El talento de Iñárritu en Bardo

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 16 (EL UNIVERSAL).- Especialistas dieron forma a la cinta "Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades", de Alejandro González Iñárritu, sobre un periodista que regresa de Estados Unidos a México; estrena este viernes en Netflix.

Eugenio Caballero. Diseño de producción

El ganador del Oscar por "El laberinto del fauno" creó los set necesarios para Bardo, como una réplica exacta en tamaño del Alcázar del Castillo de Chapultepec. ¿Divertida? También. Eso experimentó al crear estudios de tv, con sus pasillos y camerinos, que se observan en la primera parte del filme y que fueron construidos en un foro de los Estudios Churubusco. ¿Complicado? Lo normal. Aunque no todos los días se construye una pirámide de casi 10 metros de altura donde se colocaron decenas de extras. "Hicimos un trozo de la mano de Centéotl (dios del maíz) y lo demás es digital", cuenta.

Martín Hernández. Sonido

Durante 48 horas, Martín y su equipo permanecieron en un departamento para grabar todos los sonidos interiores y exteriores del mismo, como las diferentes perspectivas del tráfico, para darle diseño sonoro al hogar del protagonista. "Grabamos a la Ciudad de México todo lo que pudimos; a los bailarines dentro del California, para tener la percepción de ir en medio de ellos, las pisadas, su movimiento. Pusimos micrófonos en todos lados, la resonancia acústica de la banda es la original de ahí. Un día me crucé los carriles de Tlalpan para grabar el paso del Metro", detalla Martín.

Anna Terrazas. Vestuario

Un centenar de sacos se confeccionaron para elegir el único que porta Silverio (Daniel Giménez Cacho) durante la película. También se debieron crear 900 vestuarios para los extras que aparecen en la parte del California Dancing Club y medio millar para la de migrantes en el desierto. Se suman las reproducciones íntegras de uniformes militares en la batalla de Chapultepec y los taparrabos de los guerreros aztecas. "Cada atmósfera está pensada con una paleta de colores específica, fue hacer como un cuadro de pintura", indica Anna.

Priscila Hernández. Coreógrafa

Cerca de 100 expertos en danza clásica, contemporánea y urbana fueron utilizados en diversas escenas del filme, porque sólo ellos podían tener la agilidad y precisión requerida, que los dobles de acción o actores no habrían podido. Una es la del ataque al Castillo de Chapultepec, donde los soldados estadounidenses, en lugar de caminar, reptan cual serpiente. No hay efectos visuales, sólo arneses que auxiliaron. "Fueron cuatro meses de preparación, viendo qué funcionaba en estos personajes que vienen a atacar a los chavitos, simbolizando la fuerza, la maldad, lo animal", dice Priscila.