El teatro regresa a Járkov, segunda ciudad de Ucrania y foco de cultura antes de la guerra

Járkov (Ucrania), 15 oct (EFE). - El teatro resucita poco a poco en la ciudad de Járkov, golpeada por la guerra y un foco de innovación artística antes de la invasión, con el público ansioso de normalidad en medio de los ataques rusos y mientras la compañía del "Nafta" se adapta para centrarse en el aquí y el ahora para hacer frente a la incertidumbre.

"Una espectadora me dijo después del espectáculo que éste le había recordado emociones y sentimientos que había olvidado que era capaz de experimentar", dijo a EFE uno de los actores, Mykola Naboka.

"Es por esto que hacemos teatro", agregó.

Como otros vecinos, Naboka se fue de Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania, poco después del inicio de la invasión rusa, cuando las bombas destruyeron miles de edificios de viviendas.

Después de que el ejército ucraniano lograra hace más de un año empujar a las fuerzas invasoras hacia el este muchos regresaron y Naboka ha viajado ahora a Járkov para actuar.

Sin embargo, cientos de ventanas con cristales rotos en el mismo centro recuerdan la amenaza mortal que sigue pendiendo sobre la ciudad, situada a tan sólo 30 kilómetros de Rusia y donde un misil mató a dos personas la semana pasada.

"Cuando trabajábamos en Leópolis, más segura, todas nuestras obras hablaban de la guerra. Aquí, por el contrario, intentamos distraer a la audiencia de ella", explica Artem Vusyk, autor y director del primer estreno en el teatro "Nafta" desde que empezó la invasión.

Se trata de una comedia criminal, una adaptación en clave más ligera de una obra del repertorio prebélico del teatro, que solía abordar temas más serios y plantear preguntas "incómodas".

Varias decenas de espectadores observan la obra en una pequeña sala cuyas ventanas aún muestran las marcas de las tiras cruzadas de cinta adhesiva colocadas para reducir el número de fragmentos en que podrían romperse los vidrios y, por ende, las heridas que podrían producir.

Cuando Vusyk pregunta a la audiencia quiénes visitan el teatro por primera vez, casi todo el mundo levanta la mano.

"Aquí a la gente le encanta el teatro. Ahora que todos los cincuenta teatros de la ciudad están cerrados, todos vienen aquí porque no hay alternativa", explica.

Para los espectadores acostumbrados a un concepto más tradicional del séptimo arte, la visita al "Nafta" se convierte en un verdadero descubrimiento, ya que sus espectáculos, incluido este estreno, se adhieren a la corriente del teatro físico, basado en el movimiento como método narrativo, apoyado por una combinación intrincada de luz y sonido, gestos y mímica.

La mayor parte de los 60 miembros de los que se componía el elenco prebélico del "Nafta" se han marchado para reconstruir sus vidas en ciudades o países menos peligrosos, por lo que se está creando un nuevo repertorio.

Pero para Vusyk, que regresó a su ciudad natal este verano, Járkov es un "lugar de fuerza creativa" que estaba y sigue estando en la vanguardia de la cultura ucraniana.

Piensa que es importante hablar más sobre el innovador teatro ucraniano en el Járkov de inicios de la época soviética, que después fue aplastado por el régimen de Moscú en la década de 1930, junto con otras manifestaciones independientes de la cultura nacional.

"Mucha gente se crió en la ciudad ya rusificada así que ni siquiera saben de ello", señala.

Las primeras representaciones le dan a Vusyk la esperanza de que incluso aquí, cerca del frente, el arte puede y debe existir. "Tanto nosotros los artistas como el público lo necesitamos muchísimo. Nos da más energía para seguir luchando", subraya.

En previsión de los posibles cortes de electricidad por ataques rusos contra la infraestructura energética, el "Nafta" va a comprar un generador, pero no tiene forma de prepararse para todo lo que puede ocurrir.

"Damos pequeños pasos y disfrutamos más del aquí y el ahora, tanto en nuestro teatro como en Járkov en su conjunto. Ahora valoramos el proceso de crear arte juntos por encima de planes o logros a largo plazo", dice Vusyk.

"Cada ensayo, cada evento es muy importante para nosotros. Porque muy fácilmente puede no haber otro mañana", subraya.

Rostyslav Averchuk

(c) Agencia EFE