"Traté de decir que no repetidamente": aparecen más hombres que acusan al exjefe de Abercrombie de explotación sexual
La BBC ha recibido nuevas denuncias de hombres que acusan al exdirector ejecutivo de Abercrombie & Fitch y a su pareja británica de explotación sexual. Algunos afirman que abusaron de ellos y otros que les inyectaron drogas.
Luke cuenta que se quedó de piedra cuando le guiaron hasta la suite presidencial de Mike Jeffries en un hotel en España. "Era como un decorado de película de una tienda de Abercrombie", recuerda de lo ocurrido en 2011. "Y pensé que íbamos a hacer una sesión de fotos".
Cuenta que la habitación estaba tenuemente iluminada, con fotos eróticas de abdominales masculinos adornando las oscuras paredes. En el centro, un grupo de asistentes vestidos con uniformes de Abercrombie & Fitch -polos, vaqueros azules y chanclas- doblaban ropa despreocupadamente sobre una mesa, simulando ser trabajadores de una tienda, relata.
Luke, que entonces tenía 20 años, cuenta que le habían ofrecido la posibilidad de aparecer en un anuncio de la empresa si volaba desde su casa en Los Ángeles a Madrid para reunirse con el director general de Abercrombie & Fitch (A&F).
Luke afirma que la propuesta le llegó a través de un sitio web de modelos, de un hombre que decía trabajar como cazatalentos y asistente ejecutivo de Jeffries, entonces director de la multimillonaria cadena de tiendas para adolescentes.
Advertencia: esta historia contiene relatos de violencia sexual.
En la suite, afirma que los asistentes de Jeffries empezaron a interpretar un papel y le animaron a que hiciera de recepcionista sin camiseta, un distintivo de las tiendas A&F de la época. Luke recuerda que el cazatalentos dijo: "Ahora tengo dos invitados muy importantes, y estos van a ser los clientes a los que tienes que impresionar y entretener porque te van a comprar mucha ropa".
En ese momento, asegura que Jeffries y su pareja, Matthew Smith, salieron de un rincón de la habitación. Inmediatamente empezaron a tocarle y Jeffries le besó a la fuerza, según cuenta. "Intentaba evitar la situación en la medida de lo posible, pero Michael estaba muy agresivo". Dice que el jefe de Abercrombie le practicó entonces sexo oral.
"Traté de decir que no repetidamente. Y entonces me convencieron de que hiciera algo. Pero constantemente decía que no, y quería irme".
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Luke (nombre ficticio) es uno de los ocho hombres que han hablado con la BBC en el último año desde que revelamos las acusaciones de explotación sexual en los eventos organizados por Jeffries y Smith. El FBI inició una investigación a raíz de la información de la BBC, y 20 hombres en total nos han dicho que asistieron o ayudaron a organizar estos eventos.
Además de la acusación de Luke, los nuevos testigos revelan más detalles sobre la magnitud de los hechos, que tuvieron lugar desde al menos 2009 hasta 2015, cuando Jeffries era director ejecutivo.
La BBC ya había descubierto anteriormente que existía una sofisticada operación en la que participaba un intermediario encargado de encontrar hombres para estos sucesos, pero los nuevos testimonios detallan otros métodos de reclutamiento.
Los hombres también plantean nuevas preguntas sobre el papel de los asistentes de Jeffries, un selecto grupo de hombres jóvenes con uniformes de A&F que viajaban por todo el mundo con él y supervisaban estos encuentros sexuales.
Según varios hombres, los ayudantes de Jeffries inyectaron en el pene de algunos asistentes lo que les dijeron que era Viagra líquida.
Chris (nombre ficticio) declaró a la BBC que sintió que "iba a morir" después de que una de estas inyecciones le provocara una reacción extrema durante un encuentro en una de las casas de Jeffries en Nueva York. Sintiéndose "acalorado, mareado" y en estado de shock, afirmó que nadie llamó a una ambulancia. Aún desorientado, Jeffries y Smith, que esperaban en otra habitación, intentaron mantener relaciones sexuales con él.
El exmodelo Keith Milkie, de 31 años, afirma que uno de los asistentes de Jeffries también «presumía» de haber trabajado para Abercrombie & Fitch al mismo tiempo que en estos encuentros sexuales. Según él, este asistente aparecía en el itinerario de un evento y la BBC descubrió que también tenía un correo electrónico de la empresa A&F.
Aunque los asistentes personales de Jeffries solían ir vestidos con uniformes de A&F, esta es la primera vez que se afirma que un miembro del personal de A&F participaba en la organización de los encuentros sexuales de Jeffries. Cuando la BBC preguntó a la empresa al respecto, se negó a responder, aduciendo que no hace comentarios sobre asuntos legales.
