Siria: el aliado que le faltaba a Maduro para resistir en el poder

En esta foto dada a conocer por la agencia noticiosa oficial siria SANA, el presidente sirio Bashar Assad, derecha, se reúne con el canciller venezolano Jorge Arreaza en Damasco, el jueves, 4 de abril del 2019. (SANA vía AP)
En esta foto dada a conocer por la agencia noticiosa oficial siria SANA, el presidente sirio Bashar Assad, derecha, se reúne con el canciller venezolano Jorge Arreaza en Damasco, el jueves, 4 de abril del 2019. (SANA vía AP)

“Geopolítica de paz” es el nombre de la estrategia internacional del gobierno de facto de Nicolás Maduro para aferrarse al poder en Venezuela.

Rusia, China y Cuba han sido los actores más prominentes de la red de alianzas que comenzó a tejer Hugo Chávez desde los inicios de la Revolución Bolivariana hace ya 19 años. El Kremlin y Beijing han aportado recursos, tecnología y mano de obra en multimillonarios proyectos diseñados, en teoría, para impulsar el desarrollo del país.

Pese a la actual crisis política y a las sanciones petroleras impuestas por Washington, los vínculos comerciales y militares con Rusia se han seguido estrechando.

La hermandad con La Habana

La influencia de La Habana ha sido ideológica y estratégica. La amistad de Chávez con el líder de la revolución cubana Fidel Castro fue tan estrecha que el militar venezolano consultaba con el polémico dictador todas las decisiones importantes de alto gobierno. Y en sus últimos días, Chávez se refugió en la isla caribeña, donde aún guardan con celo todos los detalles de su muerte.

LEER MÁS: Las maniobras de la OTAN en el Mar Negro para sacar a Rusia de Venezuela

El gobierno de Cuba aportó miles de médicos, odontólogos, fisioterapeutas, entrenadores deportivos, estrategas y personal de seguridad para poner en marcha las llamadas “misiones”, que fueron programas de asistencia que con el tiempo se convirtieron en el mecanismo más eficaz de control social.

La asesoría cubana también fue fundamental en la creación de un Registro Civil nacional, que se coordina desde el Consejo Nacional Electoral, en el funcionamiento de los registros y notarías, en el adiestramiento de milicianos y grupos paramilitares y la organización de los centros de detención de los disidentes y presos políticos.

La asesoría cubana le ha costado al estado venezolano unos 7.800 millones de dólares anuales, según dijo el economista Carmelo Mesa-Lago a la BBC.

Venezuela también abastece un poco más de la mitad de las necesidades energéticas de Cuba al enviar unos 55.000 barriles diarios de petróleo mediante convenios firmados entre Chávez y Castro, que fueron ratificados en 2018 por Maduro y el nuevo líder cubano Miguel Díaz-Canel.

El espejo sirio

Pero esta semana apareció en escena un cuarto aliado en el complicado escenario venezolano: Siria, país devastado por una cruenta guerra civil desde 2011.

La reunión del jueves entre el canciller bolivariano, Jorge Arreaza, y el mandatario sirio Ashar Al-Assad ha levantado interrogantes sobre el reciente acercamiento entre Caracas y Damasco.

Las declaraciones de Arreaza resaltaron la experiencia de Assad en la “resistencia”, término usado por Maduro en las últimas semanas al llamar a los milicianos y grupos paramilitares conocidos como“colectivos” a defender la revolución contra lo que considera ataques terroristas respaldados por Estados Unidos

Algunos analistas sugieren que las conversaciones entre el gobierno de Maduro y Assad forman parte de una estrategia del presidente ruso Vladimir Putin para alentar al chavismo, desmoralizar a las fuerzas democráticas lideradas por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y colocar en una situación incómoda a Washington.

Otros observadores consideran la alianza entre Maduro y Assad es necesaria para evitar el control absoluto de Estados Unidos sobre el mundo.

André Vltchek, analista político y periodista nacido en la desaparecida Unión Soviética y nacionalizado estadounidense, piensa que el factor común entre Libia, Siria y Venezuela es el deseo de los países occidentales de destruir los proyectos antiimperialistas. Para el comunicador no es un asunto de controlar únicamente los recursos petroleros, sino de aplastar cualquier intento de autodeterminación popular.

“Los tres países se mantuvieron en la vanguardia de promover y luchar con determinación en los conceptos de “pan-africanismo”, “pan-arabismo” y la Patria Grande, que es esencialmente la unidad y la independiencia de América Latina”.

Vltchek aseguró en un artículo publicado en MintPressNews que las potencias occidentales nunca han dejado de considerar Africa, el Oriente Medio y América Latina como colonias y no desean permitir que las cosas cambien.

La peor cara

Contrario a lo que piensa Vitchek, el analista estadounidense Tom Rogan considera que la influencia rusa en Venezuela podría desencadenar una guerra civil similar a la de Siria si Washington no pasa de las palabras a los hechos.

En un artículo para el Washington Examiner, Rogan recordó que en 2015, el presidente Barack Obama se negó a apoyar de manera contundente a factores moderados de la rebelión siria en el momento de mayor debilidad de Assad. “Y Putin tomó nota: envió a su ejército a aplastar la rebelión, la población Siria y los intereses de Estados Unidos”.

Niños sirios miran un teatro de títeres entre las ruinas. Amnistía Internacional denunció que las escuelas y los hospitales han sido blancos de guerra del presidente sirioBashar al-Assad, respaldado por Moscú. (Foto Amer Alhamwe/AFP/Getty ).
Niños sirios miran un teatro de títeres entre las ruinas. Amnistía Internacional denunció que las escuelas y los hospitales han sido blancos de guerra del presidente sirioBashar al-Assad, respaldado por Moscú. (Foto Amer Alhamwe/AFP/Getty ).

Rogan opinó que, en 2019, Putin también ha comprendido que la retórica del presidente Donald Trump de apoyar a Guaidó no está acompañada de la acción y está aprovechando el momento para salvar a Maduro, que es su aliado en salvaguardar los intereses de Moscú.

El analista aseguró que mientras la catástrofe venezolana avanza a niveles de pesadilla distópica, Trump permanece de brazos cruzados en espera de que Putin llame al orden al presidente de facto venezolano.

“Al igual que en Siria, los rusos harán exactamente lo contrario. Al igual que en Aleppo, empeorarán el sufrimiento humanitario y dejarán claro que el precio de la ayuda humanitaria será el consentimiento de que Maduro permanezca en el poder”.