Los temores sobre Irán ayudan a Netanyahu a recuperar parte del apoyo perdido por la guerra en Gaza

El componente de un misil balístico interceptado y que cayó cerca del Mar Muerto, en Israel. (AP/Itamar Grinberg)
El componente de un misil balístico interceptado y que cayó cerca del Mar Muerto, en Israel. (AP/Itamar Grinberg) - Créditos: @Itamar Grinberg

JERUSALÉN.– Desde el ataque contra Israel liderado por Hamas el 7 de octubre pasado, el más letal en la historia del país, el futuro político del primer ministro Benjamin Netanyahu parecía ominoso: le llovían críticas por las fallas de seguridad y sus índices en las encuestas caían en picada.

Pero el choque de esta semana entre Irán e Israel –incluida la represalia de Israel contra las descargas de misiles de la semana pasada por parte de Irán– tal vez hayan alterado la dinámica, al menos por el momento. Lo cierto es que ahora Netanyahu está en su mejor momento político interno desde el ataque de octubre, por más que su imagen internacional aún sufra por la conducta de Israel en su guerra en Gaza.

Netanyahu es el primer ministro israelí que más tiempo ocupó el cargo y hace años se presenta a sí mismo ante su pueblo como el único político con la experiencia y la viveza como para hacerle frente a Irán y lograr involucrar a otros países para que también lo hagan. De hecho, hace años que le reclama a Estados Unidos que sea más duro con Irán, como con su memorable discurso ante el Congreso norteamericano en 2015, que enfureció al gobierno de Barack Obama.

Benjamin Netanyahu durante una reunión con el ministro de Defensa Yoav Gallant y el Jefe de Estado Mayor Herzi Halevi (Archivo)
Benjamin Netanyahu durante una reunión con el ministro de Defensa Yoav Gallant y el Jefe de Estado Mayor Herzi Halevi (Archivo) - Créditos: @Kobi Gideon

Algunos israelíes cuestionan la estrategia de Netanyahu en Gaza. Lo acusan de prolongar la guerra y demorar la transición del poder a un nuevo gobierno palestino para impedir que colapse su propio gobierno. Los legisladores de extrema derecha que tienen el control del equilibrio de poder de su coalición de gobierno están presionando a Netanyahu para que ocupe Gaza a perpetuidad y restablezca los asentamientos israelíes en la franja palestina.

“Esta fue su mejor semana desde octubre”, dice Mazal Mualem, biógrafo de Netanyahu. “Todos le tenemos miedo a Irán, con todas las armas nucleares que tiene y vaya a saber uno qué más. Y por eso vemos la recuperación de ‘Bibi’ de esta semana”, añade, al referirse a Netanyahu por su apodo.

En las encuestas, la coalición de extrema derecha de Netanyahu sigue detrás del principal bloque opositor, y si las elecciones fueran hoy muy probablemente perdería. Pero las últimas encuestas muestran que desde octubre esa diferencia se acortó a la mitad. La aprobación personal de Netanyahu aumentó hasta el 37%, solo cinco puntos menos que los de su principal rival, Benny Gantz, uno de los márgenes más pequeños desde el comienzo de la guerra.

Los familiares y partidarios de la vuelta de los rehenes no ceden en sus reclamos a pesar del desvío de la atención hacia Irán  (Archivo)
Los familiares y partidarios de la vuelta de los rehenes no ceden en sus reclamos a pesar del desvío de la atención hacia Irán (Archivo) - Créditos: @Cindy Riechau

Los analistas atribuyen parte de esa modesta recuperación al conflicto de Israel con Irán, una guerra que hasta ahora se libraba en las sombras y que este mes se convirtió en una confrontación abierta, tras el ataque de Israel a un complejo diplomático iraní en Siria, donde murieron siete personas. Ese ataque condujo a la respuesta de Irán del fin de semana pasado, el primer ataque directo en suelo israelí, y luego a la represalia limitada de anteayer de Israel en Irán.

Al menos por ahora, las tensiones desviaron parte de la atención interna de los supuestos fracasos de Netanyahu en la guerra contra Hamas y son funcionales a los intereses del primer ministro.

Cauto equilibrio

Pero entre los israelíes hay menos sospechas sobre el enfoque de Netanyahu frente a Irán. Aunque algunos extranjeros lo acusan de fogonear una guerra con Irán en provecho político propio, en Israel suelen considerarlo como un hombre que hace un cauto equilibrio entre mantener a raya a Irán y evitar una guerra abierta.

“En Israel, la gente lo mira y dice: ‘OK, al menos podemos confiar en que no corre grandes riesgos’”, señala Mualem.

Una protesta antiisraelí en Teherán, el viernes 19 de abril de 2024, tras varios días de ataques y contraataques de los dos países
Una protesta antiisraelí en Teherán, el viernes 19 de abril de 2024, tras varios días de ataques y contraataques de los dos países - Créditos: @Vahid Salemi

De todos modos, quienes analizan a largo plazo dicen que todavía es demasiado pronto para saber si el leve resurgimiento de Netanyahu es el anticipo de un éxito en las próximas elecciones. Para entonces, las tensiones con Irán podrían haber disminuido y otras crisis internas podrían empeorar.

Los miembros laicos de su coalición pueden exigirle que apoye una legislación que obligue a los judíos ultraortodoxos, que actualmente están exentos del servicio militar obligatorio, a servir en el Ejército. Eso podría empujar a sus socios ultraortodoxos a abandonar la alianza.

“Todavía no veo que ésta sea una buena semana para Netanyahu”, dice Anshel Pfeffer, biógrafo del premier. “No es más que una pequeña oscilación del péndulo”.

El vecindario ultraortodoxo de Mea Shearim, Jerusalén (Archivo)
El vecindario ultraortodoxo de Mea Shearim, Jerusalén (Archivo) - Créditos: @Ohad Zwigenberg

Pero hay varias razones por pensar que el péndulo no revertirá su marcha tan rápidamente. En primer lugar, el blanco del enojo por las fallas de seguridad que llevaron al ataque de octubre ya no es solo Netanyahu, sino también otros líderes políticos y militares, señalan los analistas, y eso podría ayudarlo a retener algo de apoyo.

Además, las protestas son menos generalizadas que en su punto álgido, en la primera mitad del año pasado, cuando la propuesta de reforma judicial de Netanyahu generó indignación popular.

El movimiento de protesta también carece de un grito de guerra unificador, lo que frena su impulso. Algunos reclaman específicamente que Netanyahu asuma la responsabilidad por el fracaso de su gobierno a la hora de impedir el ataque terrorista del 7 de octubre y que renuncie.

Otra facción se concentra en reclamar la liberación de los rehenes retenidos en Gaza y quiere que Netanyahu acepte un alto el fuego con Hamas que aseguraría su regreso. A un tercer grupo de críticos los motiva básicamente el deseo de terminar la exención de los ultraortodoxos del servicio militar.

“Entre esos tres grupos hay muchas superposiciones, por supuesto, pero no hay una sola causa que movilice a la gente”, advierte Pfeffer.

Patrick Kingsley

Traducción de Jaime Arrambide