Solidez financiera y más pobreza: plan de Milei muestra sus dos caras en Argentina

El aumento de la pobreza amenaza camino de reformas de Milei en Argentina

Por Nicolás Misculin y Miguel Lo Bianco

VILLA FIORITO, Argentina, 5 mar (Reuters) - Débora Blanco vive hace años con sus ocho hijos en una vivienda sin puerta ni ventana de un suburbio pobre de Buenos Aires, que no cuenta con electricidad, gas, agua corriente o cloacas. Ahora tampoco tiene qué comer.

Si bien el feroz plan de ajuste encarado por el ultraliberal Javier Milei al asumir la presidencia en diciembre parece empezar a enderezar variables económicas vitales como la balanza fiscal y la balanza comercial, también ha levantado una ola de pobreza que siembra dudas sobre el futuro socioeconómico del país.

"Estamos pasando necesidad, a veces no tengo alimento ni leche para los chicos. Los precios de los alimentos andan por las nubes", se quejó Blanco, de 43 años, quien trabaja como recicladora recolectando residuos como su marido y recibe un subsidio del Estado.

Blanco también colabora voluntariamente en la ONG "La sal de la Tierra", que alimenta a cientos de familias de los barrios precarios de Villa Fiorito y La Cava, al sur de Buenos Aires, y ha visto menguar drásticamente la ayuda estatal desde que Milei asumió el poder.

Con una inflación que escaló al 254% anual en enero -solo ese mes el alza de precios fue del 20,6%- tras una abrupta devaluación de la moneda a fin de año, la comida se ha vuelto prácticamente inaccesible para gran parte de la población de un país que, paradójicamente, es uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

La inflación, sin embargo, le ha servido al Gobierno para "licuar" sus gastos, que no se han actualizado al ritmo de la inflación -particularmente en rubros clave como la educación y la salud-, y alcanzar en enero el "déficit cero".

Frente a las quejas de los argentinos por la inflación y los aumentos de tarifas de servicios que ha provocado el recorte de subsidios estatales, los mercados han celebrado hasta ahora el ajuste con un alza del precio de los activos y bonos y una caída del riesgo país.

El Gobierno apuesta a que la estabilización de la economía tras un marcado descenso de la inflación -con la ayuda del ingreso de divisas por la próxima cosecha de granos- impulse las inversiones y el crecimiento a partir de mitad de año, pero los pronósticos de los expertos son muy dispares.

Los tiempos de la recuperación económica resultan esenciales para Milei, quien cuenta con escasos legisladores propios en el Congreso para impulsar reformas como el cierre de empresas estatales, un abrupto recorte del gasto público y la irrestricta apertura comercial y ya mira con atención los comicios de medio término del año próximo, que solo podrá ganar si muestra resultados.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), al que Argentina adeuda cerca de 44.000 millones de dólares, estimó que este año la economía del país austral caerá un 2,8%.

"No se va a poder subsistir. De acá a cinco meses, seis meses, como dice el Gobierno actual, yo no creo que la gente pueda subsistir", dijo Blanco.

Según un reciente informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), que proyectó cifras de ingresos en base a reportes previos, la pobreza alcanzó en enero al 57% de la población frente al 44,7% del tercer trimestre del año pasado por la escalada inflacionaria que generó la devaluación de la moneda del 54% en diciembre.

"El rebote (económico) en los próximos meses podría amortiguar un poco la situación, pero no se puede esperar una mejora estructural en el corto plazo, para la que se necesita crecimiento y creación de empleo genuino", explicó Agustín Salvia, investigador de la UCA a cargo del estudio sobre la pobreza.

"LA GENTE TIENE HAMBRE"

El Gobierno ha aumentado algunos subsidios a la pobreza en línea con la inflación en un intento por contener la indigencia, pero la medida se ha mostrado insuficiente.

"La situación actual es dramática. La gente pide comida, la gente realmente tiene hambre", afirmó Leonardo Álvarez, un barrendero y pastor evangélico que coordina la entrega de alimentos de la ONG "La sal de la Tierra", frente a la que pueden verse largas filas de personas.

En un intento por reordenar las finanzas públicas, el Gobierno ha limitado el envío de comida a los comedores populares que alimentan diariamente a millones de personas en todo el país, lo que junto a la alta inflación se volvió una pinza que deja desamparados a los sectores más pobres de la población.

"Se está trabajando en la transparencia y la ayuda o asistencia a los comedores nunca va a ser recortada", destacó en una conferencia de prensa el portavoz presidencial, Manuel Adorni, en la que sugirió que había irregularidades en el manejo de los alimentos por parte de las ONGs encargadas de distribuirlos.

Milei, un economista libertario que ingresó a la política como un "outsider" hace solo tres años, ha afirmado reiteradamente que no cree en el Estado.

De acuerdo con Álvarez, junto a la desaparición de la ayuda oficial se ha multiplicado el número de personas que piden comida. El Gobierno no respondió a los pedidos de comentarios de Reuters.

En ese contexto, la pregunta que muchos se hacen es: ¿podrá Milei sostener su plan neoliberal en medio de un cataclismo social?

Pese al ajuste y a un estilo agresivo que en estos meses le ha ganado la abierta enemistad de gobernadores, legisladores, sindicalistas y hasta artistas, el presidente mantiene un nivel aceptable de popularidad, aunque los analistas no descartan que caiga en los próximos meses por los efectos de su plan.

Según una encuesta de la consultora Analogías, la imagen positiva del mandatario bajó 2 puntos porcentuales al 47,4% en febrero desde el mes previo, mientras que un reciente sondeo de la firma Aresco otorgó a Milei una popularidad del 56,8%.

Pese a los ataques al resto de los políticos -a los que llama "casta"-, el presidente llamó tibiamente a los gobernadores de provincias a un acuerdo para lograr las reformas neoliberales que pretende, lo que, de manera contradictoria, podría disparar un desempleo en niveles actualmente bajos.

"A los argentinos les pido solo una cosa: paciencia y confianza", dijo Milei el viernes en su discurso de apertura de sesiones del Congreso.

Usualmente impulsor de políticas ortodoxas, el FMI advirtió los riesgos del ajuste y solicitó al Gobierno argentino que intente paliar sus efectos sobre la población más vulnerable, pero por el momento la gobernabilidad no pareciera estar en juego.

"Difícilmente haya un estallido, ya que hay un proceso de disciplinamiento social. La gente tiene una fuerte expectativa de salir lo antes posible adelante; obviamente que hay frustración, enojo, pero ya lo había antes", dijo Salvia, de la UCA.

Con una cosecha de soja y maíz que se prevé voluminosa -Argentina es uno de los mayores exportadores mundiales de los dos granos- a partir de mayo, la gestión libertaria pretende conseguir los dólares para iniciar el despegue de la economía.

"Si todo saliera de acuerdo a lo que el Gobierno espera, algo que no está para nada garantizado, la pobreza podría comenzar a reducirse en el último trimestre del año o a comienzos del próximo", explicó Leopoldo Tornarolli, economista especializado en pobreza de la Universidad Nacional de La Plata.

"Pero la estabilidad no es por sí misma una condición suficiente para crecer y reducir la pobreza, por lo que seguramente una vez que se logre estabilizar se necesitará una estrategia de crecimiento de largo plazo", acotó.

(Reporte de Nicolás Misculin; Editado por Javier López de Lérida)