Jeffries, de 80 años, Smith, de 61, y A&F -que también es propietaria de la marca Hollister- se enfrentan a una demanda civil en la que se alega que el empresario financió una operación de tráfico sexual durante las dos décadas en las que Jeffries estuvo al frente de la empresa.
Smith y Jeffries no respondieron a las solicitudes de comentarios. Sin embargo, sus abogados han afirmado anteriormente que niegan las acusaciones de irregularidades y han añadido que «la sala del tribunal es donde trataremos este asunto".
Lista de asistentes
Un antiguo asistente, Diego Guillén, que dice haber sido interrogado por el FBI, dijo a la BBC que le pagaban US$500 cada sábado por hacer llamadas para despertar a los hombres que se esperaba que asistieran a estos eventos sexuales en 2011. Calcula que hizo unas 80 llamadas en siete meses.
Guillén, de 42 años, afirma que también había una lista de asistentes. Otras fuentes han dicho que esta "base de datos" pudo tener hasta 60 hombres diferentes en un momento dado, lo que revela una idea de la magnitud de los reclutados.
Guillén asegura que en un principio asistió a eventos sexuales en los antiguos domicilios de Jeffries en Nueva York, después de que el intermediario de la pareja, James Jacobson, lo reclutara en la calle.
Guillén, ahora abogado y agente inmobiliario que dirige su propio bufete, afirma que nunca antes había mantenido relaciones sexuales a cambio de dinero, pero en aquella época no tenía trabajo ni donde vivir, y dormía en la oficina de un amigo. A pesar de sus circunstancias, dice que no se sintió explotado.
Después de que el FBI apareciera en su puerta, Guillén afirma que se puso en contacto con el abogado de Jeffries, quien envió a un investigador privado a entrevistarle para ayudarles a construir su defensa legal.
Guillen afirma que los otros hombres presentes en los eventos a los que asistió "no tenían ninguna obligación, no estaban bajo ninguna presión" y "les pagaron bastante bien".
"Michael y Matthew son hombres homosexuales de alto perfil y les gustaba tener relaciones sexuales con hombres jóvenes y guapos. Y, al ser mayores, sabían que la manera de conseguirlo era siendo generosos", explica. "Pero con pleno consentimiento y asegurándose de que [los hombres] lo querían y les gustaba. Y ya está".
"Una inmensa vergüenza"
A diferencia de otros hombres que fueron reclutados por el intermediario, Luke afirma que su contacto inicial fue un asistente que trabajaba para la oficina familiar de Jeffries, una empresa privada dirigida por Smith, que gestionaba el patrimonio y las propiedades del entonces consejero delegado.
Luke afirma que este asistente le entrevistó por Skype y le dijo que tenía que hacer topless para la sesión de fotos en el hotel de Madrid, pero que no había señales de alarma claras. Este hombre le organizó el viaje y el alojamiento.
"No me pareció nada fuera de lo normal, porque incluso trabajando en una tienda Abercrombie cuando era más joven, había chicos que se quedaban fuera sin camiseta. Era como una marca registrada", dice Luke.
Los planes de viaje que se han filtrado muestran que Jeffries tenía previsto estar en Madrid varias veces en 2011 antes de la apertura de una tienda A&F.
La noche antes del evento, Luke asegura que le pagaron 3.500 euros (US$3.880) en efectivo, que él creía que era "dinero para gastos generales" para los tres días que estuvo en Madrid. Pero dice que el asistente era "poco claro" sobre el plan.
Relata que en la suite del hotel, Jeffries y Smith empezaron a mantener relaciones sexuales con dos hombres algo mayores -uno que él creía de unos 30 años y otro de unos 40- presentes para el mismo evento. Luke dice que Jeffries empezó entonces a besarle. Poco después, Jeffries le practicó sexo oral y Smith intentó hacer lo mismo. Dice que intentó practicar "una especie de sexo oral" a Jeffries, pero que "no pudo".
"Me van a despedir porque no hice lo que este tipo quería", recuerda haber pensado Luke, creyendo que estaba a punto de perder su oportunidad de conseguir un trabajo como modelo. "Podría haber salido corriendo de aquella habitación, pero ni siquiera sabía cómo podría haber salido".
Luke dice que se sintió incapaz de salir porque los ayudantes de Jeffries -a quienes percibía como personal de seguridad- estaban "vigilando las salidas".
De vuelta a casa, en Estados Unidos, explica que se sintió incapaz de denunciar lo sucedido debido al acuerdo de confidencialidad que había firmado antes del suceso.
