hagan deportaciones en masa y afirma que las ciudades estadounidenses ya cayeron ante la “invasión” que él predijo hace tiempo.

De hecho, ambos partidos políticos en Estados Unidos están virando a la derecha, lo cual ha provocado que muchos activistas por los derechos de los inmigrantes critiquen al país por abandonar su papel histórico como protector de personas desplazadas de todo el mundo.


Biden y Harris respondieron a esas críticas con una ampliación de oportunidades legales para migrar a Estados Unidos, aunque al mismo tiempo han frenado a las personas que intentan cruzar la frontera sin documentos eludiendo los puertos de entrada establecidos a lo largo de la frontera mexicana.


Los aliados de Trump declaran que su postura firme sobre la frontera es una estrategia ganadora.

“Apela a sus fortalezas”, afirmó Ron Vitiello, exdirector de la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos durante el gobierno de Trump. “Sabemos que va a solucionar este problema si resulta electo, tal como lo hizo la última vez”.

Amanda Baran, que trabajó como funcionaria de seguridad nacional durante el gobierno de Biden, dijo que Trump había intensificado su lenguaje con fines políticos en lugar de tratar de encontrar soluciones para reparar lo que muchos coinciden en llamar un sistema de inmigración que no funciona.


“Él prefiere atizar el miedo, hablar sobre deportaciones masivas y denigrar a los inmigrantes con mentiras y tropos racistas”, señaló.

Funcionarios tanto a nivel federal como estatal y local han rechazado la idea de que se le ha dado entrada al país a millones de delincuentes. Programas como el que permite a los haitianos vivir en Estados Unidos por un tiempo requieren la aprobación de las autoridades de seguridad nacional y una investigación de antecedentes penales antes de darles entrada al país.


En general, Trump ha evitado o ignorado las preguntas sobre los detalles de sus planes para expulsar a millones de personas del país, cuánto costarían, cómo funcionarían y exactamente a quiénes se aplicarían.

En el debate del martes, cuando se le preguntó sobre su promesa de realizar “el operativo de deportación nacional más grande en la historia de Estados Unidos”, Trump se rehusó a dar detalles e insistió en repetir su afirmación sin fundamento de que la tasa de delincuencia de Venezuela se redujo en extremo porque “sacaron a los criminales de las calles y los pusieron en manos de ella para que los metiera en nuestro país”, en referencia a Harris.


No hay información oficial del gobierno que corrobore las aseveraciones de Trump, incluyendo en las que asegura que la delincuencia en Venezuela se ha reducido un 67 por ciento; en otras ocasiones, ha declarado que la reducción ha sido del 72 por ciento. Cualquiera que haya sido la disminución no se debió a una purga de criminales, según un informe del grupo independiente Observatorio Venezolano de Violencia.

Los demócratas apuestan a que el lenguaje agresivo de Trump terminará por alejar a los votantes, como parece haber sucedido con los legisladores republicanos que perdieron tras emitir anuncios similares durante las elecciones de medio mandato de 2018 y 2022.

Pero muchos republicanos siguen viendo la inmigración como un tema que puede darles la victoria en estas elecciones presidenciales. En el Congreso, sedes de gobiernos estatales y en anuncios de campaña, Trump y sus aliados siguen describiendo condiciones distópicas en la frontera sur, además de que usan más y más el término “invasión” para describir la migración, pese a que esa palabra se ha ligado a tiroteos masivos en Pittsburgh, Pensilvania; El Paso, Texas; y Búfalo, Nueva York.

c.2024 The New York Times Company