Enrico Letta, diez años después de Lampedusa: "Europa no ha dado pasos adelante"

Roma, 2 oct (EFE).- Hace una década el entonces primer ministro italiano, Enrico Letta, tuvo que afrontar el naufragio de la isla de Lampedusa (sur), con 368 migrantes muertos, y, aunque el desastre supuso un primer despertar europeo ante el drama del Mediterráneo, el problema sigue sin resolverse: "Lamentablemente Europa no ha dado pasos adelante", afirma a EFE, recordando aquellos días.

"Me impresiona que en todas las crisis de los últimos 15 años, financiera, migratoria, del terrorismo, el COVID o la vinculada a la invasión rusa de Ucrania y sus consecuencias en energía y defensa, los países europeos han dado pasos adelante, creando nuevas respuestas unificadas, excepto con los inmigrantes", explica al teléfono.

Y agrega: "En materia migratoria, aún hoy, estamos lejos de haber dado un paso adelante porque no existe la disponibilidad de muchos países a afrontar el tema de forma colectiva".

Esta "falta de solidaridad y conciencia", apunta el exgobernante socialdemócrata, es "un problema de todos", no solo de los países del Mediterráneo, como Italia, España, Grecia o Malta.

Letta estaba en el Gobierno cuando la noche entre el 2 y el 3 de octubre de 2013 se produjo uno de los peores naufragios en aguas del Mediterráneo central, a menos de una milla de Lampedusa. El balance fue de 368 muertos -dos no localizados- y 155 supervivientes.

Aquella tragedia, con los féretros apilados en esa isla frente a las costas africanas, supuso "un verdadero hito para el Mediterráneo y para toda Europa".

"Fue el primer momento en el que todos comprendieron la dimensión histórica de esta tragedia (...) Los días posteriores traté de hablar sobre ello en todas las sedes europeas para avisar de que no era un caso puntual, sino un inicio", asegura.

Letta tenía razón y la llamada "Primavera Árabe" desató un tráfico de pateras hacia Europa que "ha ido al alza". Este año en Italia han desembarcado 133.171 migrantes, el doble que en 2022.

El primer ministro, entonces aliado con una sorprendente escisión del partido de Silvio Berlusconi, se dirigió a Europa para barajar una operación naval conjunta en el Canal de Sicilia: "Tras verificar que no había voluntad comprendimos que o lo hacíamos nosotros o no saldría", rememora.

"El problema es que la Europa de hace diez años estaba totalmente desprovista de cualquier forma de instrumento que no fuera la piedad o la solidaridad", sostiene.

Así, Letta alumbró "Mare Nostrum", una operación naval enteramente italiana -aunque con un barco esloveno- que salvaría numerosas vidas hasta el 31 de octubre de 2014. "Recibo críticas desde entonces, pero lo reivindico como una decisión de civismo", alega.

Pero también puso la base para el comienzo de las patrullas de la Unión Europea: primero con la Operación "Tritón", entre 2014 y 2018, y después con "Sofía", que expiró el 30 de marzo de 2020.

En la actualidad poco ha cambiado y, de hecho, en el Mediterráneo sigue muriendo la gente. Los desaparecidos desde 2014 se estiman en 28.105, según la Organización Internacional para las Migraciones.

Una década después, Italia está gobernada por la ultraderechista Giorgia Meloni, que ganó las elecciones hace un año prometiendo mano dura contra la inmigración irregular y que acaba de vivir un verano "récord" de oleadas migratorias.

Sobre todo en Lampedusa, primera "Puerta de Europa", donde Meloni llevó a la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Lo mismo que hizo Letta con el entonces jefe comunitario, Manuel Durao Barroso.

¿Qué sintió al verlo en la televisión? "Aprecio la buena voluntad, pero me produce tristeza ver que el problema continúa diez años después", confiesa el político y profesor.

Sus críticas son a "la falta de solidaridad" del bloque, que en estos días trata de acordar a regañadientes un nuevo plan migratorio que solvente las tensiones por el reparto de solicitantes de asilo.

Por eso, aunque no quiere proponer soluciones, lanza la idea de una "cooperación reforzada" entre los países en primera línea del fenómeno.

Gonzalo Sánchez

(c) Agencia EFE