"Existe una inmensa vergüenza asociada a la idea de que no eres un hombre masculino si otro hombre se ha aprovechado o ha abusado de ti", afirma Luke, que se identifica como heterosexual.
"Toda mi vida he lidiado con la idea de que la gente piensa que soy gay, y en el instituto me acosaban porque tengo una voz suave. Lo último que iba a hacer era contar algo humillante, como que un tipo abusó de mí y me violó oralmente".
Luke dice que lo que pasó en Madrid se convirtió en "combustible" para una adicción a las drogas que desarrolló más tarde. En 2016 fue arrestado por vender drogas y cumplió seis meses en un campamento correccional. Ahora dirige su propio negocio además de ayudar a personas con adicciones.
"Era como el país de la fantasía"
Keith Milkie explica que asistió a numerosos eventos organizados por Jeffries y Smith entre 2012 y 2014. Dice que entendía que estos eventos serían sexuales, pero que nada de lo que dijera Jacobson podía "prepararte para lo que iba a pasar" a continuación.
Milkie, que entonces tenía unos 20 años, dice que había sufrido para pagar el alquiler después de que un agente, que dirigía una casa llena de aspirantes a modelos, le invitara a mudarse a Nueva York. Cuenta que un compañero de piso le planteó la idea de trabajar como escort, y que más tarde un contacto le presentó a Jacobson.
Milkie, que en aquella época se identificaba como heterosexual, afirma que algunos de los encuentros le resultaron "incómodos" y "dolorosos". En una ocasión, en París, Jeffries le ordenó que mantuviera relaciones sexuales con otro hombre, algo que "no quería ni disfrutaba".
En otra ocasión, asegura que Jeffries le insultó tras decir "no" a un acto sexual arriesgado a bordo del Queen Mary 2, un transatlántico que navega de Inglaterra a Nueva York. Dice que Jeffries estaba borracho e intentó introducirle un "dedo sangrante".
"Yo estaba en la cama poniendo una sonrisa falsa, llorando por dentro", dice. "Aquí estoy, en medio del océano, con esta persona cuatro veces mayor que yo, en esa posición de poder e influencia, menospreciándome hasta la muerte y llamándome literalmente inútil... simplemente porque dije que no a algo".
Dice que Jacobson le pagó unos US$24.000 dólares en efectivo por el crucero de siete noches.
Según sus itinerarios de eventos, enviados por Jacobson, otro de estos encuentros sexuales tuvo lugar pocos días después de que se anunciara públicamente que Jeffries dejaría de ser consejero delegado de A&F en diciembre de 2014. Milkie cree que esa última sesión marcó el final de estos acontecimientos.
"La personificación de Mike Jeffries es Abercrombie. Tenía los implantes capilares, la cirugía plástica, llevaba la ropa, llevaba las chanclas. Quiero decir, hablamos de poder. Proyectaba su imagen en todo el país. Los lugares donde vivía eran literalmente una tienda Abercrombie. Era como el país de la fantasía", dice.
"Sin ese tipo de poder, ese tipo de miedo e influencia, imagino que es mucho más difícil mantener a la gente callada, por eso años después es cuando la gente está hablando de ello".
Tras la publicación de la investigación inicial de la BBC el año pasado, A&F anunció que iba a abrir una investigación independiente sobre las acusaciones planteadas. Cuando recientemente preguntamos cuándo estaría terminado este informe -y si se harían públicas las conclusiones- la empresa declinó contestar.
Al igual que Jeffries y Smith, la marca ha intentado que se desestime la demanda civil interpuesta contra ella, alegando que no tenía conocimiento de "la supuesta trama de tráfico sexual" dirigida por su antiguo director general, que se le acusa de haber financiado.
A principios de este año, un tribunal estadounidense dictaminó que A&F debía sufragar los gastos de la defensa legal de Mike Jeffries, que sigue enfrentándose a las denuncias civiles de tráfico sexual y violación. El juez dictaminó que las acusaciones estaban vinculadas a su función corporativa después de que él demandara a la marca por negarse a pagar sus honorarios legales.
La marca declaró que no hace comentarios sobre asuntos legales. Sin embargo, en su defensa presentada ante el tribunal, A&F afirmó que su actual equipo directivo "desconocía" las acusaciones hasta que la BBC se puso en contacto con ellos, y añadió que la empresa "aborrece los abusos sexuales y condena la supuesta conducta" de Jeffries y otros.
Jacobson -el intermediario- declaró previamente en un comunicado a través de su abogado que se sentía ofendido por la sugerencia de que hubiera cometido "cualquier conducta coercitiva, engañosa o forzada por mi parte" y que no tenía "conocimiento de ninguna conducta de ese tipo por parte de otros".
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